La huerta valenciana, plenamente desarrollada en la Edad Media durante el periodo islámico (si bien cabe mencionar su nacimiento durante la época del Imperio Romano), es una de las más ricas de nuestro país en cuanto a cultura, actividad agraria e historia, aunque por desgracia se ha visto enormemente afectada y mermada desde hace décadas por la expansión urbanística y el poco o nulo interés de quienes podrían protegerla, que son nuestros representantes políticos.
La ciudad de Valencia (y sus poblaciones más próximas, todo ello gracias a la enorme e importante infraestructura fluvial de acequias y partidores que desde la época musulmana han controlado el uso y la utilización de los caudales de riego, recalcando de otra manera que, ojo, los musulmanes no inventaron nada, sino que simplemente mejoraron la disposición romana), dispone de un importante sistema de riego basado en nueve acequias mayores (Quart, Benàger i Faitanar, Tormos, Mislata, Chirivella, Mestalla, Favara, Rascaña y Rovella), las cuales dan agua de riego para cientos de huertas cuyos huertanos tienen como máximo representante y mandatario el Tribunal de las Aguas de Valencia.
El origen de dicho tribunal es totalmente desconocido, pese a que lo más probable es que sea una evolución basada en tradiciones andalusíes anteriores. Algunos historiadores, como José Vicente Gómez Bayarri, sitúan sus orígenes en la época romana, si bien hay quienes lo datan de tiempo más cercano en base a unos documentos del siglo XV y que su constitución como tal es más cercana.
Estas acequias mayores estuvieron regidas casi con toda seguridad desde la época musulmana por el citado Tribunal de las Aguas, aún vigente hoy y designado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, controlando el uso y utilización de los caudales de riego para llegar hasta los cultivos, los cuales formaban parte de pequeños núcleos llamados alquerías (del árabe القرية al-qarīa, ‘pueblo, caserío’), una pequeña comunidad rural que se situaba en las inmediaciones de las ciudades, pueblos o núcleos más grandes, presentando en cierto modo una continuación de las villas romanas.
Si bien los viernes para los musulmanes es su día sagrado, siendo el día en el que se reúnen para rezar en congregación; el sábado el sagrado día para los judíos, el del llamado Sabbat (escrito también shabat, en hebreo: שבת: shabbath, ‘cesar’); o el domingo es el día de los cristianos, el cual su nombre proviene del latín “dies Dominicus” (‘día del Señor’), debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús (por cierto, en la antigua Roma se llamaba a este día “dies solis”, traducido como ‘día del sol’). ¿Cuál creéis que será el día natural sagrado en la cultura natural valenciana basada en la creencia del fuego y el agua en la huerta? La respuesta la tenéis todos los jueves a las 12:00 horas en la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia.
De todas aquellas alquerías, muchas de ellas tomaron tomaron este sistema agrario a lo largo de los siglos que continuaron cristianos y, por supuesto, moriscos.
Ya en época romana, desde la fundación de Valencia, se cultivaban principalmente cereales, viña y olivos, donde más tarde, con la llegada de los musulmanes, se añade el arroz, la chufa o la berenjena y alcachofa, entre otros productos. Hoy en día, es posible ver alcachofas, patatas, cebollas, algún que otro olivo, coles u otros tipos de cultivos en la huerta dels Pobles dels Nord.
Para conocer una bella parte de la huerta de la ciudad de Valencia, principalmente alquerías, patrimonio arquitectónico y agrícola, os proponemos un bello itinerario circular y sin desniveles, de unos 16 kilómetros, por cuatro núcleos dels Pobles del Nord o Poblats del Nord, en concreto por Poble Nou, Borbotó, Benifaraig y Carpesa (el distrito número 17 de Valencia está compuesto por siete poblaciones anexionadas a Valencia, entre 1888 y 1900, que a su vez tienen consideración de barrios: Benifaraig, Pueblo Nuevo, Carpesa, Casas de Bárcena, Mahuella, Tauladella, Rafalell y Vistabella, Masarrochos y Borbotó).



Un ejemplo del recorrido lo podéis ver a continuación, en la siguiente publicación de Instagram, donde os mostramos la Alquería del Pí o del Pinohermoso, la Alquería de Ricardo, la Alquería de Tallarrós, la Alquería Fonda, la Casa de la Sirena o Serena y la Alquería de Falcó. Podéis ver un completo álbum de fotos, con más de 100 imágenes, en Ruta por Poble Nou, Borbotó, Benifaraig y Carpesa | Flickr.
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La ruta la podéis ver en Wikiloc | Ruta Ruta por la huerta y alquerías del Poble Nou, Borbotó, Benifaraig y Carpesa, donde tan sólo existen tres puntos que se pueden evitar o a tener en cuenta (se camina por acequia para acortar).
Por último, por favor, os pedimos máximo respeto por toda la ruta en general y cuidar la huerta, que es de todos. Respetad las alquerías, aunque estén en mal estado y apuntaladas; toda clase de construcciones antiguas (bien sean molinos, acequias o partidores; respetad los caminos, campos y cultivos; atad a vuestro perro en todo momento, ya que es un recorrido muy transitado por más gente; y, además, atended a la cartelería existente por la zona para preservar todo este entorno maravilloso.