La Cala Calalga es una cala tranquila y de poca profundidad, de unos 100 metros de longitud y 8 metros de ancho, en la que abundan los cantos rodados y en la que, una vez nos adentramos en el mar, pisaremos arena en todo momento y no piedras como en muchas calas -algo que se agradece enormemente-, aunque existen una zona con piedras en uno de sus laterales -zona más que recomendable para hacer snorkel-, por lo que es aconsejable llevar cangrejeras.
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La descubrimos por recomendación, y es sin duda una de las mejores calas de la población costera, situada al norte de la playa de la Fossa, en concreto al final del paseo marítimo y en la partida de la Fossa.
La zona para aparcar está muy bien, la verdad, además de que hay muchas tiendas, restaurantes para comer o cenar, y transporte urbano que te deja cerca de este rincón por si se desea dejar el coche en otro punto de Calpe (cabe destacar que hay zona naranja también, por lo que tendréis que buscar sitio).
Destaca los servicios con los que cuenta esta cala, ya que hay socorrista; lavapiés; aseos; papeleras; y un acceso por rampa, por lo que es una zona recomendable ya no solo por su belleza, sino también por sus servicios.
Respecto a los arribazones que hay en la cala, se trata de acumulaciones de posidonia (ya muerta), que han llegado hasta la orilla bien por temporales o porque son arrastradas por las olas hasta fuera del mar. La posidonia no es un alga, sino una planta, por lo que no es suciedad. Que haya es señal de que las aguas están limpias y son aptas para el baño. Una vez muerta la posidonia, llega en forma de arribazones, que no se retira porque atenúa el efecto del oleaje y protege, además, la línea de costa ante la posible pérdida de arena de ese lugar.

Por favor, esta cala necesita de especial mimo y cuidado por todos sus visitantes, no cuesta nada ser cívicos y respetar el entorno.