- La magia de este lugar reside en los restos íberos que allá pueden verse: las habitaciones del templo dedicado a la Diosa Madre, la Tanit de los cartagineses. Se sabe que, como en otros santuarios íberos, cada equinoccio (hacia el 21-22 de marzo y de septiembre) se podía observar desde la cima del santuario (donde hoy se erige una torre del s. XIX) la salida del sol por un lugar especial: la isla de Benidorm. Este fenómeno, que todavía puede observarse, servía para calcular el comienzo del año agrícola, algo vital para la supervivencia en esos tiempos.
Junto a la Cala de la Malladeta de la Vila Joiosa, una zona muy bonita del pequeño municipio costero de Alicante, se sitúa un rincón mágico: el Santuario de la Malladeta. Allá, el visitante podrá descubrir los restos de un santuario íbero creado en el s. IV a. C. y dedicado a la Diosa Madre, la Tanit de los cartagineses, tal y como así atestiguan las estatuillas de cerámica de la diosa, y otras ofrendas, que aparecieron en el lugar y que ahora se pueden ver en el Vilamuseu.
La Malladeta era el santuario de la ciudad íbera de la Vila Joiosa (la Alonís de los textos griegos), origen del municipium romano de Allon.
Del santuario, por desgracia, no queda nada, ya que sobre él se erige ahora una torre del s. XIX. Sin embargo, sí que existen restos íberos en el lugar, los restos de las estancias del templo, unas 9 “habitaciones con terrazas”, a modo de balcón sobre el mar, junto al llamado balcó de la Frontera Desert, un espectacular mirador de la población con un banquito.
Respecto a las habitaciones, por lo que indica la cartelería, decir que se abandonaron entorno al 25 a. C., y solo se continuó usando el templo en la cima de la colina, lugar donde ahora está la torre del s. XIX, hasta el 80 d. C., cuando en época imperial romana fue abandonado por completo el santuario.
Pero no son los únicos restos de otros siglos que pueden encontrarse aquí, aunque quizá sean más cercanos a nuestro tiempo.
En primer lugar, también podemos encontrarnos junto al santuario íbero la Villa Giacomina, una vieja villa construida por el médico Alfonso Izquierdo en 1910, donde vivió en ella, con su familia, hasta 1922. Se trata de un edificio historicista que imita estilos mediales: su fachada principal imita el estilo gótico cristiano; y su fachada trasera imita los edificios árabes. Según podemos saber por la cartelería del lugar, tenía una estrella de David en una de sus ventanas. Esta mezcla de las tres religiones es típica de la masonería. Durante la Guerra Civil española residió en la villa el Dr. Bastos, traumatólogo jefe del Hospital Militar Base de la Vila Joiosa. Tras la guerra, se alojó aquí la División Italiana Littorio. Al parecer, el Ayuntamiento de la Vila Joiosa quiere recuperar esta bella villa. Ojalá sea así.
Junto a la villa, además, podemos ver los restos de un aljibe cercado, y más próximo al rincón mágico, se encuentra una torre en la cumbre del cerro, construida a finales del s. XIX como estudio privado por el famoso psiquiatra Alfonso Esquerdo, jefe del Partido Republicano y tío de Alfonso Esquerdo, propietario de Villa Giacomina en sus inicios -es en este lugar donde se situaba el santuario-.
Por supuesto, para aquellos que deseen disfrutar de una cala mágica, la Cala de la Malladeta ofrece una cala rocosa de aguas cristalinas para disfrutar de un día de sol y playa. A continuación, podéis ver nuestras fotos de Instagram en la visita a la Malladeta.
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Para un acceso más fácil a todo lo mencionado en este lugar, podéis ver las siguientes direcciones de Googlep Maps.
También podéis guiaros y seguir una corta ruta de 2 kilómetros con nuestro track de Wikiloc https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/la-malladeta-la-vila-joiosa-69589705 tras haber aparcado en cerca del nº17 de la Avenida de la Marina Baixa.