Quien entra a la Catedral de Valencia, tiene obligada visita por uno de los espacios que abrió el pasado 7 de junio de 2016 tras la bendición del cardenal arzobispo Antonio Cañizares: el nuevo museo de la Catedral de Valencia.
El museo expone al público más de 300 obras de arte, algunas por primera vez, como la versión de “La Zingarella” de Antonio Allegri da Correggio, del siglo XVI; los relicarios de la Corona de Aragón, además del maravilloso recorrido subterráneo, estructurado en cinco espacios o salas, por la Valencia romana; el primitivo campanario descubierto; o un precioso óleo sobre tabla de Paolo da San Leocadio del siglo XVI: Los siete dolores de la Virgen María, donde pueden verse siete espadas que recuerdan la profecía del anciano Simeón hecha a María: “Una espada atravesará tu alma” (Lucas 2,34). Las escenas circulares muestran los momentos más dolorosos que experimentó en su vida la Madre del Señor: La huida a Egipto, la profecía de Simeón, el niño perdido y hallado en el templo, el encuentro camino del calvario, el descendimiento de la cruz y la sepultura de Jesús.

El actual Museo Catedral de Valencia o Museo Catedralicio-Diocesano de Valencia tuvo su punto de partida en el “Museo de Antigüedades” o “Museo Diocesano Valentino”, el cuál fue creado por el arzobispo Andrés Mayoral en 1761. Este primer museo estuvo en el Palacio Arzobispal hasta que desapareció durante la invasión francesa en 1812.
El “Museo Arqueológico Diocesano” fue constituido a finales de 1922 por el cardenal Enrique Reig Casanova, que deseaba reunir las obras que se encontraban dispersas por la diócesis en una única colección organizada y accesible.
En 1954, el Cabildo y el Arzobispado crearon el Museo Catedralicio, con el fin de catalogar y exhibir de una manera más racional que en su emplazamiento original, algunas piezas de destacado valor, de la colección catedralicia. A la vez, pudieron mostrar los materiales de excavación y los elementos arquitectónicos suprimidos en las reformas más recientes de la Catedral.
Fue hacia 1966 cuando el arzobispo Marcelino Olaechea, dispuso que el Museo Catedralicio pasara a ser también Museo Diocesano, fundiendo ambas instituciones en una sola, en la que se reunieran todas las obras. Para ello se construyó un edificio nuevo, adosado a la Catedral y con acceso único desde el interior de la misma.
Edificio que, finalmente, fue rehabilitado en 2015 para dar lugar al Museo Catedral de Valencia tal y como hoy lo podemos visitar desde su inauguración en junio de 2016.
La primera novedad del museo es su acceso para el público, junto a la capilla de San José, en el espacio que ocupó la capilla de la Longitud de Cristo, posiblemente del siglo XV, aunque lo que vemos ahora es posterior, excepto algún detalle como parte de una ménsula dorada.
Al entrar al nuevo museo, lo primero que vemos es la Custodia del Corpus Christi, protegida por un cristal, construida por el orfebre Francisco Pajarón. Esta custodia, la más grande del mundo, se construyó con los donativos de innumerables fieles valencianos como reparación por los sacrilegios cometidos durante la guerra civil (1936-39), siendo una pieza única en el mundo con 600 kg. De peso. Se saca en procesión por las calles de la Valencia antigua en la festividad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), llevando la sagrada forma del cuerpo de Cristo.

En los muros de éste espacio podremos ver obras como “La predicación de san Pedro Pascual”, de Pedro de Orrente, entre otras, donde antaño era una sala en la que en el siglo XX había un vestuario canonical. Y este espacio nos da la bienvenida a la primera sala con dos huellas del pasado: un muro del siglo XIII y el contrafuerte medieval de la vecina capilla de San José, además del lugar que ocupaba un aguamanil, donde los canónigos se lavaban las manos, y restos de un capitel gótico muy antiguo reutilizado.

Dejando esta primera sala pasamos ya a la zona que ocupó el anterior museo y, en la parte de la derecha, junto a cuatro columnas del siglo XIX, al espacio en el que se construyó en el siglo XV la “casa de la obra”, que fue la planta inferior de la “Llibreria Nova” o “Librería de los Borja”, uno de los hallazgos más importantes en esta restauración, según palabras del arquitecto artífice de la restauración. De hecho, en esta sala, que se sitúa a nivel de calle, el visitante puede ver sobre una columna de sillares labrados, la basa, de color gris oscuro, de la columna helicoidal descubierta en estas obras, que sube hasta el techo de la planta superior.

También en esta planta, que exhibe piezas del Neoclásico y del Barroco, quedan a la vista los restos de un arco espectacular, que conserva pintura gris original, que puede ser de la parroquia de San Pedro que existía cuando se construyó la Seo, en el siglo XIII, y que tenía un cementerio que en los libros de fábrica denominan “fossaret de San Pedro”. Además, también se halló el contrafuerte de la ahora capilla de San José, que en el pasado fue capilla de San Miguel y San Pedro, así como el muro paralelo que los neoclásicos colocaron para tapar la arquitectura gótica, construido con sillares reutilizados góticos, e incluso romanos, sacados de la parte del subsuelo.
No menos importante es el precioso primitivo campanario descubierto durante las excavaciones y obras de ampliación del Museo Catedralicio, conocido como “Torre de San Pedro” (datado en el siglo XIII), que es visitable y donde podremos ver en él, el ventanal gótico de la capilla de San Luis obispo o una gárgola del siglo XIII y un león alado representando la figura de San Marcos, tal y como nos cuenta nuestro amigo Santiago Soler en su maravilloso artículo.

