- Según publicaba el diario Las Provincias el pasado 16 de abril de 2021, la pequeña Venecia valenciana protegerá su colorido característico gracias a una futura ordenanza municipal que el Ayuntamiento de Alboraya elaborará con el fin de perpetuar la estética de esta zona portuaria situada junto a la playa. La futura ordenanza municipal evitará tonos que no se correspondan con la paleta que se determine para, así, mantener la estética propia de Port Saplaya. Según comenta el diario, los vecinos manifiestan que la carta de colores en las fachadas ha ido aumentando aleatoriamente con el paso del tiempo y se han incorporado otros tonos que «distorsionan» la idea original, como los azulones o los verdes. Estos tonos fueron elegidos por la interiorista Agnès Borel, cuando se comenzó la edificación entre los muelles, inspirada en pueblos de la Costa Azul francesa y la Riviera italiana, principalmente Port Grimaud en el golfo de Saint Tropez. «Al principio se respetaron, pero con la construcción de las fincas se introdujeron otros más llamativos», señalan los vecinos.
- La urbanización de Port Saplaya, ubicada en Alboraya y nacida en la década de 1970 (el proyecto, ya que la ejecución es de los 80), es conocida como «la pequeña Venecia» por sus casitas de colores y su red de canales que la rodea.
No muy lejos de Valencia capital, y en el término municipal de Alboraya junto a la playa y muy cerca del centro comercial Alcampo Alboraya, se encuentra un lugar alejado del bullicio y de la rapidez con la que vivimos el día a día. Este rincón, para muchos muy especial, se encuentra en Port Saplaya.
Es quizás, de todos los rincones de Port Saplaya, el más especial, aunque uno de los más criticados también, debido a que para muchos supone un «atentado ecológico» en toda regla. Esta zona residencial de Alboraya, pegada al mar Mediterráneo, fue un proyecto en sí cerrado, rodeado de canales donde los barcos descansan y con casas que paisajísticamente pueden llamar la atención por su colorido, pero que evocan a esa época urbanística, y especulativa también, de los años 70 (cuando se proyecta), tal y como ocurrió en La Albufera, donde esta última no pasó a más gracias a un movimiento ciudadano pionero en España, allá por 1974 con «El Saler per al poble», y a don Félix Rodríguez de la Fuente, quienes mayoritariamente evitaron que El Saler fuera engullido por hoteles.
Para muchos, la conocida por un sobrenombre que no gusta a bastantes, no es más que un puro «pelotazo urbanístico» que vio como sus primeros empadronados llegaron en el año 1975, donde desde entonces, a pesar de que al principio era mayoritariamente residencia de verano o segunda casa, se ha convertido en vivienda habitual para la gran mayoría.
Por cierto, para quien no lo sepa, casi con toda seguridad se verá incrementada en el futuro por Quabit Inmobiliaria, que pretende construir cerca de 500 viviendas y un hotel en primera línea de costa, cerca de la Venecia valenciana, tal y como nos cuentan en este artículo. Esto pasará tras haber ganado la inmobiliaria este mismo año un proceso judicial que comenzó en julio de 2015 contra Egusa, la sociedad pública de suelo del Ayuntamiento de Alboraya. En dicho proceso Quabit reclamaba la devolución de un total de 23,4 millones de euros (casi ná), dinero que había adelantado al propio municipio para el desarrollo del proyecto del Sector UE-2 Port Saplaya, en el cual se tenía previsión de 900 viviendas nuevas, un hotel, una marina, un auditorio y amarres, algo que nunca se llevó a cabo, siendo el motivo de ir a juicio.
Pero no todo son palos para esta zona residencial que es conocida como la “pequeña Venecia”, el adjetivo que recibe toda la parte ubicada en la zona del puerto interior (nosotros no se lo hemos puesto, que conste), donde sus casas de apenas varios pisos de altura se fusionan con las embarcaciones que llenan esta red de canales al más puro estilo veneciano, aunque por mucho que nos guste comparar, sin desmerecer claro, Venecia es mucho más bonita.
Eso sí, todo hay que decirlo: la urbanización está rodeada de un paseo marítimo y es un lugar perfecto para una visita en busca de paz y tranquilidad entre la brisa marinera y los colores preciosos y llamativos de sus fincas, donde suele acompañar el silencio en el caminar al rodear sus canales. Esta pequeña urbanización ofrece en verano, sobre todo, un pequeño rincón para evadirse, donde por cierto podemos encontrar muy cerca la horchatería Toni y saborear una de las mejores horchatas de Valencia, donde dispone de otro local muy cerca de la famosa avenida donde están las otras horchaterías de Alboraya.







Además, en temporada estival el pequeño mercado de puestecitos y el cine de verano que se monta son un atractivo más para no faltar a la visita de este lugar que recuerda y emula a un rincón de Venecia que nada tiene que envidiar. Y es que, sin duda alguna, esta pequeña urbanización de Port Saplaya, nacida en la década de 1970 como proyecto y ejecutada en los 80, conocida como “la pequeña Venecia” en Valencia, es digna de visita, por mucho que algunos quieran condenarla.
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Creo que aparte de esa horchateria, hay otras cafeterias y restaurantes como por ejemplo Rte. Bistrot. La terraza más bonita de toda esa zona
Restaurante La tasqueta del mar…precioso como ninguno!!