El Palau de la Generalitat de Valencia, ubicado en la c/Caballeros nº2 de Valencia capital, esconde en su interior numerosos tesoros dignos de visita, como por ejemplo el Salón Dorado, lugar donde existe un precioso artesonado, policromado en oro, que es una auténtica maravilla por tratarse de uno de los artesonados renacentistas del siglo XVI más importantes de Europa.


Sin embargo, el artículo de hoy nos ocupa otro espacio del Palau muy especial, sobre todo porque aguarda en sus paredes un gran tesoro patrimonial que debería de ser un gran reclamo para al visitante, ya que se trata de una sala que contiene en su interior, entre otras joyas, una de las pinturas murales más grandes de España -tan solo por detrás de las situadas en El Escorial- y de Europa representando a un grupo social. Hablamos de la Sala Nova, una estancia de planta rectangular que se sitúa en el piso principal del torreón primitivo, al cual se accede a través de una escalera situada en el patio gótico.
Antes de llegar a esta sala, lugar donde se representa a los diputados de la Generalitat en el siglo XVI a través de unas pinturas al óleo, nos da la bienvenida el Salón de Reyes, lugar donde también hay una pequeña capilla, ambas estancias conectadas con la Sala Nova -en la misma planta- a través de una preciosa puerta de estilo renacentista obra de los maestros marmolistas genoveses Joan Marià y Joan Baptista Abril entre 1590 y 1592 sobre proyecto de 1584 de Pere Grossari, construida con pilastras de jaspes grises u rojos. Esta misma puerta está rematada por los escudos de los tres estamentos de la Generalitat y coronada a ambos lados por los bustos de dos reyes, donde en su cara interior se pueden ver las imágenes de la Virgen, San Jorge y el Ángel Custodio, coronados por otros dos reyes. Los reyes de ambas caras, se cree, representan a los reyes bajo cuyo reinado se edifició el Palau: Pedro II, Alfonso III, Fernando el Católico y Felipe II.
La Sala Nova es también llamada de manera errónea Salón de Cortes por una interpretación equívoca de sus pinturas. En ellas, como ya os hemos mencionado de otra manera, se puede contemplar una sesión o sitiada de los diputados electos de la Generalitat del Reino de Valencia, que asumían entre una convocatoria de Cortes y la siguiente, aunque lo cierto es que una sesión de cortes, con la presencia del Rey, nunca tuvo lugar en esta sala.
La importancia patrimonial de este espacio puede entenderse gracias a su historia, sobre todo porque fue construida por fases en varias décadas, como por ejemplo la obra realizada de siete ventanas por mossén Corbera, en 1538, enmarcadas por una moldura perimetral y rematadas por frontones avenerados, similares a los del patio del palacio del Embajador Vich. Sobre éstas se construirían otras tantas ventanas menores, de forma cuadrada y con una decoración plenamente renacentista, influidas por el tratado de Serlio.
Un zócalo cerámico del siglo XVI, un bello artesonado, la preciosa tribuna o las importantes pinturas murales, conforman esta bella sala digna de visita.
Los diputados, además de ampliar el edificio con otros espacios, pretendían que esta sala se convirtiese en sede de sus sesiones, por lo que a finales de 1540 se encarga a Genís Llinares la realización de la techumbre de esta gran sala, con un corredor o galería perimetral (en referencia a la tribuna) que evoca el Salón del Trono del palacio de los Reyes Católicos en la Aljafería de Zaragoza. La presencia destacada de columnas en forma de candelabro delata la influencia del tratado de Diego de Sagredo, publicado en 1526, además de la tradición escultórica del primer renacimiento castellano. A la muerte de Genís Llinares continuaron sus hijos Pere y Martí, y finalmente concluyó en 1566 el carpintero y arquitecto Gaspar Gregori. Fue Genís Llinares el que preparó veintiún casetones con la misma estructura que el Salón Dorado pero sin policromar.
La galería que sirve de apoyo al artesonado envuelve toda la sala. Se sustenta sobre recias ménsulas, adornadas individualmente con motivos humanos, vegetales y mitológicos. Entre las ménsulas se descubren cuarenta y seis bajorrelieves con una gran variedad que engloba motivos bíblicos y profanos alrededor de la virtud. El punto central de cada uno de los lados de la sala está reservado para los emblemas de la Generalitat.

