- Francisco Sanz Baldoví (Anna, Valencia) está considerado el mejor ventrílocuo de todos los tiempos y responsable de dar vida a algunos de los autómatas más perfectos de principios del siglo XX.
En el interior del Palau dels Milà i Aragó d´Albaida se esconde una pequeña joya que, quizás, muy pocos sabrán apreciar. Hablamos de una pequeña colección de autómatas de Francisco Sanz, un valenciano considerado como uno de los mejores ventrílucuos de todos los tiempos (el libro «el mejor ventrílucuo del mundo: Paco Sanz en los teatros de Madrid, 1906 – 1935», de Ignacio Ramos Altamira, se erige como testigo escrito de la vida y obra de este hombre pionero en su tiempo).
Que estos autómatas estén en aquel espacio no es casualidad. Resulta que el Museo Internacional de Títeres de Albaida (conocido como MITA), es uno de los museos más importantes del mundo, con la mejor colección internacional de títeres de nuestro país. El interés del Museu de Titelles d´Albaida en añadir a su colección los autómatas de esa colección olvidada fue gracias a la nuera de Francisco Sanz y a un gran trabajo de restauración en la Universidad de Valencia, donde se pudo recuperar algunos de estos seres que estaban en el sótano del palacete de nuestro protagonista y que estaban metidos en unas cajas, allí olvidados sin que pudieran cobrar la vida que antaño tuvieron gracias a Francisco Sanz, a quienes consideraba como sus hijos.

El Palau dels Milà i Aragó de Albaida se puede visitar previa reserva al 96 239 01 86 o 607 20 19 70.
SOBRE FRANCISCO SANZ:
La vida de Francisco Sanz Baldoví comenzó en Anna (Valencia), en la Calle de En medio, donde nació el día 31 de mayo de 1872. Era hijo de los molineros Rafael Sanz y Dolores Baldoví, de orígenes muy humildes. De mente inquieta y activa, mostrando interés desde muy joven por la cultura, llega a participar en la creación de la Sociedad Recreativa de Anna en 1892, cuyas actividades habituales eran la música, la lectura y las representaciones teatrales. Justo un año antes, en 1891, Sanz asiste a su primer espectáculo de ventriloquia, donde comienza a interesarse por este arte. El destino quiso que a la edad de 22 años, en 1894, debido a las ganas de explorar nuevos horizontes, Francisco Sanz marche del pueblo para seguir cultivando todas aquellas facetas y descubrir nuevas inquietudes.
Fue en 1895 cuando se instala en Valencia, donde perfecciona su técnica de guitarra de mano además de ganarse la vida con algunos conciertos por escenarios de Valencia y participando también, más tarde, como tenor cómico en zarzuelas, donde consigue papales de protagonista.
Sus números y actuaciones cada vez iban a más, donde llega a introducir números musicales desde el verano de 1898 en su gira por pueblos valencianos como concertista, donde ya en 1899, bajo el pseudónimo de Camaleonte, incluye el transformismo que con el tiempo evolucionará hacia la Oratoria de fin de Siglo.
La base para este espectáculo era su habilidad para imitar voces y el dominio que tenía sobre la escena. Hasta nuestros días han llegado grabaciones sonoras del montaje. Era básicamente una sucesión de siete monólogos en los que Sanz, mediante cambios de voces y máscaras, interpretaba diversos roles: abogado, poeta, orador de feria, charlatán callejero, cura rural, anarquista y ateneísta; glosaba, en tono de polémica social, el final del siglo XIX constituyendo el embrión de lo que posteriormente fue el primer espectáculo, conocido, exclusivamente de ventriloquia. Poco después crearía su propio texto en esta línea: Oratoria Moderna.
En 1901 se enteró de que Ventura Carné vendía parte de sus muñecos articulados. Aunque su posición económica no era en absoluto desahogada, obtuvo el dinero necesario para comprarlos y repararlos, además de perfeccionarlos con la ayuda de Francisco Boví y unos escenógrafos del Teatro Ruzafa, les construyó nuevos compañeros, donde consigue, al año siguiente, estrenar en Gandia un espectáculo en el que compaginaba sus tres aficiones: la guitarra, la lírica y la ventriloquia.
El punto de inflexión en su carrera lo marca la presentación en Alcoi de su nuevo número, pues provocó las risas del público de un modo desconocido para él hasta entonces. Comienza así una gira en la que combina números de Oratoria de fin de siglo, guitarra y sus primitivos ocho muñecos (Oratoria de Fin de Siglo era un monólogo muy conocido a finales del siglo XIX. Sanz lo interpretó en mucha ocasiones, utilizando máscaras y voces diferentes para interpretar los distintos personajes). Aquello fue el comienzo de un mito, sobre todo desde 1905, donde comienza a triunfar en teatros y circos ganando cientos de admiradores y donde era recibido como una gran estrella en diversas ciudades donde actuaba. Fue el nacimiento del que es considerado el mejor ventrílucuo de todos los tiempos.
Cuarto Milenio realizó un reportaje de 10 minutos sobre el valenciano en 2016, homenajeando a Francisco Sanz sobre sus cualidades como artista, donde dan voz a la vida de este personaje caído en el olvido, al igual que sus autómatas, los cuales fueron ideados por dos hombres: Lorenzo Mataix y Francisco Boví, que llevaban a la realidad los bocetos ideados por Sanz para que este pudiera darles vida en los espectáculos, pudiendo, incluso, participar 30 personajes en escena.
Para demostrar que no había trampa ni cartón en sus espectáculos, Francisco Sanz produjo una película/documental rodada en 1918 gracias al cineasta Maximiliano Thous bajo el título «Sanz y el secreto de su arte», siendo muda y rodada en blanco y negro. La película la donó en 1995 la hija de Francisco Sanz y su familia, quienes donaron a la Filmoteca (Instituto Valenciano de las Artes Cinematográficas, IVAC) las dos copias que habían conservado y otros materiales para que fuesen restauradas.
PELÍCULA RESTAURADA DE «SANZ Y EL SECRETO DE SU ARTE» (1918):
Otro de los mejores documentos (en pdf) sobre la vida de Sanz es el de Inmaculada Expósito Cadalás, titulado «Los autómatas de Francisco Sanz y Baldoví: Estudio técnico y valoración de su estado de conservación. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia«, que es en realidad un Trabajo final del Máster Universitario en Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
Fuentes:
- Francisco Sanz Baldoví, el prodigioso caballero de la fantasía, de José Izquierdo.
- Los autómatas de Francisco Sanz y Baldoví: Estudio técnico y valoración de su estado de conservación, de Inmaculada Expósito Cadalás
- titeresante.es
- ventriloquistsanz.wordpress.com
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