Son Fallas. Con los pies algo cansados ya de tanto caminar pero con el espíritu que nos inunda por estas fechas, tocaba visitar otra comisión mientras con cámara en mano degustábamos unos ricos buñuelos por el camino para reponer fuerzas. Nuestra próxima parada era ver el monumento de la falla de Na Jordana, ubicado en la plaza del “Portal Nou”. Era tal el gentío que llenaba la acera de Guillem de Castro que andábamos esquivando y parándonos en más de una ocasión.
De repente, algo hizo que nos detuviéramos y nos apartáramos de esa marabunta fallera, adentrándonos en una calle cercana a la falla que íbamos a visitar en cuestión. Lo que nos hizo parar, una gran pintura mural lineal, nos cautivó de tal manera que tomamos fotos mientras pudimos admirarlo con todo lujo de detalles. No era para menos. Habíamos descubierto una nueva calle, la calle Llíria, que perfectamente podría emular a la ya famosa calle de Moret, rebautizada como «calle de colores», aunque en esta ocasión lo que veíamos tenía, para nosotros, mucha más fuerza. Tanta que cada dibujo podía transmitir decenas de cosas, y que, seguramente, todas aquellas líneas, imágenes y colores escondían historias tras aquella expresión llena de arte y belleza. Lo extraño fue que el gentío que caminaba cercano e incesante no se percataba de todo aquello, que nosotros sí vimos, por estar inmerso en el pensamiento fallero.
Hay que decir que los motivos de todas aquellas imágenes estaban todos relacionados: Cruz Roja. Era de suponer, pues, que aquello parecía una sede del movimiento humanitario, tal y como comprobamos después al volver a nuestra ruta fallera y ver que la puerta de entrada estaba por Guillem de Castro.
Fue entonces cuando, tras acabar la jornada fallera y al regresar a casa, no dudamos en ponernos en contacto con alguien que nos ayudase a encontrar el artista y el motivo de aquel precioso mural, para que así pudiera contarnos la historia. Fue nuestro amigo de “Valencia en graffitis” quien nos dijo el artista de aquella pintura mural mientras que ya nos pusimos en contacto con Cruz Roja Valencia para poderles entrevistar.
Pocas semanas después acudimos a la calle que nos cautivó en Fallas. Allí nos esperaba Arturo Valoria junto con el artista de la pintura mural, Jandro Drk, además de otra persona responsable de Cruz Roja. Junto con nuestros amigos de Top Valencia, pudimos descubrir toda la historia que esconde la calle, que al igual que la calle Moret era una calle más, vacía y sin expresión alguna, hasta el momento de su transformación.



Tanto Arturo como Jandro nos empiezan a explicar cuando nace, y cómo, la idea de convertir aquel muro lineal en lo que podríamos bautizar como la «calle humanitaria» (por aquello de que Cruz Roja es un movimiento humanitario). Arturo nos comenta que llevan en c/ Guillem de Castro nº 162 desde hace pocos meses, en concreto desde septiembre de 2016, aunque el traslado comenzó en verano, allá por julio y agosto.
Ya con el cambio en la nueva sede local de Cruz Roja Valencia, tuvieron la idea de que debían buscar una manera de transmitir los valores y principios de Cruz Roja de alguna forma para llamar la atención del caminante y que supiera que allí se encontraba la sede del movimiento humanitario.
Que Jandro Drk fuese el artista elegido no fue casualidad, ya que el propio Jandro nos comenta que fue gracias a Nacho Hernández Saok y Tren, amigos a los que dedica la pintura mural, quienes le pusieron en contacto con Cruz Roja Valencia para la idea de convertir aquellas paredes blancas recién pintadas en un muro de expresión de todo lo que significaba Cruz Roja. Y es que detrás de cada imagen, llena de fuerza y colores, hay miles de historias que contar, algunas alegres y otras tristes, pero todas ellas humanas, como la labor que realiza Cruz Roja en Valencia.
Tras la propuesta de Cruz Roja de lo que querían que el artista plasmase en los números 20, 22 y 24 de la calle Llíria (transmitir los valores y principios de Cruz Roja), Jandro tomó fotos del banco de imágenes de la Cruz Roja y suyas propias para transformar la calle Llíria en una nueva calle que invita a detenerse: la calle humanitaria.
Nadie puede hacerse una idea o imaginarse toda la labor humanitaria, social, asistencial y preventiva, por nombrar algunas de ellas, desde que nació Cruz Roja Española gracias a un pamplonica y un valenciano allá por 1864, donde desde entonces en Valencia se realiza una labor única desde las 28 asambleas que hay por toda la provincia. En la actualidad son más de 8000 voluntarios solo en la provincia de Valencia, donde Arturo nos cuenta que «sin los voluntarios Cruz Roja no es nada«.
Nos habla de iniciativas como las del verano pasado, donde el voluntariado de Cruz Roja Española detectó 161 incidencias en el Parque Natural de la Albufera, además de colaborar para subsanarlas, en un proyecto medioambiental desarrollado conjuntamente por ellos mismos y el Ayuntamiento de Valencia para proteger el paraje, de alto valor biológico, científico, paisajístico y pedagógico, con personas que se quisieron unir a la causa; la de limpiar torrentes, cauces o lugares que puedan obstaculizar el alcantarillado o el caudal del agua en caso de gota fría o inundaciones; también acciones como la labor de los socorristas en las postas sanitarias todos los años, donde, por ejemplo, entre 3000 y 4000 menores son socorridos cada año solo en la Comunidad Valenciana gracias a la labor asistencial de Cruz Roja; o como la asistencia a 1300 personas solo en Valencia para dar apoyo al empleo, asesorar, complementar y ayudar a encontrar trabajo o de qué manera buscarlo, como una de las protagonistas de la pintura mural junto a un arroz al horno, que fue una usuaria del plan de empleo de un curso de cocina y hostelería.

