En el interior del Palacio Valeriola, sede del Centro de Arte Hortensia Herrero que abre sus puertas desde el sábado 11 de noviembre de 2023, se encuentran auténticas joyas de la historia de la ciudad de Valencia, tales como un recuperado horno medieval del s. XIV, una fuente islámica del patio árabe que hubo; los restos del barrio judío (la trama de una calle); o el protagonista de este artículo: un gran fragmento del circo romano de Valentia, el cual, entre los s. XI y XIII, formó parte de la Balansiya musulmana.
En nuestra visita al subsuelo o sótano del palacio quedamos maravillados tras ver parte del recinto que albergó la Valencia romana, restos hallados durante las excavaciones arqueológicas que son mucho más grandes que los que se pueden visitar en el Patio Sur del Cementerio Medieval de la Iglesia de San Juan del Hospital (donde hay una pequeña parte de la spina), templo que se encuentra justo al lado del palacio (de hecho, desde alguna de las salas es posible ver en altura el cementerio).



Tal y como explica la cartelería que hay junto al fragmento de circo romano del Palacio de Valeriola, “los restos de este gran edificio, oculto bajo la ciudad contemporánea, fueron documentados arqueológicamente en diversas excavaciones entre los años 1987 y 1994, erróneamente interpretados en su inicio debido a la falta de indicios previos, tanto materiales como documentales o epigráficos. El hallazgo en el año 1995 de un tramo de su cabecera en un solar de la calle de la Paz nº28, y su unión con el resto de muros y otras estructuras localizadas en otras diez excavaciones dispersas a lo largo de 300 metros, permitió la correcta identificación e interpretación de cada uno de sus componentes esenciales: carceres (lugar de donde salían los carros), muros del gradería, arena o pista, cabecera y spina (barrera central).
“Los carceres” se localizaron en la excavación de la calle Barón de Petrés; el muro occidental de la gradería en la plaza Nápoles y Sicilia, calle Palau y calle Miracle; el muro oriental en calle Trinquete de Caballeros y calle Comedias; la cabecera en calle de la Paz nº28; la arena en la plaza Nápoles y Sicilia nº10; y la spina en la cripta de Santa Bárbara del Cementerio Medieval de San Juan del Hospital (justo al lado del Palacio Valeriola). Este circo se disponía en dirección norte-sur desde la calle Almirall y la plaza Nápoles y Sicilia, y llegaba hasta más allá de la actual calle de la Paz, donde recaía su extremo semicircular».
Cabe indicar, para un mayor conocimiento, que el circo de la Valencia romana medía cerca de los 350 metros de largo por 75 metros de ancho, indicando que la altura exterior de los muros sería de unos 2,70 metros y que iría descendiendo hasta 1,80 metros para configurar las gradas.
Albergaría seguramente una capacidad para unos 10.000 espectadores, siendo construido en el siglo II d.C. y permaneciendo en activo, probablemente, hasta el siglo V o inicios del siglo VI d.C., durante más de 300 años. Después de esto, pasó de convertirse de circo a campo de cultivo tras abandonarse la parte de la arena (la pista de carreras) y el resto de elementos dando paso, también, a un barrio con casas y otros edificios, siendo posteriormente utilizados algunos de sus muros como parte de la muralla islámica o para sillares de casas u otros elementos.
También se fueron reutilizando las piedras y elementos constructivos del circo como cantera para construir otros edificios posteriores de tal manera que a lo largo de los siglos se perdió la visibilidad del circo y acabó desapareciendo de la memoria de los habitantes de Valencia.
La Valencia olvidada: El circo romano de Valentia | Ocio y cultura | Cadena SER



Mencionar, por último, que el mismo texto que hay junto a los restos (indicando como titulo “magia y circo, ritual de fundación”), explica que “para la sociedad romana la construcción de un espacio urbano estaba considerada como una acción trascendente. Por ese motivo, tanto en su inicio como en la finalización, la realización de actividades rituales reafirmaba la función social de la actividad constructiva.
En los niveles fundacionales de la ciudad se han encontrado diversos objetos que servían como ofrendas en rituales, ya que se creía que la construcción de un elemento singular sobre un espacio consagrado a los dioses provocaría enojo y molestia divina, que debía saciarse con un sacrificio animal. Es muy probable que en el entorno del circo de Valentia se celebrase un acto ritual vinculado con su construcción o alguna actividad de este ámbito, previsiblemente con algún animal ecuestre.
De hecho, en la parte exterior del circo romano de Valentia, junto a la pared y situado sobre el nivel arqueológicamente estéril, se localizó la parte superior de la cabeza de un caballo señalizada con dos tejas hincadas en la tierra y unidas con mortero de cal, lo que se interpreta como un ritual relacionado con su construcción».
Para saber los horarios y comprar entradas del Centro de Arte Hortensia Herrero, podéis visitar la web CAHH.ES
Fuentes:
- Cartelería in situ de los restos del circo romano del Palacio Valeriola.
- El GRAN HERMANO DEL PATRIMONIO CULTURAL VALENCIANO: Una Spina en el corazón de Valencia (conocevalenciapaseando.blogspot.com)
- La Valencia olvidada: El circo romano de Valentia | Ocio y cultura | Cadena SER.
- L’espina del circ romà de Valencia. – Passejant Valencia (actualitatvalenciana.com)
- Un hallazgo inesperado: La spina del Circo Romano de Valentia – Iglesia San Juan del Hospital
Recomendamos:
- La lectura de «El Circo romano de Valentia», de Albert Ribera i Lacomba (ISBN: 978-84-8484-406-8). Editor Ajuntament de Valencia. Depòsit legal V-3066-2013.
- Visitar el Museo de la Almoina para conocer más detalles sobre la Valencia romana. Más info en El Museo de la Almoina, el lugar donde viajar a la Valencia romana, visigoda y árabe (valenciabonita.es).