Hay lugares que vale la pena visitar. Lugares cargados de historias humanas, con corazón, que hacen muy especial su recorrido, como es el caso del llamado Pino Vicente, o Pino de Vicente Tortajada, de cómo el amor de un hombre, en especial por la naturaleza, consigue salvar un pino de grandes dimensiones enclavado en un lugar cercano al conocido como «el bosque centenario de Las Blancas», un grupo de sabinas albar con ejemplares que han cumplido ocho siglos, cuando el territorio valenciano todavía era un reino de Taifas. Hoy ese lugar está en el Rincón de Ademuz, una isla valenciana entre Cuenca y Teruel, tal y como nos cuenta kapitanpedales.wordpress.com en su precioso artículo lleno de fotografías por este precioso espacio natural.
Todo comienza hace más de 250 años, cuando un pequeño pino silvestre luchaba contra el viento, la nieve y la alta radiación solar a más de 1700 metros de altura por sobrevivir. En el Vago de la Culebra, en una pequeña hondonada del Parque natural de la Puebla de San Miguel, el pino iba creciendo en constante lucha con otros pinos que querían quitarle su hueco para captar más luz.
Crecía poco a poco, año tras año, su tronco se ramifico en tres grandes ramas que crecían rápidamente para encontrar los rayos de sol que otros le tapaban. El tiempo pasaba mientras conocía a numerosos amigos, desde bien pequeño ha tenido una intensa vida social. Las aves se posaban en sus ramas, las orugas de la mariposa luna, Graellsia isabelae, se alimentaban de sus hojas, las hormigas recorrían su corteza…
Se convirtió en un gran árbol y daba cobijo con su sombra a los rebaños de ovejas que durante el verano pastaban por estas alturas, todos dormían y descansaban arropados por sus hojas, ramas y piñas. También le gusta escuchar las risas de los vecinos de Puebla que descansaban a sus pies tras una larga jornada de siega o los visitantes, que antes de alcanzar la cima del Alto de las Barracas siempre pasan a darle los buenos días.
Hasta que un día un fuerte hachazo marcó de por vida su tronco, ¿Qué es esto? pensó, una marca para ser talado en la próxima subasta maderera. En aquella época este Pino era el de mayor tamaño, ya que el bosque casi no existía porque toda la tierra era aprovechada para cultivar cereal. Bajo él se refugiaban los rebaños de ovejas en las horas más calurosas del día y los vecinos de Puebla para descansar del duro día de trabajo de campo.
Gracias a la ayuda e ingenio de los vecinos de Puebla que participaban en la tala y de Vicente Tortajada, un guarda forestal de la zona, se cambió el peso de la madera del Pino por la de tres o cuatro pinos nuevos, evitando así el aprovechamiento forestal (conjunto de operaciones que consisten en la preparación parcial, la extracción y el transporte de la madera y leña que se obtienen de las talas realizadas, con una planificación adecuada, en una masa forestal) que hubo allá por los años 60, cuando en su tronco ya se había marcado como pino maderable. Desde entonces, las ovejas siguen refugiándose en su sombra, las orugas alimentándose de sus hojas y todos los visitantes disfrutando de su porte y fortaleza.
Catalogado como árbol singular el Pino Vicente o de Las Tres Garras o del Vago de las Culebras, sigue observando el paso del tiempo, posando para las cámaras de fotos, sintiendo el tacto de los abrazos de la gente y dando cobijo a todo aquel que quiera sentarse bajo su sombra y escuchar las historias que tiene que contarnos.

Desde principios de 2013, el Parque Natural la Puebla de San Miguel concluyó unos trabajos de restauración llevados a cabo por la Conselleria de Infraestructuras y Territorio. Y todo ello para la conservación de uno de los ejemplares incluidos en el Catálogo de árboles monumentales y singulares de la Comunidad Valenciana, un precioso pino albar bautizado como «Pino Vicente» en honor al agente medioambiental que impidió su tala, un icono presentes en este espacio natural cercano a la Puebla de San Miguel, un municipio de la comarca del Rincón de Ademuz, provincia de Valencia, desde hace más de 250 años.
Por cierto, en las inmediaciones tenéis el llamado Cerro Calderón o Alto de las Barracas, el pico más alto de la Comunidad Valenciana (1.839 metros sobre el nivel del mar).
Para visitar el Pino Vicente puedes llegar a él a través del sendero PR-131.8 «Alto de las Barracas» o accediendo hasta El Gavilán. Recuerda cuidar el entorno, no consientas que nadie ensucie la zona, no te subas al árbol, ya que es un monumento vivo de gran fragilidad y sobretodo disfruta de su belleza e imagina las historias que pueden haber ocurrido bajo su sombra.
Si quieres más información, puedes ponerte en contacto con la oficina del Parque Natural de la Puebla de San Miguel:
- Teléfono: 660 127 491
- Email: parque_puebladesanmiguel@gva.es
Fuentes:
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