- El martes 21 de febrero de 2023 se realiza una experiencia de CATAYOGA, una actividad que nace de la fusión de dos mundos: los vinos de la tierra y la forma de vivir la vida entorno al YOGA. La actividad discurre en diferentes espacios dentro del Celler del S.XIII. En primer lugar se realiza la práctica del Yoga (de una hora aproximada de duración) con la que a través de una sintonización y práctica suave de Yoga, se prepara el cuerpo y mente para dar paso a la Cata comentada de tres Vinos Ecológicos de la Comunitat Valenciana, en la que se realizará una apertura sensorial disfrutando plenamente del momento. Para practicar CATAYOGA no necesitas ser ningún experto en YOGA o en la CATA de VINOS, solo es necesario querer disfrutar de una nueva experiencia. Más información y reservas en El Celler Valencia | Reserva tu visita guiada (proavamagazine.com).
OTRAS EXPERIENCIAS:
- La “Experiencia Tierra” consiste en una bella alternativa para tomar unos vinos valencianos de calidad (3 en concreto). Os adentraréis en el Celler del siglo XIII guiados por los más apasionados enólogos, que os sumergirán en la historia de la bodega más antigua de Valencia. Disfrutarás escuchando la historia de sus vinos mientras los degustas en un marco incomparable. Además, sus expertos te desvelarán las claves sobre cómo crear el maridaje perfecto de un aperitivo con embutidos de la tierra. Una excelente experiencia como preámbulo de una comida o cena en los restaurantes de la zona. Solicita tu experiencia, por 12 euros por persona, en https://proavamagazine.com/el-celler-valencia/
- Además, existen 5 tipos de visitas: visita a la bodega subterránea entre semana con consejo de enólogos que te darán todas las claves para seleccionar el maridaje perfecto de un aperitivo con embutidos de la tierra (5 euros); visita a la bodega subterránea + cata de 3 vinos de la tierra (12 euros); visita a la bodega subterránea y maridaje (que incluye cata de 3 vinos de la tierra + 3 tipos de queso ó 3 tipos de embutido ó 3 tipos de salazones ó una combinación a elegir, todo por 18,50 euros); Visita a la bodega subterránea + práctica de YOGA + Cata de 3 vinos ecológicos de la Comunitat Valenciana (25€ por persona, y lleva a un acompañante a la cata de los vinos por tan solo solo 12€); o experiencias para grupos, empresas y operadores turísticos, así como eventos privados (a consultar). Todas las reservas para todas las visitas se realizan en https://proavamagazine.com/el-celler-valencia/
- Para más información, localización y contacto: calle Baja, 29 Valencia – Tel. 963 92 44 63 o al correo electrónico proava@proava.org. El Celler de PROAVA cumple con las normativas sanitarias: siempre previa reserva y con un aforo según normativa.
- Para quien no lo sepa, su restauración es un proyecto gastrocultural para promocionar productos agroalimentarios valencianos en la ciudad de Valencia. El Celler de PROAVA (calle Baja número 29), considerada como la bodega más antigua de Valencia que se conserva, acoge exposiciones, visitas guiadas con cita previa, catas de vinos premiados o en formato exprés, eventos privados o un sinfín de posibilidades para este espacio de gran valor patrimonial.
En diciembre de 2017 asistimos a la apertura oficial del Celler del S. XIII ubicado en la calle Baja, en el interior de la sede de PROAVA. En dicho acto pudimos conocer este precioso espacio, por fin abierto a la ciudadanía tras ser restaurado por completo, junto a diversas autoridades, compañeros de Medios de Comunicación, asociados y otros asistentes, quienes acudieron todos en masa para saber más sobre la iniciativa que desde PROAVA se llevará a cabo en el Celler.
Para quien no lo sepa, el Celler de PROAVA es, a día de hoy, la bodega más antigua encontrada en Valencia que se conserva (tiene casi 800 años de antigüedad), y está ubicado en pleno Centro Histórico de la ciudad, en la calle Baja nº 29.
La historia de este espacio se remonta a finales de los años 90 del siglo pasado en nuestra ciudad, donde de manera casi casual, en un solar del barrio de El Carmen donde se estaba construyendo por entonces los garajes y cimientos de 21 viviendas de VPO, se descubrió durante las obras de excavación este auténtico tesoro patrimonial: la que es considerada, todavía a día de hoy, la bodega más antigua de Valencia que se ha encontrado hasta ahora.
El Celler de la calle Baja es una construcción subterránea, en un semisótano de una antigua casa agraria, que en su concepción original fue utilizado como bodega, cuyo acceso se dispone desde la plaza del Árbol.
La creencia de que dicho espacio fuese utilizado como bodega, además de almacén para otros productos, fue porque durante las excavaciones se encontraron diversas tinajas y restos de varios depósitos situados a diferentes alturas utilizados para el vino.
Hasta ahora, en dicho espacio tan solo se llevaban a cabo algunas catas y degustaciones de vinos y cavas de la misma asociación de Proava, además de alguna que otra visita guiada. Durante años se le quiso dar la utilidad de museo del vino y gastronómico, donde se promocionaría la cultura vinícola y los productos valencianos. Aquella idea no se llevó a cabo hasta ahora, que de una manera diferente el espacio será convertido en un espacio «gastrocultural».



