Oropesa del Mar, una encantadora localidad de Castellón a poco más de una hora de Valencia capital, tiene numerosos encantos costeros que ofrecer al visitante, como por ejemplo La Renegà, un precioso conjunto de pequeñas calas salvajes rodeadas de una pinada frente al mar.
Sin embargo, en esta ocasión hablamos de dos pequeñas calas que están prácticamente juntas, tan solo separadas por un peñón o pequeño cerro del que más adelanta hablaremos: la Cala Orpesa la Vella y la Cala del Retor.
La primera cala protagonista del artículo, la Cala Orpesa la Vella, tal y como podemos leer en la guía de playas y calas de la oficina de turismo de Oropesa del Mar, es una pequeña cala que, prácticamente, está considerada como la prolongación sur de la Playa la Concha, separada de la misma por un pequeño saliente rocoso en la arena que le confiere el encanto de cierta privacidad natural y cerrada al sur por el cerro de Orpesa la Vella.
Con una longitud de 120 metros y una anchura de 50 metros, esta cala a la que se accede fácilmente a pie posee una excelente condición de baño, una arena fina y dorada, y aguas poco profundas y sin apenas oleaje. En nuestra visita, pudimos comprobar que se trata de una cala muy tranquilita y agradable, aunque en las inmediaciones es bastante complicado aparcar -hay zona azul hasta el final del paseo y después hay una calle sin salida y sin asfalta que se llena enseguida, entre las dos calas-.


En cuanto a la Cala del Retor, ésta la encontraremos a continuación del cerro que podemos ver en la Cala Orpesa la Vella, aunque para ir hasta este cala a pie, tendremos que salir andando a la carretera y, justo al lado, bajar por una indicación que hay próxima. La cala se encuentra protegida entre la colina en la que se ubican los vestigios de lo que fue el poblado ibérico, Orpesa la Vella, y el moderno puerto deportivo.
Esta pequeña cala de arena fina, de unos 70 metros de longitud y 45 metros de anchura, así como de aguas cristalinas, tranquilas y poco profundas, suele ser de baja ocupación, por lo que es ideal para desconectar de multitudes, llevarse un buen libro o, simplemente, pasar un día de playa ideal.

Al igual que en la Cala de Orpesa la Vella, donde también se puede acceder a pie, es complicado aparcar al lado, ya que hay pocos sitios y en temporada alta es mejor ir temprano o a última hora de la tarde. El resto del año, no hay problema alguno.
La Cala del Retor se convirtió en 2019 en la primera playa sin humos de la Comunidad Valenciana con el objetivo de promocionar hábitos saludables. La iniciativa, no sancionadora, recomienda a los usuarios no fumar a través de la divulgación de hábitos saludables.
Cada colilla que se deposita en la arena pueda contaminar hasta 50 litros de agua, algo que puede dañar seriamente los fondos marinos.
Tal y como habéis podido leer en uno de los párrafos anteriores, lo realmente interesante de las dos calas, además de su encanto -nos gustó muchísimo más la del Retor por poder adentrarnos en el mar pegados a la roca, dando una sensación de aislamiento en las fotos- es el poblado ibérico, aunque poco queda de él. A lo largo de los años, por desgracia, ha sido expoliado, por lo que los restos que hoy se divisan desde la Cala del Retor, o desde la valla, son simplemente una bella estampa que acompaña las vistas de la cala.
Para conocer más sobre el poblado ibérico de Orpesa la Vella, podéis leer el PDF DEL POBLADO DE LA EDAD DEL BRONCE DE ORPESA LA VELLA