- El Castillo de Enguera se alza sobre un cerro próximo a población, lugar desde donde disfrutar de unas bonitas vistas, accesibles rutas de senderismo o una cercana vía ferrata de 300 metros, la Vía Ferrata Fuente Godalla (en la vía ferrata podéis aparcar y subir al castillo).
- El término municipal de Enguera presenta continuos asentamientos humanos desde la Edad de Bronce. La población, así como el castillo, son de origen musulmán.
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El Castillo de Enguera, una construcción militar de arquitectura Islámica y medieval, fue declarado en el año 2001 BIC (Bien de Interés Cultural), la máxima figura de protección de la que puede disfrutar un elemento cultural.
Se sabe que el origen del castillo, gracias a las actuaciones arqueológicas desarrolladas en 2003, ocupa un periodo de ocho siglos. Los fragmentos cerámicos más antiguos recuperados datan del s. IX y los más modernos del x. XVIII.
En la reconquista cristiana, el territorio de Enguera pertenecía a la zona de expansión aragonesa; como consecuencia de los tratados de Tudilén (1151) y Cazorla (1179), sin embargo, las tropas castellanas al mando de Pedro Nuñez de Guzmán tomarían el castillo. Ante esta circunstancia, el monarca Jaime I hizo valer sus derechos, retornando a la corona de Aragón por el tratado de Almizra en el 1244 y posteriormente se incorporaría al Reino de Valencia.
Pocos años después, en el 1248, el rey donó el señorío a Pelayo Pérez Correa, una vez expulsados los musulmanes, con lo cual quedaría incluido en las propiedades de la Orden de Santiago de la Espada y Úcles, dada su condición de maestre de la misma. En el año 1394, Juan I cedió sus derechos sobre la villa a Pedro Maza de Lizana.
Permanecería en posesión de los de Santiago hasta el año 1575, en que Felipe II la vendería a Miguel Borja, quien a su vez la cedería en 1584 a Bernabé Llanzol de Romaní. A finales del siglo XVIII serían sus propietarios los Condes de Cervellón.
El episodio histórico mejor conocido y relacionado con el castillo de Enguera lo encontramos en plena pugna entre Aragón y Castilla, en el 1244, por ampliar y consolidar sus bases territoriales a costa, de la debilidad militar, de los reinos de taifas limítrofes. El infante Alfonso de Castilla (futuro Alfonso X el Sabio y futuro yerno de Jaime I, se encontraba prometido con Violante de Aragón, hija del rey aragonés) logra que la guarnición del castillo de Enguera se lo entregue, en contra de lo que Castilla había firmado en los tratados de Tudilén y Cazorla, donde Enguera se encontraba dentro del área de Expansión de Aragón.
El desencuentro se superó gracias a la mediación de Pelayo Pérez de Correa, comendador de la orden de Santiago, que logró que ambas partes llegaran a un acuerdo, ratificado en el tratado de Almizra. Gracias a su mediación, el monarca aragonés recompensó a la orden de Santiago con la Encomienda de Enguera, de la que fueron titulares los santiaguistas desde 1244 a 1575.
Existen documentos que prueban que el castillo fue demolido en el año 1365 para evitar que pudiera ser utilizado en la guerra de la Unión, razón ésta por la que la villa de Enguera perdió gran parte de su valor estratégico en los siglos posteriores.
Durante el periodo de las guerras carlistas, el término de Enguera fue escenario de numerosas acciones bélicas. El castillo se conserva sobre un cerro próximo al núcleo urbano. En las cercanías hay un poblado ibérico.
LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO:
- Los muros del castillo son tapias mixtas de tierra. A la tierra se le añaden piedras que se disponen en hiladas muy separadas por el trasdós e intradós del tapial, con la intención de dejarlas a la vista. Estos muros se asientan sobre los estratos rocosos.
Respecto a la construcción del castillo, la técnica empleada, casi en exclusiva, fue la del tapial o tabiya. Dicha técnica consiste en construir muros sirviéndose de dos tableros paralelos de madera o encofrados, sujetos por unos travesaños del mismo material llamados agujas. La horna o caja formada por los encofrados se rellena con mampuestos trabajados con un mortero de cal. Una técnica empleada de manera testimonial es la mampostería con mortero, sin encofrar.
En el extremo noroeste del segundo recinto del castillo se empleó una técnica denominada “falso despiece de sillería”, que consiste en la aplicación de unas molduras de sección rectangular que representan los bordes de grandes bloques de piedra, dando la impresión que en la obra se han empleado sillares monumentales en la construcción de los muros. El motivo del empleo de dicha técnica supera a lo meramente decorativo y tiene como fin proyectar una sensación de solidez constructiva. Un despiece de la sillería de las dimensiones del presente en el castillo de Enguera puede llevar a un enemigo, que desconocía la fortaleza, a desistir de un ataque ante la suposición de encontrarse ante un castillo levantado con materiales de gran resistencia, a la vez que puede pensar que obra así solo puede permitírsela una autoridad con abundantes recursos. Pero el falso despiece de sillería es algo más que un ornamento o un factor que pretendía influir en el ánimo de la población o del enemigo, también es un elemento que nos permite fechar, por paralelos, en el momento en el que se construyó el parámetro sobre el que se aplica dentro de las dos últimas décadas del s. XII.
Se aprecian distintos tramos de murallas que delimitan un doble recinto. El inferior, de planta poligonal irregular, conserva numerosos restos islámicos y forma un antemuro a los pies del castillo principal. Este recinto está separado del superior por una liza de unos cuatro metros. Aunque la mayor parte del recinto inferior es la larga cortina de tabiya, que aprovecha el terreno, en algunas zonas, ángulos y ante lo que fue la entrada, se conservan torres de planta rectangular dañadas y queda alguna defensa inferior previa, muy dañada.
El recinto principal es casi rectangular. Se sitúa ocupando la parte superior del monte, presentando restos de cortinas y torres angulares, que parecen de la época cristiana, hechos de cal y canto, destacando al sur una torre avanzada que mantiene las saeteras. En esta zona hay un bastión con dos torres de tabiya y mampuesto, defendiendo la entrada.
En el centro, de este recinto alto, se mantiene los restos de un gran torreón, construido en sillarejo con grandes bloques de piedra, que pudo ser la torre del Homenaje cristiana.
Fuentes:
- Panel informativo a los pies del castillo.
- Este artículo, además, es una obra derivada de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un Bien Interés Cultural según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.