En lo alto de la Muntanyeta de Sant Miquel, en término municipal de Corbera (Valencia), se encuentra la Torre Árabe y Ermita de Sant Miquel, ermita de Reconquista, del s. XIII (declarada Bien de Interés Cultural), que está abandonada y en ruinas. Dicha montaña, en el pasado, se vio reducida por la utilización de la misma como cantera para la construcción de la autopista que, muy cerca, pasa a sus pies.
En nuestra visita a la Ermita de Sant Miquel de Corbera, en octubre de 2021, pudimos comprobar el grave estado en el que se encuentra la ermita, y podemos decir que lo triste de este abandono, a pesar de que desde hace años diferentes voces han dado alarma de su estado -incluso se ha publicado en prensa en 2013, 2018 o 2021-, es que con su desaparición se perdería su gran historia, pues la ermita se construyó sobre una antigua torre vigía -del siglo XI o XII- del Castillo de Corbera, siendo de origen islámica -como la fortaleza-, colina desde la cual se dominaba el paso del río Júcar. Fue tiempo después, en el s. XIII, cuando se produce la construcción del ermitorio sobre la construcción árabe, siendo uno de los edificios religiosos más tempranos del antiguo Reino de Valencia. De aquella construcción árabe nos queda parte de la facha de la ermita, a la derecha de la portada de ésta.
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— GH Patrimonio VLC (@GHPatrimonioVLC) October 21, 2021
La Torre árabe de la Ermita de Sant Miquel se encuentra en un lamentable estado de conservación, quedando en pie a penas unos restos de la pared lateral derecha de la ermita, que debía de servir de casa al ermitaño. Podría describirse como una típica torre vigía musulmana. Su base es de tapial y tiene planta prácticamente cuadrada, con dimensiones exteriores de 8 x 9.5 metros.
En la web del Ayuntamiento de Corbera podemos leer que «con anterioridad a la sacralización de la cima de la montaña, ésta fue ocupada por unas cuantas casas que conformaron un esporádico poblado de reducidas dimensiones allá por el segundo milenio antes de Cristo. La cultura a la que cabe asociar el asentamiento humano a que nos referimos es la del Bronce valenciano. Escasos restos testimonian y hablan de aquella primera ocupación de la montaña.
Recientes informes técnicos emitidos por la Unidad de Patrimonio de la Conselleria de Cultura han confirmado lo que se sospechaba que también escondía la actual y derruida construcción. Efectivamente, una torre islámica se levantaba sobre los restos de las habitaciones que en otros tiempos fueron dependencias del ermitaño del templo. Es más, el templo cristiano es construido aprovechando uno de los muros de la primitiva torre islámica. Esta, subsidiaria del sistema defensivo del Castillo de Corbera, parece que debió edificarse cuando se hizo el Castillo, allá por los siglos XI – XII. La torre del que hoy es la ermita de San Miguel vigilaba aquel amplio espacio que no se miraba desde el Castillo».
De la Ermita de Sant Miquel Corbera nos habla también, muy bien, www.ermitascomunidadvalenciana.com, quien nos comenta que “fue construida en el siglo XIII, poco después de la Reconquista, como atestigua un mandamiento de Jaime I fechado en Alzira el 12 de julio de 1276, haciendo donación a favor de fray Bernardo Oller, rector de la iglesia de Corbera, de la colina citada para la construcción del templo y unas casas, por lo que anexas debió tener algunas dependencias como atestiguan los restos que han llegado hasta nosotros.
Su planta es la característica de las llamadas iglesias de Reconquista, de una sola nave orientada hacia el sureste. De lo que sin duda fue un bello edificio de alto valor artístico e histórico sólo quedan hoy ruinas en completo abandono. Los lienzos que quedan en pie de sus muros delimitan un espacio rectangular, destacando los sillares de la espadaña lateral. La entrada es un arco de medio punto con grandes dovelas a la que se accedía por peldaños semicirculares. Sobre ella pueden verse cinco ménsulas de piedra adosadas a la fachada. El interior se halla descubierto y repleto de escombros. Frente a la fachada quedan vestigios del aljibe que recogía las aguas de lluvia.
En esta ermita se veneraba la Mare de Déu del Castell, patrona de la localidad, imagen medieval de madera policromada que estaba en la capilla del castillo y que posteriormente fue trasladada a la parroquia, donde puede contemplarse ahora. Aquí se celebraban en tiempos forales importantes solemnidades religiosas y populares, siendo su fiesta grande el 8 de septiembre».
