El Horno de la Señoría, Forn de la Senyoria, es conocido también como Horno de Nuestra Señora del Olivar. Este horno bajomedieval está catalogado como Bien Catalogado con referencia catastral 8808214YJ1780N0001RR y domicilio en calle Cura Forriol 1, muy cerquita del Castillo de Alaquàs.



Quaderns d’Investigació d’Alaquàs, a través del investigador local Pau Sarrió según artículo de Levante EMV, tiene las primeras referencias del horno en el siglo XV, el cual pertenecía al señorío de Alaquàs siendo arrendado por el señor o la señora, según la época, a aquellos que fabricaban el pan.
Tal y como podemos leer en un artículo de Levante EMV, en https://www.levante-emv.com/horta/2021/12/09/activistas-profesionales-piden-recuperar-horno-60446716.html, “el horno, de propiedad privada actualmente y desde hace décadas, forma parte de una manzana de casas antiguas para la que el consistorio tenía un proyecto integral hace dos décadas, vinculado a una operación urbanística, que no pudo culminarse. Y todo el conjunto está en el área delimitada por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de Alaquàs, redactado y aprobado en 1999, como consecuencia de la condición de Bien de Interés Cultural (BIC) del Castell.
El horno estuvo en funcionamiento con continuidad desde el siglo XV y hasta principios de los años 70 del siglo XX, cuando la familia que lo gestionaba trasladó la actividad a las inmediaciones.
Activistas por el patrimonio y profesionales vinculados a Alaquàs reclaman propuestas como que el Ayuntamiento lo adquiera y rehabilite, o incluso alguna otra institución, y se ve difícil que un particular lo restaure”.
Según el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Alaquàs redactado en 2014 por Gerardo Roger Fernández Fernández (Arquitecto Urbanista) y Luis Casado Martín (Arquitecto Urbanista), ambos integrantes de la empresa PAU.SL (Proyectos de Actuaciones Urbanas S.L.) adjudicataria del concurso de Redacción de la Revisión del Plan General de Ordenación; y Víctor M. Algarra Pardo (Licenciado en Geografía e Historia. Esp. Arqueología), dice lo siguiente desde la página 182 a la 189:
«El horno de la villa de Alaquàs es un edificio, actualmente en desuso, que se encuentra situado en la esquina que forman las calles Cura Forriols y Forn. Tiene su acceso por Cura Forriols a través del nº 1 de esta calle.
El Horno de la Señoría se llama en la actualidad de Nuestra Señora del Olivar. Este establecimiento fue durante toda la época Medieval y Moderna, y hasta la extinción de los derechos señoriales en el siglo XIX, uno de los 6 edificios o establecimientos de carácter económico de la reserva señorial, es decir un derecho señorial o regalía, cuyas rentas generadas eran propiedad directa del señor. Fue el señor quien arrendaba su explotación, pues él era el dueño material de los edificios.
Desde la venta del lugar de Alaquàs por parte del rey Pedro IV a Joan Escrivà quedó establecido entre el conjunto de los derechos señoriales la propiedad sobre “els forns, molins, aigües, séquies, terres planes, prats i deveses, censos agraris…”. Este derecho se mantuvo durante siglos y pasó de mano en mano a cada una de las familias que ejercieron el señorío, obtenido bien fuera por compra o por herencia.
En 1489 la señora Margarita de les Velles compró todos los derechos de la villa, y en documento notarial se enumeran los edificios que de una forma real ya estaban establecidos en Alaquàs y estaban generando rentas: “molí, forn, carnicería, almàcera de fer oli, ostal, tenda, taberna e forns de obra de terra e obradors…”. Como dato ilustrativo de una etapa ya avanzada en el tiempo, en la toma de posesión de la villa de Alaquàs de 1772 por el marqués de Manfredi (Juan, 1989, pp. 45-61) su representante y apoderado Vicente Francisco Furió protagonizó un acto protocolario, en el que mostró de manera evidente su claro dominio y vasallaje. El apoderado en nombre de su representado entró en cada uno de los edificios de propiedad, siendo recibido por los arrendatarios y una vez dentro hacía salir a los presentes y de manera protocolaria reclamaba la propiedad y en algunos casos llegaba a tocar los objetos como forma de manifestar este derecho.
