Valencia, 28 de diciembre de 2021. Punto y final al largo culebrón de la Corona española. Juan Carlos I regresa a España y se instala en Valencia. La noticia ha saltado hoy mismo tras la inminente llegada al Aeropuerto de Manises de don Juan Carlos de Borbón, que ha pillado a todos por sorpresa.
Cabe recordar que el emérito mantiene el título de rey de forma exclusivamente honoraria, sin competencias constitucionales o prerrogativas desde 2014, y que, además de no tener ninguna función pública ni secretaría, no cobra una asignación pública de la Casa Real desde el pasado mes de marzo de 2020, si bien cabe recalcar que sus gastos de escolta seguían, y siguen, corriendo a cuenta del Estado y los españoles, incluidos los republicanos y, por ejemplo, todas aquellas personas que en su DNI, aunque no lo quieran, pone “nacionalidad ESP”.
Ahora, tras el regreso a España del anterior monarca, y tras comunicarse que no será investigado ni juzgado por sus supuestos delitos económicos o sobre la demanda por presunto acoso presentada por Corinna zu Sayn-Wittgenstein contra él, Felipe VI le abonará, de nuevo, la asignación presupuestaria que libremente le pasaba anualmente, con cargo a la partida correspondiente de los Presupuestos Generales del Estado, por un importe de 161.034 euros, más extras que no se han querido desvelar por si acaso alguien se ofende. Eso sí: la única condición es que no se podía alojar en el Palacio de la Zarzuela cerca de su hijo, por lo que el Rey Juan Carlos I ha optado por la ciudad de Valencia por su gran belleza y por ser la mejor ciudad del mundo para vivir.
«Valencia es muy bonita y vengo a vivir a la mejor ciudad del mundo. No me amarguéis la estancia» ha dicho el Rey Juan Carlos I nada más bajar del avión.

Joan Ribó, alcalde de Valencia, no ha querido perderse la llegada del emérito tras conocer la noticia, a pesar de ser republicano, algo que él mismo ha reconocido públicamente en alguna que otra ocasión. Por ello, junto con una comitiva consistorial, y a toda velocidad al más puro “Bienvenido, Mister Marshall”, marcharon al aeropuerto para jalear y recibir, con mucha euforia, a don Juan Carlos a los gritos de ¡Larga Viva el Rey, a pesar de ser Valencia cuidad republicana!
Y es que, por lo visto, Ribó ha confesado que la llegada de Juan Carlos I propiciará mucho dinero a las arcas a la ciudad, ya que parte de ese gasto del Estado destinado a la Casa Real se quedará aquí, además de que, posiblemente, medios de comunicación de todo el mundo, curiosos o acérrimos al anterior Rey o la Corona española vengan a visitar la capital aunque solo sea para poder ver al rey asomarse por la ventana de donde se instalará.
Al parecer, el rey se instalará en la suite más cara de Valencia, que está en el Hotel Balneario de Las Arenas. La habitación se llama Malvarrosa y pasar una noche en esta suite puede costar hasta 3.500 euros. De 110 m2, está catalogada como la más cara con precios que arrancan en 1.900 euros y pueden llegar a los 3.500 euros la noche. Ha sido objeto de deseo de magnates árabes, oligarcas rusos, intelectuales, políticos y todo tipo de celebrities del mundo del cine (uno de los James Bond más clásicos, Daniel Craig, ha dormido en ella, por ejemplo) que llegan a la ciudad para pasar unos días. Dentro de la suite, hay de todo: salón, comedor con office, un dormitorio con cama King Size y vestidor más grande todavía, terraza privada, bañera redonda de hidromasaje, amenities de Hermés… Y, como no, unas vistas únicas al paseo marítimo y al Mediterráneo.
Este artículo está creado para el día 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. Las personas aquí mencionadas, declaraciones o información proporcionada forman parte de una inocentada, no de un fake new. Valencia Bonita no tiene intención de herir sentimientos, cortar libertades, recortar derechos ni de mentir con algún fin maligno o motivo, ya que este medio tiene, a lo largo de los años, tradición durante este día en gastar bromas, inocentadas y tocar temas que pueden ser sensibles pero que, de una manera u otra, forman parte de nuestro día a día, intentando hacer ver que el humor es necesario, así como la libertad de prensa y el derecho a reivindicar este día, donde las tres cosas anteriormente mencionadas, inequívocamente, van unidas de la mano.