A las afueras de la pequeña población de La Vilavella, ubicada en la comarca de la Plana Baixa (Castellón), se encuentran unas ruinas dignas de visita ubicadas sobre el cerro de San Sebastián.
Hablamos del Castell de La Vilavella, rincón que se puede visitar en cualquier momento para disfrutar, desde él, de unas vistas únicas de la población o los alrededores, pudiendo ver la localidad de Nules o incluso divisar el mar, entre otros puntos -destaca, además, que junto a las ruinas hay varios carteles explicativos para conocer la historia del castillo, además de que se está restaurando-.
Para quien desee conocer este rincón histórico que está siendo restaurado poco a poco, a fecha de febrero de 2022, es posible realizar una cortita ruta de 10 minutos, con poco desnivel, para subir al castillo, cuyo acceso se realiza de manera sencilla desde un sendero ubicado en las coordenadas sexagesimales 39°51’45.6″N 0°11’24.3″W o en decimales 39.862677, -0.190090 -a los pies de la siguiente marca de Google Maps-.
Para una mayor comodidad, podéis aparcar en un parking habilitado muy cerca del sendero de subida, en las coordenadas sexagesimales 39°51’37.3″N 0°11’17.0″W o en decimales 39.860359, -0.188053 (si buscáis en Google «Partida del Castell 387 La Vilavella», el Maps o Street View os mostrará el lugar donde podéis aparcar).
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Castell de #LaVilavella, #Castelló. Vistes de la població, la propera Nules o bona part del territori que rodeja la fortalessa.
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— Valencia Bonita ® (@valenciabonita_) March 14, 2022
@valenciabonita El llamado #CastelldelaVilavella, en #LaVilavella, se encuentra en lo alto del cerro #sansebastian 😛 #castillo #castillos #ComunitatValenciana ♬ Qipao – Official Sound Studio
Por cierto, muy cerquita del castillo es posible realizar la Ruta de la Guerra o de las Trincheras de Vilavella, por lo que podéis complementar la visita.
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SOBRE EL CASTELL DE LA VILAVELLA, SEGÚN LA FICHA DEL INVENTARIO GENERAL DEL PATRIMONIO CULTURAL VALENCIANO:
La Vilavella, o Villavieja, es la Noulas citada en los itinerarios de las vías romanas. Es en el llibre dels Fets de Juame I donde aparece una de las primeras referencias documentales sobre Nules (la actual La Vilavella). En el año 1233 después de la conquista de Burriana, el rey dio protección a los sarracenos expulsados de esta ciudad, para que “fossen sauls e segurs tro a Nul.les”.
La primera mención del también llamado castillo de Nules se encuentra también en el mencionado libro, al relatar su capitulación. El suceso se produjo en Cuaresma del 1238, cuando después de tomar posesión del castillo de Almenara, Jaime I va a recibir mensaje de los “d´Uxó e de Nubles, e de Castro” que querían pactar la rendición de las fortalezas. Las negociaciones se efectuaron en un campo de higueras situado cerca de una torre “la cual havia nom Mencofa en temps de sarraïns”.
Trece años más tarde, el 16 de septiembre de 1251, el rey, estando en Tamarit de Llitera, donó a Guillem de Moncada el castillo y la villa de Nules, según costumbre de Barcelona. De Guillem, el castillo pasó a su hijo Guillem Ramón y de éste a su hijo Ramón. En tiempos de Guillem Ramón de Moncada residían en el castillo al menos diez hombres, encargados de la limpieza y mantenimiento de la fortaleza.
El 18 de noviembre de 1314 el rey dio autorización a Ramón de Moncada para vender la ciudad, el castillo y el término de Nules al noble Gilabert de Centelles. El 8 de octubre de 1316, Gilabert prestaba homenaje delante del rey como señor del castillo. Dos días más tarde Jaime II autorizaba a dicho noble, casado con Blanca de Moncada, hija de Ramón, a recuperar todas las posesiones y derechos de los lugares situados en el término del castillo, que habían sido vendidos por los Moncada sin el preceptivo permiso real.
