- Marines Viejo está ubicado junto a la Sierra Calderona, ofreciendo unas vistas impresionantes de todo el entorno que lo rodea, paisaje donde el rodeno es el principal protagonista.
- Desde Marines Viejo, además, se puede realizar la subida al Gorgo, uno de los picos más altos de la Serra Calderona con sus 908 metros.
En uno de nuestros viajes por la provincia de Valencia para daros a conocer rincones bonitos, nos hemos acercado a conocer Marines Viejo, el que fuese el pueblo principal de Marines que, al ser destruido por la gran riada de 1957, construyeron el que se conoce ahora como Marines Nuevo.
La dualidad y existencia de que dos poblaciones cercanas sean llamadas Marines viene dada, como ya hemos mencionado, por las consecuencias ocasionadas por el temporal del día 14 de octubre de 1957, fecha en la que se produjo el desbordamiento del barranco del Carraixet -aquel que, finalmente, vierte al mar sus aguas junto a la ermita dels Peixets de Alboraya- y del río Turia, con la consiguiente inundación de la ciudad de Valencia. La riada en Marines supuso que un inmenso alud de tierra y rocas de rodeno se precipitara sobre las calles del municipio, provocando la muerte de seis personas, destrozos irreparables en la mayoría de las casas y un éxodo masivo de la población que dejó la localidad en 569 Habitantes, motivo por el cual la población de Marines, finalmente, se traslada al llano de Llíria, a poco más de 10 kilómetros.
Tras innumerables gestiones por parte del Ayuntamiento, para abandonar el pueblo se barajaron dos hipotéticos emplazamientos: el Mas de la Torre d’en Conill (Bétera) o el Mas de la Maimona (Llíria). Se optó por la segunda opción, porque posibilitaba la continuidad espacial entre el viejo termino y el nuevo emplazamiento. El 9 de octubre de 1959, el Consejo de Ministros aprobó la adquisición de la finca y haciendo participar al Instituto Nacional de Colonización para la reparcelación de la masía, plantar naranjas, y proporcionar agua a los futuros colonos(compra del Pla de les Avenes y el Pozo del Francés).
En 1961 empezaron las obras del nuevo núcleo de población, tomándose como modelo las pueblas de conolización extremeñas del contemporáneo Plan de Badajoz de desarrollo agrario. Una vez finalizadas las obras, se sortearon los lotes de colonización, correspondiendo a cada vecino agricultor unas cuatro hanegadas de cítricos y otras cuatro de huerta. Se proveyeron lotes especiales para gente de avanzada edad y locales de comercio. Con todo listo el traslado de todos se realizó principalmente entre los días 12 y 22 de octubre de 1967.
El 30 de noviembre de 1967, se aprobó el Decreto 3.038/1967, por el que se reconstituía el nuevo municipio de Marines, con sede en el nuevo emplazamiento del Camp de Túria. La ubicación del núcleo antiguo de Marines, a 445 de altitud, rodeado de montes, era muy diferente al situado en el llano a 220 m. El nuevo Marines, era un pueblo de colonización agrícola y con un espacio racionalmente organizado, de calles anchas y regulares, con su centro en la plazo donde recae la iglesia y el Ayuntamiento.
En 1967 también se terminaron las obras del pantano de Loriguilla, en la Serranía, y 54 familias procedentes del municipio afectado de Domeño fue destinado a Marines; aunque las numerosas gestiones retrasarían su traslado hasta enero de 1973; y la adjudicación provisional de las casas y los nuevos lotes de tierra hasta 1976.
Marines Viejo, sin embargo, tal y como se puede leer en una placa de un rincón de la población, fue rehabilitado y dado de alta de nuevo como población el 11 de octubre de 1982 y, en estos momentos -tal y como pudimos comprobar-, sigue viviendo gente, sobre todo ahora en los meses de verano. Tiene algunos rinconcitos bellos con cuestas, calles llenas de flores, gente a la fresca, muchos gatos…lugar muy rural digno de visita.
En Marines viejo viven casi 100 personas empadronadas todo el año. Entre ellas varias familias y 10 niñ@s.
En su arquitectura, tal y como menciona el propio ayuntamiento de Marines, se puede observar todavía el adoquinado típico de muchas de sus calles, además de casas con tipología típica valenciana (como la calle de la Purísima), alternando con casas de estilo aragonés (como la calle de los Doctores), donde también vale la pena visitar el abrevadero construido en el siglo XIX o un sencillo lavadero al aire libre con sus losas de rodeno desgastadas por el uso, inclinadas sobre el agua de la acequia.