- Existe un pequeño sendero creado en El Paraje de El Salto que conecta la cascada con su espectacular mirador, para que ningún senderista se pierda las increíbles vistas al río Sellent. Desde el mirador, se baja fácilmente (está indicado).
- También podéis optar por realizar una de las rutas más bonitas para visitar el Salto de Chella, que es unirla con el Río de Bolbaite, por lo que podéis seguir la ruta de Wikiloc | Ruta Zona recreativa del Río de Bolbaite – Cuevas del Turco – Salto de Chella.
El Paraje de El Salto de Chella es, sin duda, el lugar más emblemático de todo el municipio de Chella (Valencia). Se trata de un pequeño microclima en el que destaca una impresionante cascada de 25 metros de altura localizada a las afueras de la población de Chella, justo en un extremo.
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Si bien, podemos decir, que la belleza de la cascada es el principal atractivo de este paraje, formando parte de nuestra particular lista de las cascadas más bonitas de la Comunidad Valenciana, no se puede obviar los encantos que encierra los alrededores de la cascada, como pueden ser las ruinas de la antigua central hidroeléctrica y la casa de veraneo, un viejo molino, “la Cueva que Llueve” o “El Paraíso”.
Nosotros, fieles a recorrer cada rincón de la provincia de Valencia, nos aventuramos a conocer todos los puntos de este recorrido fácil que hemos llamado “la ruta del Salto de Chella”, una ruta sencilla, de apenas poco más de 45 minutos de ida y vuelta (parándonos a hacer fotos), que hemos iniciado junto al parque de la Fuente, justo al lado de la calle de la Bajada de la Fuente -lugar donde nos indica a su entrada la dirección al salto-.
Desde allí, iniciamos un recorrido a pie dejando el polideportivo a la izquierda, por lo que parece una carretera, hacia el puente/mirador del salto, donde justo al pasarlo veremos las ruinas de una antigua casa, justo al lado del puente.
Justo en esas ruinas iniciamos el descenso por una senda zigzagueante/serpenteante para conocer: un antiguo molino del s. XX; una pequeña cueva llamada «la cueva que llueve», lugar donde gracias a las innumerables goteras y las filtraciones de la cascada, pueden verse estalactitas y estalagmitas; las ruinas de la central eléctrica y la casa de los Ferrando; y el rincón llamado «El Paraíso», pequeño humedal protegido de forma natural, con abundante vegetación, donde existe un pequeño microclima a su alrededor y desde donde podremos observar la cascada en su base (algo difícil a fecha de marzo de 2023).
Cabe decir que, si bien la cascada no es del todo natural, ya que toma caudal de la depuradora y, la otra otra parte, del río Sellent, bien vale la pena la visita, a pesar de que el entorno, por desgracia, está bastante deteriorado. El río y la cascada baja con agua más limpia tras continúas lluvias.
Para cruzar a la base de la cascada, o “playa”, tendréis que atravesar las grandes piedras que hay junto a las ruinas de la central, ya una vez hayáis llegado abajo del todo tras el final de la senda. Lógicamente, en épocas de fuertes lluvias puede que no podáis cruzar por aquí, por lo que tendréis que hacerlo por un camino alternativo o simplemente verla en la distancia o desde el mirador.
Existe un mirador desde la población, llamado Mirador del Salto de Chella, desde donde se ven unas vistas impresionantes del salto y por el cual baja un sendero hasta el río.
Ojo con adentrarnos en las ruinas de las construcciones que están a pie de los restos de la central, ya que allá hay pozos sin cegar de bastantes metros considerables de altura, por lo que os podéis quedar atrapados además de haceros daño. Por supuesto que mucho cuidado también con el descenso zigzagueante, pues aunque para nosotros puede ser sencillo, hay tramos que no, siendo incluso desaconsejable con niños.
Si queréis ver un completo álbum de fotos de nuestra visita a El Salto de Chella, podéis ver nuestra galería de Flickr.
Por cierto, la historia de este lugar bien vale la pena contarse, donde desde la Canal de Navarrés hacen referencia a las palabras del poeta don Valeriano Bellver Costa en el libro de fiestas de Chella del año 1987:
“A principios del pasado siglo XX, todo el entorno donde hoy se sitúa el Salto de Chella vivió su edad de oro al servir de base para fábricas de papel, molinos y la ya desaparecida fábrica de la luz. Allá, en ese rincón, se estableció en primera instancia la familia Soler de la localidad de Ontinyent, quienes durante bastantes años trabajaron en la población, echando raíces incluso -sus descendientes, quienes viven en Chella, se les conoce hoy en día por el apodo de «Papeleras»-.
Poco tiempo después, se fundó la desaparecida Fábrica de Luz de Valiente, Ferrando y Compañía, cuya central fue inaugurada en el año 1909, una construcción que permitió a Chella obtener energía hidráulica prescindiendo del petróleo, el cual abastecía al pueblo hasta entonces. La central fue un núcleo importante de suministro de energía, pues llegó a abastecer a poblaciones cercanas como Cárcer, Bolbaite, Alginet, L´Alcudia, Alberic o Villanueva de Castellón, entre otros pueblos cercanos.
La familia Ferrando llegó a construir, junto a la fábrica, una casa de verano, lugar donde invitaban -durante las vacaciones- a sus amigos de la población, celebrando allá, incluso, fiestas con fuegos artificiales. Todo eso fue hasta la conocida Riada de San Miguel, ocurrida en el trágico día del 29 de septiembre de 1919, fecha fatídica de una riada que provocaría innumerables daños a las instalaciones de la central hidroeléctrica. Pese a que fue reparada, los elevados costes de la reparación y mantenimiento dieron como resultado que la central ya no fuera rentable, por lo que fue vendida a Volta S.A., quienes la desmantelaron para evitar la competencia. Después de eso, Ricardo Giner «Chavas» adquirió los terrenos construyendo allí un molino, quien además se hizo cargo, durante un tiempo, de limpiar y mantener la zona de lo que hoy conocemos del entorno del salto, recuperando así todo lo que no estaba demasiado deteriorado. Desgraciadamente, la zona cayó en el olvido y se teme por ella desde entonces, algo que ya dijo Valeriano Bellver a través de sus palabras con «otra vez se ha hundido todo, y esta vez parece que para siempre.».