Así lo hizo en el molino harinero “tocando con sus manos las ahinas” y en la almazara de aceite. Se paseó por el Mesón de la Villa y por la Carnicería y en la Tienda “tocó por sus manos el peso, piezas de pesas y demás pertenecientes a dicha regalía”. Estos fueron cinco de los establecimientos propiedad directa del señor, el sexto fue el Horno y Panadería de la Villa donde “cerró y abrió las puertas de dicho Horno Panadería, se paseó por dentro de ella, e hizo salir a la Calle a los que estaban en aquella y mandó al dicho Lorenzo Marco [arrendatario del horno] reconociese y tuviese por dueño de la misma al expresado Ilustre Señor Marqués de Manfredi su Principal…”.
El Horno y Panadería fue, pues, un edificio directamente vinculado al señorío con una jurisdicción clara y como otros edificios señoriales mantenido por el señor y ubicado en un lugar muy concreto.
En cuanto a la jurisdicción, ya se ha indicado que el horno era arrendado, conociéndose algunos de estos horneros, como Lorenzo Marco en 1772.
El señor debía hacerse cargo de las reparaciones, como la que en 1863 efectuó “en componer la pared de la olla del horno y rebosar por bajo las paredes o reforzarlas y retocar todos los tejados y demás remiendos apremiados en dicha casa Horno” (ARV, Fondo Casa de Alaquàs, caja 15, exp. 414. Año 1863).
En el último tercio del siglo XIX se realizaron reformas en un edificio de varios siglos de antigüedad, que afectaron tanto a sus paredes como a la cubierta y en especial a la pared donde se situaba la “olla”, es decir el horno propiamente dicho.
El Horno de la Señoría ha pervivido desde la época bajomedieval hasta la actualidad en su mismo emplazamiento y, con gran probabilidad, manteniendo sus estructuras, que debieron ser reparadas periódicamente como acabamos de ver.
El edificio conservado presenta una planta irregular formada por varios cuerpos: una nave de planta baja paralela a la calle Cura Forriols, por donde se efectúa la entrada y otra nave, también de planta baja, transversal a ésta y paralela a la calle Forn. En el espacio interior formado por estas dos naves hay un pequeño patio alargado y varias estancias cuadrangulares que se abren a él, la mayoría de planta baja, a excepción de una de ellas que tiene un piso superior. Las cubiertas son de teja árabe a un agua y pueden verse ciertos recrecidos de algunos muros de obra de ladrillo que manifiestan reformas en el siglo XVII o XVIII.
Otras intervenciones más modernas, de finales del siglo XIX o principios del siglo XX, son algunas de las ventanas que pueden apreciarse desde el exterior, así como el uso de azulejos en la puerta principal para indicar el nombre del establecimiento (azulejos cuadrados de fondo blanco con letras mayúsculas en azul) y para decoración de dintel y jambas (azulejos que forman una cenefa decorada con sarta de claveles rosas sobre fondo marrón).
Estos edificios, que antiguamente se denominaban “hornos de pan cocer” albergaban en su interior el propio horno, así como una chimenea y tablas o poyos para asentar el pan, una capilla para cocerlo y un corral anexo para almacenar la leña. El horno tiene una boca grande que es por la que se introducen los panes y otras dos, algo más pequeñas, para la leña y las cenizas.
El área de cocción y manipulación del pan suele estar dividida en tres espacios: uno para almacenamiento de la leña, otro para el mobiliario de amasar pan y el otro como entrada del horno.
El pan era la base de la alimentación durante la edad Media y la Moderna, sobre todo entre las clases populares. Se comían en forma de barra y era un pan de centeno, cebada, alforfón, mijo y avena, de color más negro que el que se servía en las mesas de las clases pudientes y con mayor contenido de salvado. En el horno se hacía no sólo el pan sino también pastas y, en ocasiones, carne asada.
La importancia del pan como un alimento diario, convertía a los panaderos en un elemento social de gran relevancia para la comunidad y al horno en un centro de reunión, sobre todo de mujeres, que eran las encargadas de amasar la harina y de llevar a cocer sus propios panes».
Hola
Me gustaría ponerme en contacto con los profesionales y activistas que están promoviendo esta actuación en el horno
Yo nací y viví mi infancia en ese horno
Hola Eva. Contacta con Quaderns d’Investigació d’Alaquàs al correo de quaderns@alaquas.org, Calle: Pare Guillem, 2, 46970 Alaquàs