Valencia, viernes 8 de abril de 2022. Una exposición en Gandia recopila 125 matracas y sus usos: sonido de la Semana Santa, alarma de incendio e incluso animación de partidos. Organizada por la Hermandad de la Santísima Cruz de Gandia y el Ayuntamiento de Gandia, permanecerá abierta al público hasta el 20 de abril en la Sala Coll Alas de Gandia -en la Plaça de les Escoles Pies, junto a las estatuas de los Borja, en la siguiente localización de Google Maps. Horario de lunes a sábado de 10:30 a 14:00 y de 17:30 a 19:30 horas, domingos y festivos de 18:00 a 20:00 horas. Cierre jueves santo, viernes santo, domingo de pascua y lunes de pascua-.
La Hermandad de la Santísima Cruz «recuperó en 2017 el sonido tradicional de la matraca incorporando un matracón de campanario y una sección de matracas de mano en los desfiles procesionales de la Semana Santa de Gandia. Esta exposición es una de las actividades organizadas para hacer pedagogía de este instrumento de percusión típico de Semana Santa», indican desde la Hermandad.
En la exposición pueden verse «más de 125 matracas, de las más de 700 que el artesano Francisco Marcos Fernández ha recopilado o construido su réplica exacta, que provienen de los cinco continentes, con una antigüedad que data desde el siglo XVII hasta mediados del XX, recuperando los sonidos olvidados de la Semana Santa». Incluye piezas originales de todo el mundo y representaciones de España así como matracas de la comarca de La Safor y la matraca que procesiona con la Hermandad de la Santísima Cruz en las procesiones de Semana Santa, junto con «las señas de identidad más importantes de la asociación, destacando la antigua imagen de la Hermandad de la Santísima Cruz tras la refundación en el año 1940».
En nuestra visita a la exposición quedamos fascinados por todos los usos que ha tenido, y todavía tienen, a lo largo de la historia, como por ejemplo animar en campos de fútbol, avisos de diferentes cuerpos de policía o bomberos, avisos de alarma a la población ante fuego o guerras, de carácter festivo, para espantar pájaros o, como es el caso principal en esta exposición, religioso.



Antiguamente la matraca se utilizaba en actos religiosos de la Semana Santa, ya que en estaba prohibido tocar las campanas, y constan de un cuerpo o tablero de madera al que se le unen unos martilletes móviles, que pueden ser de madera o metal, y que son los que se encargan de golpear el cuerpo de madera.
En España se utilizan principalmente en actos religiosos de la Semana Santa y en el resto del mundo «su uso ha sido muy variado: en fiestas judías y populares, Guerras Mundiales, policía inglesa en la época Victoriana, día de la Independencia de Estados Unidos, alarma de fuego, para levantar la caza, animar en campos de fútbol, ahuyentar lobos o espantar pájaros, entre otros».
La muestra expositiva ha sido organizada por la Hermandad de la Santísima Cruz y el Consistorio con la colaboración de Francisco Marcos Fernández, la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa de Gandia y la Asociación «El Taxi Unido».
SOBRE LA MATRACA:
La matraca, carraca o carraco es un instrumento musical de percusión de la familia de los idiófonos. Consta de un cuerpo o tablero de madera al que se le unen unos martilletes móviles, que pueden ser de madera o metal, que son los que se encargan de golpear el cuerpo de madera, según el tipo de matraca puede tener tres, dos, o un solo martillo, además también tiene un mango para sujetarla. El sonido se produce al sujetar la carraca por el mango y hacerla girar. Al ruido continuado de la matraca se le denomina matraqueo.
En algunos casos, puede disponer de un asa, convirtiéndola en una matraca portátil para su uso en las calles, e incluso algunas tienen varios cuerpos de madera, a veces huecos, que se accionan con una manivela y mueve unos mazos de gran tamaño, encargados de causar el sonido, estas últimas son las llamadas matracas de campanario. Las matracas de campanario sustituían a las campanas, cuya misión era hacer callar a la multitud. Algunas de estas matracas de campanario todavía subsisten, pero en un estado deteriorado, como son los casos de la Catedral de Roda de Isábena y la iglesia de San Pablo en Zaragoza. No obstante, en el campanario de la iglesia de San Bartolomé en Petrel (Alicante), se pueden encontrar en bastante buen estado un ejemplo de matraca de campanario, que a día de hoy todavía se hace sonar exclusivamente en Semana Santa. En Samper de Calanda, provincia Teruel, en la Iglesia de El Salvador de esta localidad, se sustituyó la matraca antigua por una nueva. La antigua pasó a formar parte del museo de la Semana Santa de esta localidad.
Si bien su origen parece incierto, diversas fuentes citan que el nombre «matraca» proviene del árabe hârraqa o hârraq, que se refiere a un gran navío de mercancías (la carraca). El Diccionario Etimológico Castellano e Hispánico de Joan Corominas (1954) apunta que el término podría ser una «palabra onomatopéyica, basada en los crujidos de estos pesados barcos». La matraca se sabe que también las hay romanas de mucha antigüedad, pero también la gran mayoría de los instrumentos de percusión son de origen oriental. En China, India, Indonesia, o incluso en zonas del continente africano, se fabricaban instrumentos muy parecidos a la matraca. Sin embargo, estos países no solían utilizar campanas, y fabricaban instrumentos basados en tablas de madera golpeadas por tablillas o mazos.
La llegada de la matraca a España fue posible gracias a los árabes, ya que la palabra matraca viene del árabe «mitraqa», que significa martillo, y de «táraq», que significa golpear. La matraca se adaptó bastante bien en la Europa medieval, fue utilizada como instrumento para acompasar trabajos como la «pisa» de la uva en los grandes y medianos lagares y durante un tiempo fueron muy utilizadas en regiones como Alsacia y Alemania.