El llamado Conjunto Arqueológico de la Covatella es uno de esos lugares poco conocidos o que, simplemente, puede pasar totalmente desapercibido, a pesar del volumen de coches o gente que pasa cerca de él.
Fácilmente visitable por estar al aire libre y por encontrarse junto al parking comercial del Leroy Merlín, ya ubicado en término municipal de La Pobla de Vallbona (Valencia) -en el límite con L´Eliana, en concreto en las coordenadas sexagesimales 39°34’53.2″N 0°31’58.1″W, en decimales 39.581447, -0.532812-, y junto al carril bici-peatonal de la mencionada localidad, el visitante podrá encontrar allá dos importantes patrimonios históricos de la localidad: un camino íbero y un canal de riego de, presumiblemente, época islámica.
Este patrimonio, que se encuentra dentro del catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de la población de La Pobla de Vallbona como BRL, Bien de Relevancia Local, fue restaurado y puesto en valor en la Navidad de 2011, durante el mes de diciembre.

UN CAMINO ÍBERO:

Tal y como podemos leer en la cartelería del lugar y en la ficha de protección, «por una parte, allá es posible ver la existencia de un camino íbero, ya que la cartografía histórica recoge el trazado del Camí de Llíria y la Vereda de Llíria a Valencia, que, a su paso por La Pobla de Vallbona, sería coincidente con el antiguo camino ibérico que se encuentra en el Conjunto Arqueológico que atañe este artículo.
El camino sirvió como vía de comunicación entre los diversos establecimientos que ocupaban el territorio cercano. Se usaba principalmente para el transporte e intercambio de productos que constituían la economía de estos asentamientos con otras comarcas.
No se puede concretar durante qué siglos estuvo en uso, ya que no hay indicios suficientes que permitan precisarlo. Si bien, a juzgar por las profundas huellas de uso y las reparaciones constatadas, parece que lo estuvo durante mucho tiempo.
Con el transcurrir de los siglos entró en desuso a causa de los cambios sociales determinados por los nuevos ciclos históricos. Reflejo de ello es el hecho de que más tarde fuera cortado con la apertura del canal que aparece en el mismo conjunto arqueológico. Algunos de estos viejos caminos, al ser utilizados para el tránsito comarcal o el paso de ganado, recuperaron su trazado. Este es el caso del Camino de la Covatella, ya que según recoge la Cartografía Histórica en un plano catastral de 1928, su traza se ha perpetuado en la Vereda de Llíria a Valencia, su paso por la Pobla de Vallbona.
El análisis arqueológico determina que el camino íbero de la Covatella conserva un tramo de 68 metros, con un ancho de vía entre 1,90 y 2,00 metros, excavado en la roca natural. La intervención arqueológica realizada sacó a la luz numerosos vestigios que proporcionaron una valiosa información para el conocimiento de los usos y costumbres empleados en el transporte de esta época. Únicamente a través de la iconografía íbera se conocía el aspecto y la tipología de los vehículos utilizados. Sin embargo, estudiando el recorrido en función de las marcas de uso reflejadas en los caminos se estableció que la circulación sería para un solo vehículo, contando con un apartadero para facilitar el cruce en el caso de encontrarse más de un carruaje en su tránsito. La fuerte pendiente del camino en un punto de este tramo, 42%, ha ocasionado en su firme profundos surcos dejados por las ruedas de los carruajes en las carriladas, además de diversas hendiduras en la base del camino. Otros vestigios visibles en la roca que constituyen los márgenes del camino son los producidos por el roce de los ejes de las ruedas a su paso.
Todas estas improntas sobre la roca han permitido, mediante estudio detallado por metodología arqueológica, obtener numerosos datos respecto a los vehículos que habitualmente frecuentaban el camino, cómo son las dimensiones de los carros, el diámetro de las ruedas, además de la existencia de un servicio de mantenimiento del camino, a fin de evitar un deterioro producido por su constante circulación».
UN CANAL DE RIEGO ANDALUSÍ:

Así mismo, tal y como podemos leer en la cartelería del lugar y en la ficha de protección, «por otra parte, encontramos un canal de riego de época andalusí, el cual, tradicionalmente, se había estimado que su origen fuera una construcción romana. Sin embargo, un estudio pormenorizado de la zona y los datos arqueológicos obtenidos determinaron su adscripción cronológica a otro período histórico, pudiéndose encuadrar su construcción, presumiblemente, en época islámica.
El análisis arqueológico determina que se conserva, en total, un tramo de 92m2, con una anchura de cajero de 1,95 metros y 0,57 metros de profundidad media, con una pendiente inversa en su parte final, donde también el cajero adquiere mayor anchura. Esta particularidad permitía que el agua se amansará y se perdiese lentamente a fin de evitar la erosión sobre el campo que fuese a desaguar.
Las características del tramo de canal localizado en la Covatella no permiten establecer que éste fuera empleado para el abastecimiento de un núcleo urbano, ya que su cajero, de poco calado, y su terminal difuso, indican que correspondería al tramo final, o extremal, de un sistema hidráulico.
El análisis historiográfico determina que este canal aparece fuera de las áreas de regadío, tal cual refleja la toponimia de las partidas perpetuadas hasta la actualidad. Así, en la partida denominada Secà de Blanes, prevalecen los cultivos de secano, en contraposición con la partida localizada al este, denominada Cap de l´Horta, donde pasan las acequias del Alguacil y del Campés, áreas que sí son de regadío, tal y como afirman otros estudios realizados sobre la huerta valenciana y los Caminos del Agua».
Los restos arqueológicos del Canal de la Covatella, canal que los edetanos hicieran a las ordenes de los romanos en el siglo II a. d. C, fueron recuperados por la Asociación Cultural APHIC contra la opinión del alcalde de la Pobla de Vallbona Vicente Alba, siendo dirigida por el Historiador local So. Visent Llabata. En conmemoración de lo hecho, APIHC levantó un monolito.
De le recuperación histórica y de lo hecho por APHIC, el Ayuntamiento todo se lo pasó después por el forro, gastándose un dinero innecesario para atribuirse protagonismo. Incluso en menosprecio de quienes altruistamente hicieron el trabajo, ha desaparecido el monolito. Ha callado la historia del canal y de su trayecto, y omite mencionar su verdadera historia.
So Andrés Castellano
Este artículo es una obra derivada de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un Bien de Relevancia Local según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (según R-I-51-0003882 publicado en el BOE de 09/08/72), texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.