En la segunda mitad del siglo XIII fueron fundadas, dentro del término del castillo, la villa de Moncofar y la población de Nules, continuando la antigua villa como la población más importante. El castillo fue el punto de referencia para designar el territorio donde se asentaban las cuatro poblaciones que configuraban la baronía: La Vilavella, Moncofa, La Pobla de Nules y Mascarell. Así en el año 1321 el rey Jaime II, ordena a Guillem Ros que vuelva a ejercer el cargo de baile del castillo. Y el 4 de marzo de 1325 el rey mandó a los ejecutores del testamento de Gilabert de Centelles, que reparasen el castillo, para que la viuda de Gilabert y su hijo Gilabertó pudieran habitar allí.
Además de las estancias donde habitaban los señores consta que el castillo poseía una capilla dedicada a Santa María y San Jaime.
En el año 1364 el castillo fue arrasado por Pedro el Cruel. En el testamento de Gilabert de Centelles II protocolizado en Valencia el 14 de noviembre de 1365 se menciona que la capilla del castillo está “quasi tota derruida, destructa y cremada”.
En el mismo testamento Gilabert deja 8.000 sueldos para reconstruir la capilla en la torre Grossa, así como diez mil para la compra de ornamentos. El año 1374 el rey autorizó a Pere de Centelles a imponer, por cinco años más, impuestos sobre el vino, carne y otras mercancías a las poblaciones de Xilxes y Nules para continuar fortificando las murallas de Nules.
A lo largo del siglo XV se instaló en la torre central, probablemente la torre “Grossa” mencionada en el testamento de Gilabert de Centelles II, un interesante pavimento de Alfardons i manisetes, decorados con el escudo de los Centelles y las leyendas “Cent dol.lors a un plaer” y “Condes vells, baralla nova”. En el 1481 el castillo consta como inhabitado y con las puertas abiertas.
El castillo se asienta sobre un montículo de 148 metros de altitud, conformado por estructuras calcáreas pertenecientes al Muschelkalk. Ocupa una estratégica posición sobre la Plana, circunstancia que junto con la existencia de abundante agua, ha propiciado la ocupación continúa desde el neolítico.
Se desconoce la fecha de construcción de la fortaleza árabe. A partir de fragmentos cerámicos de época califal conservados en el Museo de Historia de Nules y de monedas árabes (algunas de ellas correspondientes a Abderraman I, 731-788), se puede aventurar el siglo IX como probable fecha de levantamiento del recinto primitivo.
El castillo estuvo dotado de siete torres dando la vuelta a su muralla perimetral. En la época de los Taifas y más tarde bajo la denominación cristiana, le fueron añadidas otras construcciones, conservando la construcción califal.
El castillo fue una fortificación concebida, no como residencia, sino como refugio de los habitantes de la población, ubicada a sus pies. Aunque posteriormente se habilitó como residencia señorial como se menciona anteriormente.
Quedan restos de un interesante pavimento de Alfardons i manisetes, decorados con el escudo de los Centelles y las leyendas “Cent dol.lors a un plaer” y “Condes vells, baralla nova” del siglo XV que fueron colocados en la torre central.
Los restos del primitivo pavimento califal y algunas monedas musulmanas se encuentran depositados en el Museo de Historia de Nules. Los restos de pavimentos del siglo XV, se custodian en diversos museos de la provincia de Castellón, entre los que se encuentran el Museo de Bellas Artes de Castellón, el de Onda, el de La Vilavella, el etnográfico de Villarreal y el arqueológico de Burriana, y en dos colecciones particulares.
En la década de los años veinte del siglo XIX se encontró un tesorillo que fue vendido y con su importe una familia compró una casa en el pueblo. (C.Pérez-Olagüe).
Gran parte de este artículo es una obra derivada de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un Bien de Interés Cultural según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (según R-I-51-0003882 publicado en el BOE de 09/08/72), texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española. Este texto, a su vez, es de C. Pérez-Olagüe.