Burjassot reabrió el pasado mes de abril de 2022 la explanada del Patio de los Silos tras estar cuatro años cerrada al público por las obras de restauración tras el derrumbe de parte del muro perimetral en 2018 y luego la pandemia. La explanada está abierta de 09:00 a 21:00 horas para el paseo y descanso de todas aquellas personas que quieran disfrutar de uno de los lugares más emblemáticos la población valenciana.
A lo largo de los últimos años, como por ejemplo en enero de 2020 -cuando el Ayuntamiento de Burjassot iniciaba obras de emergencia sobre la ampliación de la obra ya realizada en el muro noreste del Patio de Los Silos tras el derrumbe sufrido el 18 de septiembre de 2018-, los Silos han estado prácticamente en el olvido, si bien es cierto que Ayuntamiento de Valencia, Ayuntamiento de Burjassot y Generalitat han trabajado de manera conjunto para efectuar obras de emergencia y consolidación en los Silos, con mayor o menor acierto.
Fue en el mes de noviembre de 2019 cuando el Ayuntamiento de Valencia propuso a Burjassot que se encargase de su uso, gestión y mantenimiento durante 50 años. El muro del Patio de Los Silos cedió a mediados de septiembre de 2018 por las fuertes lluvias en el municipio.
Una de las últimas noticias, antes de la apertura de la explanada de abril de 2022, fue la que comunicó la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia, quien aprobó a fecha de 2 de julio de 2021 el impulso de la rehabilitación y puesta en valor del conjunto monumental del Patio de Les Sitges de Burjassot. Dicho convenio manifestaba voluntad del Ayuntamiento de Valencia de poner a disposición el inmueble para la ejecución de las obras, por lo que el Ayuntamiento de Burjassot facilitaba al Ministerio toda la información necesaria, incluidos planos, fotografías y documentación urbanística.
LA HISTORIA DE LOS SILOS DE BURJASSOT:
- El conjunto de los Silos de Burjassot, es una de las obras de ingeniería valenciana más relevantes construida a finales del siglo XVI.
En la Valencia del siglo XVI tuvieron lugar graves e importantes acontecimientos, como los prolongados periodos de hambruna; el aumento demográfico, que incrementó la demanda de víveres; la desestabilizadora fluctuación del precio del trigo; y también el relevante comercio de la cuenca mediterránea, que obligaron a los prohombres encargados del gobierno de la capital del Reino a decidir, entre otras medidas, la construcción de silos, con el fin de asegurar la principal fuente de alimenticia durante largo tiempo, eligiendo Burjassot para su ubicación. Siglos atrás, el Reino de Valencia vivió, hasta esa fecha, grandes cambios importantes, tanto culturales (con el siglo de Oro valenciano, por ejemplo), demográficos (con un importante aumento de población) o arquitectónicos, donde, por ejemplo, la Junta de Murs i Valls (de la que os hablamos en nuestro artículo del banco de Magistrados), participó en gran parte de esos cambios.
Hasta ese momento, el Reino de Valencia debía comprar el trigo al Reino de Castilla y al Reino de Aragón, los cuales, a su vez, eran deficitarios algunos años debido a las malas cosechas que se produjeron. La alternativa fue potenciar la importación de trigo siciliano por vía marítima, pero las grandes cantidades de trigo que llegaban a la playa de El Grao, no podían ser almacenadas en almacenes o lugares habilitados para ello (como el Almudín), debido a sus malas condiciones de almacenaje, pudiendo echarse a perder todo el trigo importado. Para evitar dichos problemas, el gobierno de la ciudad (el Consell) decidió la construcción de los silos en un enclave perfecto para ello: Burjassot. Todo ello se encargó al maestro cantero Sancho Camino, también conocido en esa época como “mestre de fer sitjes”. Le encargaron la construcción de tres silos “del terme de Burjaçot” que se van a rellenar el 5 de Octubre de 1573 en “58 cafiços de forment net del vengut de Sisilia” como dicen los Manuals de Consells, tal y como nos cuenta el estudio de Sonia Cano Pomer.

En su construcción actuaron diversidad de gremios, desde maestros de obra (sobreestants) hasta constructores de tapia (tapiadors) que comenzaron a construirla en 1573 y se finalizó la obra en 1788. La inscripción que figuraba en una de las paredes de los almacenes sirvió para datar perfectamente la obra:
D.O.M. LA ILUSTRE CIUDAD DE VALENCIA COMENZÓ LA OBRA DE ESTOS 41 SILOS, CAPAZ DE 22270 CAHICES DE TRIGO, EL AÑO 1573. DESPUÉS DE 215 AÑOS EN 31 DE MAYO DE 1788.
A la loma sobre la que se construyeron los silos, se accede por una puerta que conduce a una explanada de forma casi cuadrada, enlosada y cercada, donde ya en ella se pueden observar las aberturas (llamadas «pilones» o tapas) por las cuales se introducía el trigo y se sellaba para su fácil almacenaje y uso. En un principio éste sistema no era el que actualmente se puede observar, dado que fue mejorado con el paso del tiempo.



En esta misma explanada se observan casas para los dependientes o quienes cumplían la función de vigilar el lugar, una cruz gótica con un Cristo, la ermita de San Roque y la Virgen de la Cabeza, vinculada ésta última al Patriarca San Juan de Ribera, que adquirió el señorío del lugar para el Colegio del Corpus Christi y del que Las Provincias en 1901 citaba como «el primer veraneante de Paterna». Basta con leer el recorte que hemos rescatado en prensa escrita.



La disposición subterránea de los silos cumplía una doble función: por un lado la seguridad en la custodia con un personal mínimo; por el otro, las condiciones naturales que ofrecía el lugar, situado en una colina seca y fácil de excavar junto con el uso de revestimientos, lo que ayudo a evitar en gran parte algunas problemáticas que se presentaban.
La función de estos depósitos subterráneos fue la de almacenar grandes cantidades de grano en condiciones adecuadas para su conservación, evitando la humedad y la presencia de insectos. Así, pudo garantizarse el abastecimiento sostenido a la ciudad de Valencia y su entorno hasta bien entrado el siglo XVIII, lo que facilitó el control de los precios y la transacción del cercal, al igual que una mayor estabilidad social y económica.
La construcción de los silos debía de garantizar el almacenamiento de todo el trigo importado y su conservación por largo tiempo para todo el Reino de Valencia.
La elección de Burjassot para excavar estos grandes depósitos, de los que se conservan 41 y que pudimos visitar 6 (aunque se construyeron más antaño), se debió a la proximidad a Valencia y el puerto y su particular orografía y clima, que el naturalista Cavanilles describió del siguiente modo:
“…se halla la población en la cuesta suave de una humilde loma, sumamente seca por naturaleza, y por eso, oportuna para el objeto que se propusieron los antiguos de conservar el trigo baxo de tierra…”
Además de éstas causas para su elección, la de un lugar idóneo para la realización de los silos, por ser un enclave estratégico, y las condiciones de temperatura y conservación, muy apta para construir en él cuevas o silos donde la temperatura no sufre grandes variaciones y la humedad media es de 61º higométricos además de que el viento dominante en esta zona es muy seco tanto en verano como en invierno, habría que sumar la elección del lugar por
la relevancia social del dueño del señorío de Burjassot en el momento de su inicio de construcción: Bernat Simó, tal y como nos cuenta el estudio de Sonia Cano Pomer.
El suelo sobre el que se construyó es el óptimo para este fin y es de tipo limo-arcilloso. Las piedras dispuestas en el enlosado de la plaza son de tipo caliza y procedían de canteras próximas.
En la actualidad, los Silos de Burjassot se hallan por dentro en un estado de deterioro avanzado, que exige actuaciones urgentes. Y en ello vienen trabajando, desde hace años y calladamente, técnicos y especialistas en materia de restauración realizando pacientes trabajos de campo en el interior de los silos que son accesibles (6). La entrada a éstos se encuentra en el Passeig de Concepció Arenal y fueron abiertos al público, para visitas guiadas, en abril de 2015.
Como anécdota cabe decir que Los Silos de Burjassot aparecen en la película «Tintín y el misterio de las naranjas azules» (Tintin et les oranges bleues, 1964), en las escenas comprendidas desde el minuto 53:39 hasta el minuto 58:40.
ATENCIÓN: fecha de noviembre de 2022, si estáis pensando en acercaros para visitarlos por dentro en algún horario en concreto, no es posible en estos momentos. En el futuro, habrá visitas para quienes deseen conocer en profundidad el monumento, su origen e historia, su función, curiosidades, su estado actual, etcétera.



Además, también desde el exterior, se han realizado análisis y estudios de la construcción y patología del monumento, gracias a sofisticados medios técnicos.
En los primeros datos recopilados en el siglo XVIII, la capacidad de los silos oscilaba entre los 113 y los 1.278 cahíces. El Cahíz era una medida de capacidad para grano, legumbres y otros alimentos sólidos, variable según las regiones.
Los silos seguían usándose a principios del siglo XX (1907) y el conjunto de los Silos de Burjassot fue declarado Monumento Artístico de carácter Nacional en 1982. Cabe decir que aunque están situados en el término municipal de Burjassot, son propiedad del Ayuntamiento de Valencia, que cedió el uso al Ayuntamiento de Burjassot el 7 de febrero de 1975.







Como último apunte, los Silos fueron utilizados como refugio durante la Guerra Civil Española, de los cuales pudimos observar el recorrido que hicimos hace años y que fueron testigos de aquella guerra en España. La idea fue, tras conectarse los silos por túneles, proporcionar un refugio en caso de que Burjassot fuese bombardeada, además de dar cobijo, y ofrecer un lugar secreto, a republicanos, que también almacenaban sus armas.
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