- Ademuz, una localidad de Valencia ubicada en la comarca del Rincón de Ademuz, esconde en su interior diversos encantos rurales cercanos que la hacen digna de visita.
- Hablamos de las tres aldeas ademuceras: Sesga, Mas del Olmo y Val de la Sabina, las cuales ofrecen al visitante un bello recorrido rural en el que observar el gran patrimonio arquitectónico de la zona.
- Sin embargo, la despoblación de todos los rincones aquí protagonistas resulta evidente, a la par que la dureza de la vida en estas tierras.
- Si bien es posible visitar las aldeas por libre, es posible realizar una ruta a través de #AdemuzConLos5Sentidos, una completa programación de senderos y visitas guiadas para conocer tanto Ademuz y sus interesantes senderos o las aldeas de Val de la Sabina, Sesga y Mas del Olmo, opción interesante para descubrir estos maravillosos espacios rurales.
Ademuz, una localidad perteneciente a la provincia de Valencia, capital de la comarca del Rincón de Ademuz, esconde diversos encantos rurales cercanos a ella que la hacen digna de visita, además del precioso recorrido urbano que ofrece –sin olvidarnos de la espectacular ruta del agua del río Bohílgues-.
Si ya de por sí el paseo por la población ofrece al visitante un bello recorrido histórico, más bonitas, y sobre todo rurales, son las tres aldeas ademuceras enclavadas en la zona.
Hablamos de Sesga, Mas del Olmo y Val de la Sabina, tres pequeños núcleos habitados de Ademuz, algunos más que otros, que otorgarán al visitante una estampa única a poco más de una hora y media de Valencia capital.
En nuestra visita, podemos decir que nos quedamos maravillados de la arquitectura de la zona, a la par que desolados por la clara despoblación de todos los rincones aquí protagonistas, donde resulta evidente la dureza de la vida en estas tierras.
Nuestra primera parada fue Sesga, lugar del que ya os hablamos en otra ocasión. Se trata de una pequeña aldea que os hará percibir la esencia perenne de un mundo aldeano y cotidiano que ha perdurado inalterado durante siglos, lugar donde destaca su iglesia parroquial; la fuente, abrevadero y lavadero público; la tejería; la escuela, el horno de pan comunal, la barbería y el calabozo; o primitivas construcciones como pajares, corrales o un horno de yeso, sin olvidarnos de sus callejuelas, y zonas deshabitadas, dignas de fotografía.
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Dejamos atrás Sesga para dirigirnos a nuestra siguiente visita, que fue Val de la Sabina, un núcleo de población que se sitúa al norte de Ademuz tras una pista asfaltada. Esta pequeña aldea se encuentra sobre una suave ladera orientada al sudoeste, en la orilla derecha de la Rambla del Val. Su situación se justifica por la existencia de tierras fértiles en sus proximidades.
Cuenta con un hermoso valle cuyas aguas se unen a las del Turia en Ademuz. El núcleo originario es compacto y muy irregular, con calles estrechas. En la actualidad cuenta con una veintena de habitantes, donde destaca la Ermita de San Miguel Arcángel, del siglo XVI.
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Sus casas responden al modelo arquitectónico de la zona, con buenos ejemplos de muros de tapial y partes superiores de lajas y mortero de cal y también algunos balcones de madera. Junto a la aldea transcurre un tramo del PR-131.6 «Ruta del Bohilgues y del Val».
Por último, nuestro recorrido final fue a Mas del Olmo, la aldea más grande y poblada de las tres que dependen de la villa de Ademuz. Sin embargo, tal y como hemos mencionado antes, la despoblación es evidente, puesto que tan solo cuenta con unas decenas de habitantes en invierno, cifra que se multiplica por diez en verano.
La aldea, al igual que Sesga y Val de la Sabina, se asienta en las laderas de las estribaciones septentrionales de la sierra de Tortajada, compartiendo con ellas un mar de similitudes en cuanto a su nacimiento, apogeo y, finalmente, declive como aldea. Posiblemente tenga entre 250 y 300 años, a tenor de lo que nos muestran algunas edificaciones.
La pedanía es el resultado de la unión de cuatro barrios desiguales -la Plaza, la Ermita, La Era y El Puntal-, separados por dos exiguos barrancos que ofrecen un aspecto segregado y disperso de su caserío. Este aparente desorden de su urbanismo no logra impedir, sin embargo, que sus edificios y construcciones muestren un respeto y apego por la tradición y la identidad arquitectónica del mundo rural.
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Para conocer y valorar esta circunstancia basta con pasear por el intrincado de calles, espacios y casas que configuran Mas del Olmo y visitar lugares tan entrañables para el local como el antiguo horno de pan, hoy convertido en museo, o la iglesia parroquial de Santa Bárbara. Más allá de estos sitios excelsos, otra suerte de patrimonio vernáculo se desparrama por su interior y por la geografía montuosa de la aldea: fuentes, cubos, barracas, hornos de yeso, molinos harineros, etcétera.
Por supuesto, además de Ademuz, no os podéis olvidar de visitar Castielfabib o la Puebla de San Miguel, ésta última muy cerquita de las tres aldeas. La Puebla de San Miguel es un pequeño pueblecito muy tranquilo con mucha paz para el paseo, además de diversos puntos de interés muy recomendables, así como parajes naturales o rutas senderistas cercanas muy atractivas para el caminante.