La bodega medieval, todo un descubrimiento que copó portadas y hojas de prensa diaria, salió a la luz durante el inicio de la ejecución de unas obras de viviendas en la plaza del Árbol tras el anterior derribo de otras, momento en el cual tuvieron que paralizarlas y realizar una excavación arqueológica entre los años 1998 y 2000 en la misma plaza.
En ese momento, el Instituto Valenciano de Vivienda (Ivvsa), que dependía de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda que dirigía José Ramón García Antón, fue el responsable de restaurar y consolidar el Celler (bodega) de la casa medieval del siglo XIII, quienes a través de sus técnicos fueron los responsables, además, de reintegrar el Celler en la edificación.
PROAVA, cuyas siglas significan Promoción Agroalimentaria de Calidad de la Comunidad Valenciana, es una asociación sin ánimo de lucro que aglutina del orden de 200 entidades del sector agroalimentario, bodegas, cooperativas, empresas de gastronomía tradicional, asociaciones y Denominaciones de Origen. Desde la asociación nos aseguran que están sumamente encantados de presentar el celler casi al mismo tiempo de la efeméride de la trigésima edición de la Mostra de Vins, Caves, Licors i Mostra d´Aliments Tradicionals de la Comunitat Valenciana.
Tras las obras de restauración, Ivvsa formalizó la compraventa del local adyacente a PROAVA, momento en el cual se firmó un contrato de cesión de uso para la bodega medieval que, desde 2010, es gestionada por la entidad que promociona los productos agroalimentarios de la Comunidad Valenciana desde un punto de vista cultural, artístico-divulgativo y responsable.
Por entonces, la dirección general de Patrimonio resolvió la protección, adecuación y puesta en valor avalada del Celler, en nueve partes diferenciadas, por ser uno de los más antiguos recuperados en Valencia, recuperando e incorporando, además, dos arcos carpaneles de sillería que se encontraron durante el derribo de la edificación que existía en la calle Baja con número 31.
En dicha actuación, se recuperó la conformación original de la construcción bajomedieval devolviendo el celler a su estado original en el siglo XIII, liberándolo de afecciones y construcciones más modernas y recuperando los paramentos originales con las mismas técnicas antiguas de edificación. Para ello, se desmontaron los añadidos que fueron introducidos en siglos posteriores (XIV-XV), como una escalera de la calle Cobertizo o un pozo de extracción de agua, manteniéndose la escalera ubicada en la calle Baja, original de fábrica.
Para evitar el contacto de la obra nueva con el Celler, se tomó la decisión de encapsular la estructura mediante un muro pantalla con viga de atado de coronación de pantalla y losa de cimentación sobre esta, protegiendo el coronamiento de las estructuras originales con cámaras de zahorra para evitar el contacto con los nuevos hormigones.
Tras la restauración, finalizada en 2010, es posible observar restos de la antigua bodega desde la plaza del Centenar de la Ploma, donde hay grandes ventanales a la vista del caminante, además de que en el interior de la Sede existe una cubierta transparente con paneles de metacrilato para admirar esta joya patrimonial tanto de cerca, en planta baja, como en altura, en planta alta y sobre ella.
Tras ser bautizado por los responsables de su presentación como un espacio único para “un maridaje perfecto entre la cultura y el patrimonio y los productos agroalimentarios”, la utilidad que se le ha dado al celler desde entonces es diversa pero continúa –rentabilidad patrimonial, social y de promoción de productos valencianos-, puesto que acoge en ocasiones diversas tanto exposiciones, como visitas con cita previa, catas de vinos premiados o en formato exprés, eventos privados o un sinfín de posibilidades.
DATOS Y CARACTERÍSTICAS DEL CELLER:
El Celler, de época posterior a la llegada de Jaime I, estaba situado en el interior de una casa con actividad agrícola, muy cercana a la puerta de Bab Al-Hanax, una de las entradas que conformaban la muralla musulmana de aquella Balansiya y que, todavía en el siglo XIII, seguía extramuros de una ciudad recién conquistada por el rey Conquistador, junto al arrabal de Roters y un camino que conformaría la actual calle Baja.
A pesar de que pueda parecer una idea descabellada, siglos atrás, el viñedo era uno de los principales cultivos extramuros de Valencia, por lo que el paisaje que se conformaría junto a aquella casa agrícola que albergó el Celler estaría compuesto por olivos, almendros y viñedos, principalmente.
El espacio sirvió para la elaboración, producción y almacenamiento del vino, junto con otros usos como almacén de aceites y cereales, cultivos principales de aquella época.
Los muros originales del Celler están fabricados con la técnica construida de tapia, en concreto el tapial en costra, que es tierra prensada con diversas capas de cal. Sus dimensiones, de planta rectangular, son de 7×5 metros, cuyos muros alcanzarían en el pasado los 4 metros de altura. Llama la atención un banco corrido o el arco rebajado, además de la mencionada técnica empleada en la construcción, cuyas estructuras son sucesivas capas alternas de mortero de cal, tierra y piedras medianas dentro de los cajones o tapieras a modo de encofrado.
El pavimento de cal original del Celler pudo ser recuperado excepto una pequeña parte central debido a una rotura, consolidándose y reintegrándose en la restauración, donde también hay que mencionar que se recuperó la sillería, el muro y se restituyeron, tras ser localizadas, las ménsulas del forjado original a sus posiciones originales.
Fue, por desgracia, en el siglo XV cuando pierde su función como bodega.