Peñíscola, una de las poblaciones más bonitas del mundo, está llena de rincones con encanto, como por ejemplo la preciosa Casa de las Conchas. De entre todos los lugares que pueden visitarse en la ciudad del Papa Luna, hay uno que llama, sin duda alguna, poderosamente la atención por su naturaleza caprichosa. Hablamos del Bufador de Peníscola, un curioso agujero formado de manera natural en la roca que permite el paso del agua de mar y emite un característico aullido -en otros tiempos, según cuentas algunas leyendas, fue elemento de disuasión para quienes querían asaltar el castillo o la villa-.
Ubicado en pleno casco antiguo de la ciudad castellonense y muy cerquita de la Puerta de San Pedro, en la calle Bajada del Bufador y junto al local Samarucs -un chiringuito tipo chill out que ofrece cenas, cervezas con tapitas y cócteles, cuyas reservas podéis hacer al 964 48 19 65 o al 673 248 893-, este orificio de ventilación en la roca es digno de visita sobre todo cuando el mar está agitado, pues su inconfundible sonido, y la presión del agua cuando hay oleaje, os harán disfrutar de un espectáculo único.
El Bufador, cuya profundidad es de 6 metros y que conduce a una segunda boca de unos 10 metros inundada por el mar, debe su nombre al característico aullido de las olas, al bufar, tras romper éstas con la cavidad, siendo este rugir más fuerte cuando hay temporal, dado que el agua del mar asciende por dicho agujero.
Como os podéis imaginar, el verano no es la estación más propicia para verlo en todo su esplendor, dado que tan solo oiréis el sonido del mar, pero es un rincón más de parada obligatoria -cuando hay temporal, si lo hacéis con oleaje, hacedlo a distancia, con precaución-.
Podéis verlo en altura desde la calle prolongación de las Atarazanas; desde la propia calle Bajada del Bufador, bajando unas escaleras y tomando algo en el local Samaruc; o desde el mar con una pequeña embarcación, desde otro punto de vista, si es que el tiempo os lo permite.