A los pies del castillo de Forna, en plena Marina Alta, se sitúa el pequeño núcleo de Forna, rincón con menos de 100 habitantes que consigue sorprender al visitante gracias al entramado urbano de pequeñas casas bien conservadas y decoradas, principalmente, con flores junto a sus fachadas.
En nuestra visita, recorriendo las calles más destacadas de esta pequeña localidad –destacando la calle Perera, entre otras, por su bella decoración floral- percibimos la paz que se respira por esta zona, rodeada de huertos, lugar donde conviven vecinos de toda la vida con personas venidas de otros países para establecerse comprado casa aquí.
El Restaurante Nautilus, ubicado en Forna, ofrece toda una experiencia gastronómica, sobre todo en los almuerzos.
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Cabe decir que el núcleo de Forna, en realidad, forma un único conjunto con la cercana población de L’Atzúbia -antes del siglo XX, Forna y L´Atzúbia formaban núcleos diferentes, pero se fusionaron en el año 1911-.
Forna, además, está integrada en Pego i Les Valls, una mancomunitat que abarca los municipios de Pego, L’Atzúbia-Forna, La Vall de Gallinera, La Vall d’Alcalà y La Vall d’Ebo, todos ellos en la provincia de Alicante.
La pena de nuestra visita fue comprobar que el castillo -del siglo XV- sigue cerrado, en obras nos comentan –obras para recuperar un gran patrimonio y que fueron adjudicadas a BAU Arquitectos-. Aunque eso sí: podéis disfrutar de las vistas que ofrece subir a la cima donde se sitúa, pudiendo dejar el coche antes de la ascensión.
Por cierto, no podéis olvidaros de visitar la cercana población de L’Atzúbia, la que forma un único conjunto con Forna. Si bien no es tan bella como la protagonista principal de nuestro artículo, bien merece la pena acercarse a conocer sus encantos.
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