- La Iglesia parroquial de San Bartolomé fue construida entre 1666 y 1683, siendo demolida en los años 40 después de un incendio durante la Guerra Civil, quedando únicamente en pie la torre campanario.
- Perteneciente a una de las iglesias más antiguas de Valencia, que sufrió una completa reconstrucción en la segunda mitad del XVII, el inmueble está declarado Monumento Histórico Artístico Nacional desde 1981 e inscrito como Bien de Relevancia Local (BRL) en la sección 2.ª del Inventario General del Patrimonio Cultural valenciano con el código 46.15.250-059.
En la calle Serranos de Valencia capital, esquina con calle de la Concordia, se alza una torre campanario del siglo XVII que llama enormemente la atención al caminante por encontrarse huérfana sin iglesia alguna a su lado. Resulta que este campanario, una torre cegada y soldada a un edificio de viviendas anexo que fue construido al terminar la Guerra Civil, es el único testigo vivo de la antigua iglesia colegial de San Bartolomé, un templo que fue construido entre 1666 y 1683 y que, finalmente, se tuvo que demoler en los años 40 después de un incendio durante la Guerra Civil, quedando únicamente en pie la torre campanario protagonista de nuestro artículo.

El trágico suceso ocurrió en el año 1936, momento en el cual el templo quedó inservible por completo. Años más tarde, en época de posguerra, en 1944, se decretó la demolición. Fue sin embargo gracias a la intervención de la Academia de Bellas Artes de San Carlos y la Junta Diocesana para la reparación y construcción de templos el motivo por el cual el campanario quedó en pie, aunque el cupulino fue demolido, quedando como testigo de aquel templo desaparecido esta torre pegada junto a edificios que nada tienen que ver con ella.
La antigua Iglesia de San Bartolomé era una iglesia de planta jesuítica de única nave construida entre 1666 y 1683 sobre la antigua Iglesia del Santo Sepulcro, erigida entre 1238 y 1239 por el arzobispo tarraconense. En el momento de la reconstrucción, en el año 1666, con el objetivo de engrandecerla y consolidarla, se forzó a derribar la ya existente.
La parroquia de San Bartolomé se erigió como tal entre 1238 y 1239 por el arzobispo tarraconense Don Pedro de Albalat, quien durante la Conquista de Valencia emprendida por Jaime I, instituye diez iglesias parroquiales intramuros de la ciudad, en los lugares pertenecientes a las antiguas mezquitas, siendo una de estas diez iglesias la de San Bartolomé.
Al templo se le denominó de San Bartolomé Apóstol, y se le añadió San Miguel Arcángel, ya que esta iglesia existió probablemente en la plaza del Ángel, en el barrio del Carmen. Esto se debe a que la iglesia de San Miguel desapareció debido a conflictos y para que la advocación no se perdiera, fue agregada a la parroquia de San Bartolomé, como segundo titular de la misma, debido a su proximidad. La capilla dedicada a los canónigos del Santo Sepulcro se debe a la repartición de casas que el rey Jaime realizó entre las personas eclesiásticas y seculares que habían militado en la Conquista.
El monarca encargó a los hermanos del Santo Sepulcro que establecieran en la iglesia de San Bartolomé una capilla al titular de su Orden. De los escritos de un caballero del Santo Sepulcro se recogieron testimonios que afirmaban que estos caballeros se habían establecido en Valencia acompañando al rey Jaime I en la Conquista de la ciudad. Esto reafirma que A. Sales cometió un error historiográfico al creer que el Santo Sepulcro existió con anterioridad a la iglesia de San Bartolomé. El templo perteneció a esta Orden desde el año 1238 hasta 1458.
Elena Such Torregrosa, Grado en Fundamentos de la Arquitectura 2015/2016 – Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, Universidad Politécnica de Valencia.
El templo construido en el siglo XVII constaba de tres capillas a cada lado situadas entre los contrafuertes, cúpula con tambor poligonal y linterna y campanario de tres cuerpos, según el modelo adoptado en la mayor parte de las parroquiales valencianas de nueva planta. Presentaba tres entradas, de las cuales perviven dos portadas que fueron trasladadas a otros edificios cercanos.



El orden principal constaba de monumentales pilastras también de orden corintio y sobre las que arrancaba la bóveda de la nave central. Para el revestimiento interior se utilizó el esgrafiado. La torre campanario es de planta cuadrada, los dos primeros tercios son de fábrica de sillería vista hasta la altura de la cornisa y el último tercio está decorado con recuadros de cemento.
El campanario empezó a derribarse junto con la iglesia, pero ante las protestas de entidades culturales como fueron la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y la Junta Diocesana para la reparación y construcción de templos, consiguieron que solo llegara a derribarse siete metros de la torre, y el campanario se quedó en altura como está ahora. Posteriormente se construiría un edificio particular adosado a la torre. La Torre Campanario fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1981.
jdiezarnal.com
Finalmente, la espadaña de coronación se encuentra desmochada, faltándole el segundo cuerpo.
De la antigua Colegiata de San Bartolomé sólo permanece su torre cegada y soldada a un edificio de viviendas construido sobre el solar de la parroquia que había sido derribada tras la virulencia sufrida durante la guerra civil; aún quedan otros vestigios, como sus tres portadas que cumplen con su misión, una en la iglesia de San Marcelino (con su mismo nombre), otra en los Silos de Burjasot (como entrada a la Escuela de Artes y Oficios) y una tercera ubicada como recuerdo en el “cementerio de puertas” de los Jardines del Real, aunque existen dudas al respecto, pues aunque atribuyen la portada que comunica los Viveros con el Pio V a la procedente del Convento de San Julián, también se concluye que se trasladó desde San Bartolomé.
Don Julio Cob, desde la valenciablancoynegro.blogspot.com.es
Algunas de las obras de arte que había en su interior fueron trasladadas a la actual parroquia de San Bartolomé, ubicada en la avenida Reino de Valencia.
Don Roberto Tortosa, desde La Valencia Insólita
Tal y como nos comenta don Salvador Raga sobre la calle de la Concordia, aquí se hallaba una gran hornacina que albergaba una escultura de la Virgen María del siglo XIV y a la que se llamaba popularmente “la Mare de Deu grossa” sobre la portada principal de la antigua Iglesia de San Bartolomé, junto al campanario que es el único elemento que se conserva.
Todo aquello desapareció en la Guerra Civil española y solo nos queda el rótulo de la calle. La imagen medía más de dos metros de altura y estaba tallada en piedra y pintada en vivos colores con una lápida a sus pies con el título de Virgen de la Concordia , estando allí desde 1681. Si bien los restos de la imagen de la Virgen de la Concordia fueron destruidos y dispersados, el templo fue demolido en época de la posguerra a excepción de su campanario aunque aquella hornacina fue adquirida por un aficionado a las bellas artes que la trasladó y montó en una finca de su propiedad en Bétera.
Don Salvador Raga, desde calleshistoricasdevalencia.blogspot.com.es

Para más información sobre la primitiva iglesia, consultar el trabajo de Elena Such Torregrosa, Grado en Fundamentos de la Arquitectura 2015/2016 – Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, Universidad Politécnica de Valencia.
Una informacion estupenda gracias, me ha gustado mucho.