Actualmente, la fiesta lúdica de Halloween ha monopolizado las celebraciones de la víspera del día de Todos los Santos, pero en nuestra tierra ha habido otras tradiciones que a lo largo del tiempo han recordado los difuntos de la familia durante estos días.
Según una creencia popular que ya compartían celtas y otros pueblos antiguos, el Día de Todos los Santos a la caída de la tarde, las almas del Purgatorio vuelven, por un día, a las casas que habitaban (eso explica el miedo de caminar por sendas solitarias y toparse con alguna aparición).
Al día siguiente, sin embargo, deben volver a su estado habitual. Si no se encienden candelas o «palometes», las almas en pena se pueden perder en su camino hacia el cielo. No en vano, se pensaba que subían al cielo entre Todos los Santos y el Día de las Almas o Día de Difuntos. De ahí viene la tradición de encender candelas que flotaban en aceite, «les palometes», una por cada alma difunta de un familiar perdido y que se mantenían desde el día de Todos los Santos hasta el mediodía del Día de las Almas, el día 2 de noviembre (hay que recordar que la Noche de los Difuntos es la noche del 1 al 2 de noviembre).
El día de Todos los Santos (1 de noviembre) era, en nuestro entorno, una jornada de estar en casa, cerca del hogar. Hay multitud de cuentos que nos hablan de cazadores que no respetan la fiesta, se van van a cazar y ya no vuelven más; o cuentos de pescadores que no osan salir a pescar, porque en Todos los Santos sólo se pescan desgracias…
La visita a los cementerios y la ofrenda de flores a las tumbas de los familiares, es característica de cualquiera de los dos días y ha sido asociada, durante mucho tiempo, a determinadas formas de costumbrismo vecinal, como la estrena de piezas de abrigo, la aparición de castañeras en las calles o la venta de dulces característicos para Todos los Santos como la hogaza (fogassa), los buñuelos de viento o los huesos de santo.
Finalmente, recordamos que en valenciano se dice «Tots Sants» (Todos Santos) y NO «Todos los Santos».
Es habitual que durante los días 1 y 2 de noviembre las familias más devotas mantengan encendidas diversas velas o candelas con el objetivo de avivar la memoria de los que ya no están, para sentir también más cerca su presencia.
El día 2, llamado “Día de los Fieles Difuntos”, todavía hoy podemos ver que las iglesias de gran parte de localidades aún conserven la costumbre de celebrar tres misas seguidas, dado que esta celebración a los difuntos persigue, en la mayoría de culturas, el objetivo de apaciguar a los muertos más recientes que vagan aún por la tierra sin encontrar el lugar de reposo mediante la oración.

Interesantísimo y bonito
No lo conocía
Muchas gracias
A ver si nos vemod
Interesante y me encanta saber costumbres de Valencia
Gracias por tus palabras, Gloria.