SOBRE LA ERMITA Y LA TORRE:
La torre de la ermita se emplaza en un promontorio que domina y que es visible desde el territorio circundante. Se trata de una colina formada por dos pequeñas elevaciones orientadas N-S que rondan los 60 metros de altitud unidas por un collado, la ermita se encuentra en la cota S, la más elevada y la más próxima a la población y al castillo.
La transformación de la Torre en parroquia primero y en ermita después, propició los asentamientos humanos (Benifet, Otos, Lo Canyar, San Miguel) a su sombra, es decir: a su alrededor, en las faldas de la colina y alrededor de ésta. Hoy los restos de algunos de estos asentamientos se encuentran ocultos por los naranjales, pero queda su recuerdo en los restos de un acueducto y la traza de su desarrollo en los márgenes de los campos, así como, sin duda, en los basamentos.
Se trata de una ermita de reconquista, construida según autores, entre 1273 y 1276 (V. Banyunls y L. A. Castelló, respectivamente).
Tras la pacificación definitiva de la comarca, se hace un Mandamiento Real de D. Jaume I, firmado en Alzira el 12 de julio de 1276; tal mandamiento es una renovación de otro ya expedido en 12 de julio de 1248 que al parecer fue robado; en tales mandamientos se hace donación a favor de fray Bernardo Oller, rector de la iglesia de Corbera, y sus descendientes, del monte «que hay frente al castillo de Corbera», «para construir en el iglesia, más unas casas, un huerto de cuatro hanegadas y dos yugadas de tierra próxima». Esto da a entender que fue en 1248, y no en 1273 ó 76, cuando se inicia la construcción de la ermita, por entonces parroquia. Se elige este emplazamiento por ser lugar prominente y centro geográfico, como centro aglutinador y para que pudieran reunirse y acudir a misa todos los cristianos de las alquerías dispersas por el término, la población de Corbera no existía como tal; una vez concluida la obra, se traslada allí por un tiempo la imagen de la Virgen del Castillo y se forma un pequeño núcleo habitado a su alrededor.
Se construye pues la ermita como parroquia de Corbera, perdiéndola a favor de Riola en fecha indeterminada (entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV), perdiendo la importancia que tuvo y fue el inicio de su decadencia, llegando, al parecer, incluso, a ser asaltada y robada su campana por los parroquianos de Riola. Tras varias ruinas y reconstrucciones estuvo en culto hasta finales del siglo XIX, aunque ya solamente se abría para la celebración del día del Santo, lo que representó la recta final de su degradación, cuando se abandona definitivamente.
La ermita esta canteada con piedra de sillarejo excepto en el encuentro con la casa con la que comparte el muro medianero, apreciándose juntas verticales en los muros de la ermita en el encuentro con aquél; el sistema estructural de la casa es a base de muros de carga (se aprecia la parte baja de mampostería), se trata de tres muros de gran espesor paralelos al acceso y los correspondientes perpendiculares que cierran el cuadro (uno de ellos se aprovechó para la ermita), la rasante se encuentra a un nivel bastante elevado sobre el terreno natural (hoy en parte disimulado por el aterrazado del acceso actual de la ermita). Se trata pues del clásico sistema estructural de una torre árabe del siglo XI, un cuadrado con muros de carga con un muro diafragmático central que define dos ámbitos iguales sobre el que descansan las bóvedas y con la puerta de acceso elevada sobre la rasante; si a esto añadimos el emplazamiento estratégico que ocupa, cubriendo dos puntos muertos invisibles al castillo, el acceso norte y el camino de Alzira, tenemos una base sobre la que suponer que, en efecto, estamos ante los restos de una torre de vigilancia dependiente del castillo. Como ejemplos de este sistema constructivo de dos naves con arco diafragmático se pueden citar las torres árabes de: Musa (Benifaió), Aledua (Llombai), Racef (Almussafes) y Montroi.
Se encuentran también restos dispersos de cerámica de los siglos XII, XIII y XVIII, así como vestigios de cajeados y zanjas en la roca de la colina, prueba de la población desde tiempos de la conquista; a su alrededor se sabe de la existencia de varios pequeños núcleos de población: Benifet, Otos, Lo Canyar, San Miguel, etc., que quedaron despoblados y desaparecieron. También debió tener importancia como lugar de abastecimiento de agua, se sabe de la existencia de una «Font de Benifet», y se conservan, a media ladera, la traza y los restos de un acueducto, construido en tapial, que baja de lo alto de la colina hacia el oeste. (M. J. Aristoy).
Fuentes:
- Este artículo es una obra derivada de la ficha patrimonial y de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un Bien Interés Cultural según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.
- www.ermitascomunidadvalenciana.com
- web del Ayuntamiento de Corbera
- Torre árabe de la Ermita de San Miguel