El Castillo de Biar, rincón de origen islámico que data del siglo XII, es un precioso castillo restaurado de la provincia de Alicante que está catalogado Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional, fortaleza cuyo gran atractivo es una bóveda almohade del siglo XII que se ubica en su interior.
En nuestra visita pudimos disfrutar de este gran patrimonio, su recorrido y de las vistas que ofrece desde lo más alto de la torre, además de una pequeña explicación de la persona que atiende a la entrada de la torre, donde nos contó parte de su importancia e historia para la población.
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El horario del castillo de Biar es de lunes a domingo 10:15 a 13:45 y de miércoles a viernes de 16:15 a 19:15 horas, y su precio es de 1 euro. Además, todos los domingos hay visitas guiadas gratuitas previa reserva al teléfono 965 811 177.
Para más información, podéis contactar a la oficina de turismo al 965 811 177 o el correo de turismo@biar.es en el horario de apertura la oficina, de lunes a viernes de 08:30 a 14:00 horas, o sábados, domingos y festivos de 10:00 a 14:00 horas.
SOBRE EL CASTILLO DE BIAR SEGÚN LA FICHA DE PATRIMONIO:
El Castillo de Biar se encuentra en suelo urbano, en lo alto del casco histórico de Biar y las murallas que desde éste descienden abrigan el primitivo núcleo de población que en la actualidad se encuentra rodeado de nuevos ensanches.
Se encuentra en la margen izquierda del Vinalopó, en la cima de un cerro de 745 metros de altitud, dominando el pueblo de Biar que se extiende en la ladera Sur de dicho montículo.
Está limitado al Noroeste por la sierra de la Fontanella, al Este, por las estribaciones de la Sierra del Reconco, al Sur por la sierra del Fraile, y al Oeste se encuentra el valle de Biar. El cerro presenta al Noreste un declive pronunciado con un desnivel aproximado de 100 metros, mientras que al Oeste el declive es menos pronunciado, de unos 30 metros, donde se ubica la ciudad.
El castillo presenta un doble recinto amurallado siguiendo el desnivel natural del terreno, cuyos lienzos están limitados por cubos semicirculares y culmina todo el recinto la gran celoquia o torre principal emplazada en lo más alto junto al vértice norte del castillo.
El amurallamiento es de tapial reforzado exteriormente con mampostería y ladrillo, en el que se distinguen troneras en la barrera, la cual posee un estrecho camino de ronda en su totalidad.
La muralla exterior está limitada por cuatro cubos o troneras y camino de ronda, insertándose por sus extremos con la muralla. Entre el segundo y el tercer cubo, lienzo recayente al Sureste, se emplaza el ingreso principal, con arco de medio punto en sillería al exterior y arco escarzano al exterior.
La muralla superior posee tres cubos: el central, circular y los laterales semicirculares, todos ellos de mayor altura que los de la muralla exterior pero de la misma fábrica. En ésta el almenado está derruido a la altura del adarve, por donde se ingresaría a los únicos habitáculos existentes en los cubos, ya que lo que hoy existe es macizo desde su base. El cubo del extremo Oeste presenta sobre la línea de Adarve un habitáculo con bóveda apuntada sobre fajones. En la cortina Sureste y adosado al cubo extremo del recinto se abre un gran vano arquitrabado.
El ingreso al recinto principal está orientado al Este y emplazado junto al cubo circular de la muralla; es de medio punto de sillería, dando paso a una pequeña sala rectangular cubierta con bóveda de medio cañón y con buhedera en su cubierta formando una entrada en recodo. La cubierta, así como la abertura que da paso al patio de armas es de ladrillo. La torre circular tapa este ingreso.
La celoquia o gran torre, de planta cuadrada y sobre basamento de mampostería, se eleva sobre tapial de 90 cm por 1,35 metros de espesor y una altura de 19 metros, con matacanes a los cuatro lados, siendo a esta altura el remate de rehecho posterior. El ingreso de la torre está a nivel de la base y es de arco apainelado. Su interior está compuesto por tres plantas superpuestas.
Desde el castillo descienden dos nuevos recintos amurallados. El primero sigue las curvas de nivel y recorre las traseras de las edificaciones del casco histórico. Del mismo se conservan algunos restos visibles.
El último recinto que comparte de su perímetro con el anterior desciende la ladera y protege el casco histórico desde la calle Portillo, donde se conservan los restos de esta puerta o portillo, hasta la Torre de San Roque junto a la puerta del mismo nombre con arco de medio punto de sillería. Sigue desde aquí por la calle de la Torreta en la que se conservan tres torres y la última puerta con arco apuntado. En la iglesia también se aprecian restos de la muralla. El recinto se completaría con un último tramo que podría subía en paralelo a la plaza de la Constitución y la calle Cura Reig hasta el tramo de la muralla anterior (C. Pérez-Olagüe, basado en la descripción del inmueble de S. Vilches).
La primera referencia documental conocida de la existencia del castillo de Biar es la del Tratado de Cazorla de 20 de marzo de 1179.
Se puede deducir que las construcciones de finales del siglo XII y por tanto musulmanas serían según Azuar, la celoquia y la antigua muralla, detectable en aquellas zonas en las que el posterior revestimiento de mampostería ha desaparecido. Así mismo la cubierta de la segunda sala de la torre, de bóveda de arcos entrecruzados nos remite a la cúpula de la capilla de las claustrillas en el monasterio de la Huelgas de Burgos, y la bóveda del crucero de la iglesia de San Millán o de la Vera Cruz de Segovia, obras todas ellas encuadradas a finales del siglo XII y principios del Siglo XIII, por lo que la torre y bóveda constituyen por su cronología un estilo concreto de datado en el último cuarto del siglo XII que coincide con el tratado de Cazorla.
El tratado de Almizra firmado en 1244 por las Coronas de Aragón y Castilla puso de relieve la importancia estratégica que este castillo poseía como lugar fronterizo entre los dos reinos. Jaime I se presentó ante las puertas de la villa el 5 de septiembre de 1244 y comenzó su asedio que duró hasta el mes de febrero de 1245.
Cuando el qa’id de Biar de Biar, Muça Almoravit, rindió el castillo bajo la promesa de que pudiesen permanecer en la villa y que se les respetase sus tradiciones. Con la sublevación de Al-Azraq de 1256, don Jaime aplicó severas medidas que posiblemente conllevaron la expulsión de los habitantes de este lugar, siendo repoblada con gentes de Cataluña y Aragón. Una vez asegurada la villa fue la base fuerte de la ayuda aragonesa a la corona castellana, en el momento de la sublevación mudéjar de 1264.
Durante la sublevación de los “sarrains paliers” ocurrida al final de la vida de Jaime I, este castillo fue cárcel del Maestre el Temple don Pedro de Moncada, apresado en la batalla de Llutxent por los sublevados, y en 1287, Biar pasó a ser villa real con voto en las Cortes Aragonesas.
En diciembre de 1293 Jaume II mandó reparar los castillos de Biar y Castalla, en marzo de 1348, el Rey don Pedro IV nombró a Pedro Avín obrero de los trabajos que debían emprenderse en el castillo.
Parte de este artículo es una obra derivada de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un Bien de Interés Cultural según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (según R-I-51-0003882 publicado en el BOE de 09/08/72), texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.