Cada imagen del mural significa una cosa, como por ejemplo la mencionada anteriormente, donde también se observa la labor marítima y de socorro a pie de playa. O como la siguiente, donde se hace evidente un homenaje a todos aquellos voluntarios jóvenes que hacen que cada día sean más las personas que quieren ayudar a colaborar y servir en este movimiento solidario con más de 150 años en España.

No faltan las alusiones a principios y valores de Cruz Roja, como el Día de la Banderita representado en una hucha, una cita muy importante en el calendario de Cruz Roja y que es un evento con más de 100 años de historia que sirve para mantener viva la solidaridad de la sociedad, apoyando una causa cada año, donde en 2016 fue para apoyar a las familias con niños y niñas en riesgo de exclusión social, y en 2015 para los refugiados; o como la caja que hay bajo la hucha, que representa los kits de apoyo infantil (higiene y alimentación) y los kits de apoyo a familias (higiene hogar, higiene personal y material escolar), además de un paquete de harina al lado con motivo del apoyo a la alimentación.

El primer mural, dado que está separado en dos por la puerta donde salen los vehículos, lo terminó Jandro en tan solo 7/8 días en diciembre de 2016, teniendo que parar hace 2 meses para terminar el segundo mural por culpa de las lluvias y por motivos de trabajo. No ha sido hasta el pasado 30 de marzo de 2017 cuando Jandro terminó la segunda parte de esta gran pintura mural, más larga y alta incluso que la calle de colores.
En la segunda pintura mural, tal y como nos explican, se hacen referencia a varios elementos importantes: uno de ellos el agua, donde Cruz Roja aporta toda su labor para mantener ese elemento que es fuente de vida allá donde hay problemas humanitarios; o una niña, que representa esa inocencia, juventud y transparencia que pretende transmitir; unos muros derribados con la frase de «cada día somos más», agradeciendo la labor de todos aquellos que conforman el voluntariado y todo el equipo humano de Cruz Roja; la asistencia a personas minusválidas o la labor del Centro Privado de Educación Especial, Colegio, Parálisis Cerebral Infantil Cruz Roja en carrer d’Alboraia, 4 (donde atienden a más de 50 niños de entre 3 y 21 años), haciendo alusión también a la Clínica de Parálisis Cerebral Cruz Roja Valencia donde viene gente de todas partes de España por ser un centro donde se atiende tanto a niños como adultos (más de 2500 personas han sido atendidas en Valencia en este centro) en situación de riesgo y exclusión para proporcionarles servicios como una endodoncia, por daros un ejemplo; los boletos de la Cruz Roja, representados por colores para dar valor humano, como el sorteo del Oro, que lleva 38 años funcionando y que son de gran importancia para continuar con la labor que realiza Cruz Roja; o la última parte del mural ubicada en el número 20, donde se puede ver un avión, un equipo de pista cargando el avión y unas camas-litera representando toda la labor humanitaria en campos de refugiados y las emergencias tanto internacionales como nacionales, donde en estas últimas actúan los ERIES (Equipos de Respuesta Inmediata de Emergencias) quienes participaron, por ejemplo, en la zona afectada de los incendios de 2012 de Valencia (el incendio que fue originado en Cortes de Pallás y que se extendió a poblaciones como Macastre, Turís, Yátova, Montroi y Dos Aguas, entre otras) o en las últimas nevadas ocurridas en la Comunidad Valenciana.

En definitiva se ha querido plasmar toda la labor que realiza Cruz Roja y transmitir todos esos valores y principios representados en AHORA + QUE NUNCA en una preciosa pintura mural convirtiendo a la calle Llíria, una calle más hasta entonces, en una calle de obligado paso por la historia que cuenta cada una de sus imágenes. Historia que, sin embargo, debería de hablarse en plural, pues detrás de cada una de estas imágenes hay miles de historias anónimas de Cruz Roja pero muy humanas. Por cierto, hasta nuestro querido artista, Jandro Drk, tiene una historia para este mural y cada una de sus obras que firma. Una firma que, como él nos conto, tiene una historia muy íntima en homenaje a su perro que falleció: Dark (desde entonces firma con Drk).





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Preciosa la calle Lliria de colores, gran trabajo del artista Jandro Drk e inconmensurable la labor de Cruz Roja Valencia.
Gracias valenciabonita.es por este magnífico reportaje.
Muchas gracias Manuel