- El Dux Tebdemir y su esposa vuelve a abrir las puertas de su palacio… ¿Te atreves a Descubrir el Secreto Visigodo? La visita comienza en el MUPLA, Museo Visigodo de Pla de Nadal, ubicado en el castillo de Riba-roja. Luego os dirigiréis al yacimiento donde os espera Tebdemir, su esposa y sus sirvientes.
- La próxima visita es el 4 de junio de 2023 desde las 11:00 horas (necesaria reserva). Punto de encuentro: Castillo de Riba-roja. Los interesados deben saber que si bien la jornada es totalmente gratuita, las plazas son limitadas, por lo que se requiere inscripción a través de un formulario digital PINCHANDO AQUÍ. Es necesario poseer vehículo propio para desplazarse al yacimiento.
- Para cualquier duda, podéis comunicaros con la oficina de turismo de Riba-roja de Túria: riba_roja@touristinfo.net o teléfono 962772184.
La villa áulica de época visigoda del Pla de Nadal, ubicada en Riba-roja de Túria, constituye un ejemplo prácticamente único en las tierras valencianas de conjunto arquitectónico residencial, paradigmático del estamento nobiliario de la Antigüedad tardía. Es, sin duda alguna, un espacio único de estas características en la península ibérica y digno de visita por su estado de conservación.
La transformación del entorno en campos de naranjos, que originó su descubrimiento, ha modificado la topografía del lugar, afectando incluso a parte de las estructuras que ya habían sido destruidas cuando se produjo el hallazgo.
Las primeras informaciones llegadas al Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia datan de 1971. Los trabajos de excavación arqueológica se desarrollaron sistemáticamente entre 1981 y 1989. Tras varios proyectos de consolidación, en 1999 se iniciaron las obras de restauración y puesta en valor del yacimiento, finalizadas en 2003 con su musealización para la visita y aprovechamiento didáctico. El Real Decreto de 25 de enero de 1991 declaró el conjunto arqueológico del Pla de Nadal Bien de Interés Cultural.
Del palacio de Pla de Nadal sólo se conserva el cuerpo principal, pero se puede reconstruir el espacio arquitectónico y la vida cotidiana. Pla de Nadal es una residencia destinada al divertimento de Teodomiro y su corte, permaneciendo alejado de la ciudad de Valentia y de sus rigores climáticos en el estío. La zona más importante del palacio se situaba en la primera planta y era la zona de representación del dux y donde se celebraban los banquetes. A través de la recreación de uno de estos banquetes aprenderéis más sobre la vida cotidiana en esta época.
¿CÓMO VIVÍAN LOS VISIGODOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA?
LA SOCIEDAD:
La sociedad visigoda estaba fuertemente jerarquizada. La monarquía era de carácter electivo, no dinástica, lo que ocasionó numerosos conflictos entre las diferentes facciones del poder. De hecho, fue la guerra civil lo que permitió la llegada de los árabes. Teodomiro, que era el dux de la Cartaginense, intentó en ese final del Reino generar una nueva realidad política, que no fue permitida por el nuevo poder andalusí. Además de la nobleza, la iglesia era la base ideológica del Reino y los obispos eran, en muchas ciudades, los sustitutos de la antigua autoridad civil romana.
LA MODA:
En la época visigoda vamos a encontrarnos con dos tradiciones culturales a la hora de vestirse. Por un lado, los visigodos cuando llegan a la península ibérica vestían de una manera diferente a los hispanorromanos. Las élites godas imitaban a las clases altas del Imperio Oriental donde había pasado muchos años en sus fronteras. Por otro lado, el pueblo vestía a la moda germana, aunque también con influencias orientales.

LA GASTRONOMÍA Y LA MESA:
La gastronomía de la época de Teodomiro, el siglo VII / VIII d.C., es una cocina típicamente romana, a la que había que sumar los productos exóticos que vienen de Oriente, como las especias y la utilización de los productos locales.
Gracias a las excavaciones arqueológicas se tienen datos del consumo de carnes (corderos y cabritos; restos de ciervo, que era un manjar muy apreciado; conejo, etc.), además de productos de lujo como las ostras. El consumo de pescados también era muy habitual.
La mayoría de gente consume productos más sencillos, donde la base de los alimentos panificables era lo habitual, y el consumo de carne iría ligado a los ovicápridos y el ganado vacuno, del que se aprovecharía la leche, los quesos, mantequilla, etc. La caza quedaría reservada para las élites, salvo la menor, como las liebres, conejos y perdices. Los cereales, trigo y cebada, con sus diferentes variedades eran los grandes protagonistas.
Luego estarían los productos de la huerta, las malavaceas, antecedentes de las lechugas y numerosas hortalizas, que se consumían en temporada. También el aprovechamiento del bosque, con sus frutos y bayas.
La mayoría de la población solo tendría a su disposición vajillas de cerámica y algunos vidrios, y comerían con las manos o utilizando algún cuchillo. Por el contrario, las élites desarrollan unos rituales de banquete complejos, como los del mundo romano, con piezas de plata, bronce, vidrio, cerámicas de gran calidad, la utilización de telas y sedas, así como algunos cubiertos además de los cuchillos, como las cucharas. El refinamiento de las bebidas, tanto de los vinos como de las cervezas, les lleva a emplear copas de vidrio, bronce y metales preciosos, como la plata.
La iluminación en el Pla de Nadal de día se realizaba a través de las ventanas, que tenían lapis specularis, yeso cristalizado, una pervivencia del mundo romano. De noche, se utilizaban grandes lámparas y candelabros de bronce dorado, que se alimentaban de aceite.

OCIO:
El concepto de ocio como se entiende en la actualidad no existía y estaba exclusivamente reservado a las élites. La diversión estaba ligada a la caza, a la celebración de banquetes, aunque algunos nobles tenían inclinaciones y poseían una importante biblioteca. La práctica del juego era habitual y se jugaba a los dados, las tablas y toda una serie de juegos derivados de las tres en raya, como el alquerque con sus diferentes variantes.
En la época existían dos tradiciones musicales: una popular con canciones sobre temas cotidianos, el amor, a veces consideradas lascivas por los clérigos, que las intentaban prohibir; y otra que sería la música culta, ligada a la iglesia y a la liturgia hispana.

El Pla de Nadal, ubicado en Riba-roja de Túria, es un yacimiento muy especial, ya que es la única construcción de estas características en la península ibérica.