Según Salvador Aldana Fernández, se puede saber la identificación de los bajorrelieves, partiendo del primer plafón a la izquierda de la puerta de entrada y siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Los quince primeros relieves tienen su correspondencia al patio interior, los siguientes ocho a la calle Bailia, los siguiente quince al Jardín de la Audiencia y los ocho restantes a la calle Caballeros.
Hércules y el león de Nemea | San Jorge | Goliat | David matando a Goliat | David con la cabeza de Goliat |
Judith con la cabeza de Holofernes | San Jorge | La Virgen María y el Niño Jesús | Escudo Real | Alegoría de la Prudencia |
Alegoría de la Caridad | San Jorge | Endimión | Leda | Combate entre gigantes |
Virgen de la Misericordia | Perseo y Andrómeda | Esther y Asuero | San Jorge | La Virgen María y el Niño Jesús |
Escudo Real | José y la mujer de Putifar | La Virgen María y el Niño Jesús | Hércules y el león de Citeró | Adoración de los Magos |
Figura femenina | Ninfa y el jardín de las Hespérides | Hermes | Figura masculina barbada | San Jorge |
La Virgen María y el Niño Jesús | Escudo Real | Figura masculina barbada | Mujer con corona | Figura masculina |
Figura masculina barbada | Mujer con corona | Figura masculina con turbante | Figura femenina | Figura masculina con gorro |
Perseo | La Virgen María y el Niño Jesús | Escudo Real | Perseo | Hércules y Anteo |
Hércules en las Hespérides |
La tribuna se abre a la sala mediante una balaustrada sobre la que descansa la arquería, formada por arcos de medio punto. La unión con el artesonado se resuelve mediante un arquitrabe y una moldura con motivos ovales.
Mención especial recibe también el zócalo cerámico de talleres de Manises y Paterna, realizado en el siglo XVI entre 1568 y 1576 por los ceramistas Hernando de Santiago, que introduciría las formas sevillanas tras ser contratado en 1572, y Juan de Villalba o Talavera, conocedor de la cerámica de Talavera que fue contratado en 1575 para continuar la decoración cerámica del edificio, todo ello según proyecto de Joan Elies.
En estos paneles cerámicos se ilustran motivos ornamentales sobre blancos, azules, amarillos y ocres suaves, donde al parecer en algunos de los dibujos participó Juan de Juanes. Este tipo de zócalo fue el primero en colocarse en la ciudad de Valencia, y luego se fue extendiendo por iglesias y palacios. La decoración cerámica se completaba con un solado o pavimento de azulejos, terminado en 1576, que no ha llegado hasta nosotros. En el muro de la cabecera, al zócalo que corresponde a la representación de los diputados del general, el panel cerámico hace una interpretación espléndida de los emblemas de la Generalitat.

Por último, llegamos a la gran joya de este espacio: las pinturas murales. Resulta que éstas sustituyeron a los tapices que decoraban en un principio la sala. El conjunto representa una sesión sitiada de Las Cortes con la asistencia de los representantes de los tres estamentos: eclesiástico, militar y civil.

La restauración de los murales al óleo de la Sala Nova del Palau de la Generalitat se realizó entre 2004 y 2005 por 14 expertos.
Fue en 1591 cuando los diputados encargan a diversos pintores que estudien la técnica más idónea para los lienzos de cada uno de los costados de la sala. El pintor Joan Sarinyena inicia su obra en el muro de la calle la Bailía; allí representa a seis diputados, dos por cada estamento, asistidos por los oficiales de la institución (tres clavarios o tesoreros a su izquierda, además del asesor y síndico, a la derecha). La sesión transcurre bajo un tapiz rojo y amarillo, interrumpido por un dosel con los escudos de la Generalitat; además, hay una mesa recubierta de damasco rojo, que rompe la simetría del cuadro, siendo su realismo impresionante.

Los nombres de cada uno de los personajes representados en las pinturas murales pueden verse en la misma sala a través de unos pequeños paneles explicativos junto a cada mural.
El éxito de la pieza indujo a los diputados a encargar a varios pintores la representación de todos los estamentos. Vicent Requena pinta el estamento eclesiástico a la derecha del lienzo de Sarinyena. Sentados cada uno en su sitial, con los atuendos propios de su representación, mitras y báculos, bajo un pequeño tondo de la Virgen con el Niño sostenido por ángeles de los que cae la filacteria de BRAS ECLESIASTICH, y sobre un fondo de tapiz grana y oro, manteniendo una sensación de vida gracias a las miradas que se entrecruzan y a la apariencia de conversación.

En el muro de los jardines de la Generalitat, el italiano Francesco Pozzo pintó a los numerosos representantes del estamento militar, lo que obligó a situarlos en cuatro filas y aumentar su profundidad. Al igual que los anteriores, mantienen los cortinajes y sitúa en su centro superior el distintivo del estamento militar con la filacteria ESTRENVO BRAS MILITAR, donde el carácter hierático de éstos contrasta con la movilidad de los eclesiásticos. Esta obra tuvo que ser retocada una vez concluida para dar madurez a los personajes y un aspecto más adecuado al parecer de los diputados, pues, según ellos, los caballeros “no tenien semblants als dels regnes de Espanya sino als de Ytalia”.

Entre las ventanas de la Sala Nova que recaen en la calle Caballeros, Pozzo pintó una matrona alegórica de la Justicia para recordar a los electos la virtud con que debe ejercerse la res pública. El estamento estaba representado por los jurados de la ciudad de Valencia y por los representantes de las villas y ciudades reales de primera y segunda categoría; en total eran treinta y tres. No hay que olvidar que sólo podían asistir a las asambleas los representantes de las poblaciones importantes sometidas a la jurisdicción real.
Joan Sarinyena pintó a los cuatro jurados de la ciudad, con sus gramallas rojas y sus armas, junto al estamento eclesiástico. Sobre un tapiz de idénticos colores a los anteriores, los ángeles sostienen el escudo del Ángel Custodio, figura que se repite en el resto de representantes reales.

Finalmente, Vicent Mestre se encargó de plasmar a los representantes de las villas y ciudades de primera categoría en el muro opuesto a la testera, mientras Lluís Mata se ocupó del resto de los representantes en los ángulos situados en el muro de la calle de Caballeros.

Fuentes: