- A partir del jueves 4 de mayo de 2023 la Clóchina de Valencia ya estará en los mercados, pescaderías y grandes superficies a disposición de los consumidores. La producción de clóchina valenciana aumentará en un 5% durante esta temporada superando las 1.200 toneladas.
- La situación de la hostelería de la Comunitat Valenciana va a suponer un impulso en el arranque de la temporada, un canal de distribución habitual para este bivalvo valenciano de calidad.
- La clóchina es un cultivo, algo así como plantar semillas, cuidar del crecimiento de los moluscos y luego proceder a su recolección en los últimos días de abril, siempre atentos al calendario lunar, en concreto entre la luna llena de abril y la menguante de agosto.
- El origen de esta actividad en tierras valencianas se remonta al siglo XIX, cuando en el puerto de Valencia se instalan las bateas clochineras, auténticos barcos amarrados al fondo y con una cubierta modificada para las labores de la clóchina. Los puertos de Valencia y Sagunto son los lugares donde se desarrollan sus actividades y entre los dos suman poco más de una veintena de bateas.
- Respecto de las propiedades nutricionales de la clóchina de Valencia, cabe decir que es rica en vitaminas, calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio y Omega 3.
- En los últimos años, el cambio climático ha producido un cambio en las temperaturas del agua que favorecen las condiciones para que el producto aparezca en los mercados, en óptimas condiciones, tiempo antes de lo acostumbrado. Por ello, frente al típico refrán que alude a que la clóchina solo se vende en los meses que no tienen erre (mayo, junio, julio y agosto), cabe tener en cuenta que es posible que se adelante la campaña. Es la propia Agrupación de Clochineros del Puerto de Valencia y Sagunto, con casi una veintena de bateas o viveros que cultivan este manjar autóctono de la Comunitat Valenciana, la que comunica cada año el inicio de la temporada y su comercialización.
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- Recordad que la malla suele ir identificada con la D.O. de «clóchina de Valencia» y una senyera, pero si solo veis una senyera valenciana, la mejor manera de identificar procedencia, trazabilidad del molusco y la autenticidad de la D.O. Clóchina de Valencia es la etiqueta del FROM, el llamado Fondo de Regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivos Marinos, un Organismo Autónomo del Gorbierno de España, creado por Ley 33/1980, de 21 de junio y adscrito al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).
- Esto último lo decimos porque siempre hay avispados que venden mallas con la senyera pero sin lo que mencionamos, ya que se puede encontrar casos en Valencia con la banderita pero sin la etiqueta del FROM.
La Clóchina de Valencia o Clóchina Valenciana es un molusco lamelibranquio marino, en una concha negra por fuera y nacarada por dentro, formada por dos valvas iguales (cada una de las piezas duras y movibles que constituyen la concha de los moluscos lamelibranquios y de otros invertebrados) que se cierran fuertemente por medio de dos músculos. Vive agarrándose a las rocas por unos filamentos y es comestible. Esa es la definición que podemos encontrar en diversos diccionarios. Quizás, como buenos valencianos y por resumir, nos falta una definición que todos sabemos de la clóchina de la tierra: que es «pura meleta o mel de romer».
La variedad de la clóchina valenciana es la Mytilus Galloprovincialis, que a diferencia del mejillón gallego (Mytilus Edulis) o de la que se cultiva en el Delta del Ebro, entre otras variedades (incluyéndose la que se cultiva en Francia o Italia) a pesar de ser tamaño inferior es mejor en olor, sabor y jugosidad según un estudio realizado por el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia, tal y como nos indican en sabormediterraneo.com, además de diversas opiniones de expertos, donde la diferencian sobre todo por su tonalidad suave y sabor intenso (bueno, y por la opinión de la gran mayoría de valencianos).
La clóchina es un cultivo, algo así como plantar semillas, cuidar del crecimiento de los moluscos y luego proceder a su recolección en los últimos días de abril, siempre atentos al calendario lunar, en concreto entre la luna llena de abril y la menguante de agosto. Normalmente, con la luna llena de abril, se inaugura, oficialmente, la campaña de la #clóchinavalenciana.
El cultivo moderno de la clóchina valenciana data de finales del siglo XIX (al parecer, según diversos artículos, desde el año 1890). Su origen se sitúa en dos bateas mejilloneras ubicadas en el mismo varadero del puerto de Valencia que recogían cerca de 35 toneladas las bateas clochineras, aunque también hay quien afirma que la primera batea fue en las Atarazanas -las bateas clochineras son auténticos barcos amarrados al fondo y con una cubierta modificada para las labores de la clóchina-.
La gran aceptación de la clóchina por las familias valencianas hizo que se multiplicasen las bateas hasta más de una veintena en la actualidad, además de viveros. Debido a las obras y crecimiento del Puerto de Valencia, el cultivo tuvo que trasladarse a la dársena exterior, teniendo la particularidad de que nuestro puerto, además del de Sagunto, son los únicos dos puertos a nivel mundial donde están permitidos unas prácticas parecidas, sumando entre ambos, los puertos de Valencia y Sagunto, poco más de una veintena de bateas.
Respecto de las propiedades nutricionales de la clóchina de Valencia, cabe decir que es rica en vitaminas, calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio y Omega 3.
Entre las cualidades a destacar, además de las mencionadas anteriormente por su calidad, la clóchina es pescada de modo tradicional con una técnica que ha pasado de generación en generación desde hace más de cien años, manteniendo el empleo de antiguas barcazas que ya no servían para navegar (estas eran el soporte de donde se colgaban los viveros). Es, además, un alimento saludable con pocas calorías, rico en vitaminas, minerales y proteínas y una fuente principal de omega-3, siendo pues un alimento excepcional en todos sus sentidos.

El calendario lunar rige todo el proceso de la clóchina valenciana, que se sitúa entre la luna llena de abril y la luna menguante de agosto, donde se procede a la cosecha; y la recogida de la semilla (criançó), por su parte, se realiza bajo la luna creciente del mes de mayo.
Su producción se limita al periodo de mayo a agosto -los clochineros hablan de los meses sin “R”-. Por lo tanto, aquel producto que se ofrece en épocas distintas, será mejillón del Delta del Ebro, francés o gallego, pero nunca clóchina valenciana.
Palabras de Paco Alonso
La clóchina es algo así como plantar semillas, cuidar del crecimiento de los moluscos y luego proceder a su recolección, siempre atentos al calendario lunar, en concreto entre la luna llena de abril y la menguante de agosto. El origen de esta actividad en tierras valencianas se remonta al siglo XIX, cuando en el puerto de Valencia se instalan las bateas clochineras, auténticos barcos amarrados al fondo y con una cubierta modificada para las labores de la clóchina. Los puertos de Valencia y Sagunto son los lugares donde se desarrollan sus actividades y entre los dos suman poco más de una veintena de bateas.
LAS PROVINCIAS
Diferencias entre clóchinas y mejillones
- Además de su mayor calidad, la clóchina valenciana tiene Denominación de Origen desde el año 2008 gracias al distintivo de «Clòtxina de València», lo que la hace aún más especial si cabe.
La singularidad de este bivalvo valenciano con respecto al de otras partes del Mediterráneo o a su primo hermano el mejillón, reside en la salinidad de las aguas donde crece y a su estacionalidad, ya que en Valencia llega ahora a finales de abril el tiempo de su sazón. Hay que tener en cuenta también, para su diferenciación, el estudio que realizó el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia, situando el molusco valenciano por encima del mejillón del Delta del Ebro y de Galicia en aroma, sabor y jugosidad.
Así, la clóchina también se diferencia del mejillón por su menor tamaño, una tonalidad más suave y por un sabor más intenso. Hay que tener en cuenta a la hora de la compra, el distintivo exclusivo de su marca de calidad de la Comunitat Valenciana, ya que en ocasiones llegan a los mercados clóchinas de otras procedencias que se disfrazan con etiquetas muy llamativas con ‘senyeras’ valencianas y logotipos que llevan al engaño del consumidor.


La fotografía de portada pertenece a:
Fuentes:
- juansalvadorgaya.blogspot.com.es
- Taberna El Balconcillo, calle San Fernando nº4 de Valencia
- sabormediterraneo.com
Antes la semilla era de aquí y de la costa. Ahora la traen de Italia o Grecia. Y no es lo mismo