En resumidas cuentas, el nuevo museo nos brinda la oportunidad de ver, por primera vez a nuestra misma altura, la escultura de la Virgen María con el Niño, restaurada hace dos años, que ha sido bajada de la puerta de acceso a la capilla del Santo Cáliz y que ahora se sitúa junto a las imágenes originales de la Puerta de los Apóstoles, de principios del siglo XIV, en la sala superior del museo.
El recorrido cronológico comienza en la planta superior, donde el ala más cercana al muro de la Capilla del Santo Cáliz, que ahora se puede contemplar en su totalidad, está dedicada al arte gótico de los siglos XIV y XV. Presiden la sala la Virgen gótica, los Apóstoles y la columna, y en la paredes vemos pinturas sobre tabla como “La duda de santo Tomás”, de 1400, la obra documentada más antigua de la Seo, el icono de la Virgen de la Leche, y piezas que han sido restauradas como el retablo de la Dormición de la Virgen María, de Alejo de Vahía.


También en esta planta se sitúa la sala del “Tesoro”, dedicada a la orfebrería, con un contrafuerte del s. XIII, que exhibe las escasas piezas conservadas del relicario de los Reyes de Aragón que Alfonso el Magnánimo depositó en la Catedral en 1437.

Las salas dedicadas al Renacimiento ofrecen una visión de los muros del s. XIII y la fábrica superpuesta, y muestran obras, del siglo XV y del XVI, de autores como Filipo Paolo de San Leocadio, Vicente Masip o el “Maestro de Alzira”, pintor anónimo del XVI, con su tabla sobre los “Improperios”, que ha sido restaurada, además de maquetas de la Catedral de Valencia.


Por último, el nuevo museo se complementa con un precioso recorrido subterráneo de la Valencia romana encontrado en las excavaciones realizadas bajo la Seo que fueron sacadas a la luz hace algunos meses. En este recorrido, que está distribuido en cinco salas, podréis ver los vestigios encontrados de aquella Valentia. Nada más bajar, entrando a la derecha, tendremos un pequeño espacio donde podremos ver un aljibe de fábrica de ladrillo, reutilizando parte de muros de fábricas más antiguas (s. XVIII y anteriores), junto con un pozo debajo de la calle Barchilla (S. XVIII).

Tras salir de esta estancia tenemos una noria ovalada de fábrica de ladrillo con un mortero de cal y arena sobre un pozo anterior (S.XVI), los restos de una vivienda romana, una cista funeraria visigoda, un cimiento de un edificio islámico o un sistema de desagüe de calle romana.


Caminando más adelante, para adentrarnos en el resto del recorrido, observaremos un fragmento de reja de hierro de época romana imperial, el cimiento de contrafuerte de la antigua capilla de San Miguel y San Pedro (S. XIII), y dos muros: uno islámico y otro de una vivienda romana.

En el siguiente espacio encontraremos un enterramiento con restos humanos, el llamado cementerio parroquia de San Pedro (S. XIII), un gran muro islámico y un muro de casa romano, para pasar, finalmente, al último espacio del recorrido subterráneo. En éste encontraremos un cementerio, una cimentación muro bajomedieval cristiana del S.XIV, un muro del aula capitular, una cimentación de columna gótica de la Llibrería Nova (S. XV), un pavimento de aljibe islámico y otro romano, y los muros de una casa romana del S.II.


En definitiva, el recorrido subterráneo os dejará boquiabiertos tras conocer este gran atractivo histórico y patrimonial que se añade al ya existente en el cap i casal. Toda una joya que tenéis que visitar sin dudarlo. El Museo y los subterráneos de la Valencia Romana se incluyen en la visita general de la Catedral de Valencia, sumando así un gran atractivo para recorrerla.
PRECIOS Y HORARIOS DEL MUSEO DE LA CATEDRAL DE VALENCIA:
El precio de la entrada a la Catedral es de 9€. Las otras tarifas son: la reducida es de 6€ para ensionistas, discapacitados, desempleados, niños (8 a 17 años) y estudiantes * (los mayores de 16 deberán acreditarlo con carné de estudiante en vigor); el pack para familias es de 20 euros, donde podrán entrar 2 adultos + de 1 a 3 niños (8 a 17 años); la entrada de grupos tiene un precio de 4,00 € por persona y, por último, los escolares de la Comunidad Valenciana pagan 1€ por la entrada, así como también de institutos, universidades y parroquias de la Comunidad Valenciana.
El horario de visitas, incluido en la visita cultural, se encuentra disponible en Horarios y tarifas – Catedral de Valencia
Fuentes:
Fotografías de valenciabonita.es
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Muchas gracias Graciela 🙂