- La Perellonà no es otra cosa que la inundación invernal de los campos del arroz.
- Los primeros días de cada mes de noviembre se comienza, poco a poco, a inundar los campos hasta que, a finales de noviembre o principios de diciembre, es cuando más agua hay.
- En años anteriores se alertó a la Confederación Hidrográfica del Júcar que había que derivar agua a la Albufera si queríamos tener una Perellonà adecuada, por lo que es posible ver derivando agua para disfrutar de los niveles típicos de la Perellonà.
💧És temps de Perellonà al #PNAlbufera🌾Després de la collita de l’arròs la inundació hivernal transforma el paisatge de la marjal🤩
💧Es tiempo de Perellonà en el parque natural de la Albufera🌾Tras la cosecha del arroz la inundación invernal transforma el paisaje de el marjal🤩 pic.twitter.com/8IW6uPwcGk— GVA Parcs Naturals (@GVAparcs) November 17, 2021
Puede que muchos conozcan este término, pero para aquellos que no lo sepan, la Perellonà es la inundación invernal de los campos de arroz situados en las zonas de tancat, inmediatas al lago del Parque Natural de la Albufera.
Es uno de los grandes atractivos de nuestra querida Albufera, ya que el lago recupera la extensión que presentaba a finales del XVIII. El término proviene de la población de El Perelló, iniciándose la inundación a principios de noviembre, más o menos.
Consiste en cerrar las compuertas de las golas, llamadas perellones, que comunican la Albufera con el mar, provocando así la inundación de los campos. Las compuertas que se regulan para inundar las tierras de cultivo son las golas de El Perelló, El Perellonet y la de Pujol, alterándose así los niveles de agua que entran y salen del lago hacía el mar.
Gracias a la Perellonà aparecen numerosas especies de animales que pasan el invierno en la Albufera y, cuando bajan las temperaturas, emigran y alzan el vuelo hacia el continente africano.

Esta operación suele durar unos dos meses, más o menos -hasta enero-, donde con ella se inundan los campos de forma descontrolada y permanecen en ese estado hasta que en febrero se secan las tierras con la aixugà, que no es otra cosa abrir las puertas para secar las tierras de cultivo. Sin duda alguna, el mejor artículo para conocer la Perellonà al detalle, con numerosas fotografías, es el de José Manuel Almerich.
La Perellonà corresponde con el nivel máximo de inundación invernal, cuando arrozales y laguna comparten nivel de agua y muchos caminos, márgenes y acequias quedan inundados y bajo la capa de agua que hace multiplicar la superficie de l’Albufera, recuperando parte de su terreno durante unos pocos meses al año.
Esta inundación desigual en los arrozales -que también inunda caminos y acequias-, tanto en puntos que tienen un metro de columna de agua o en aquellos en los que tan solo la tierra está húmeda, es una gradación de 0 a 100 que, a su vez, favorece la existencia de todo tipo de hábitats para que las aves que encuentran su alimento, descanso y refugio invernal en este ambiente.
Si las lluvias han sido múltiples y abundantes durante el invierno, es posible que haya que utilizar motores para extraer el agua acumulada en el lago, pues de no hacerlo así se retrasaría la plantación del arroz.
Restaurante Casa Ángel
¿Te habían hablado de la PERELLONÀ en la Albufera de Valencia?
Muchos conoceréis El Perelló y El Perellonet, pueblos donde están las desembocaduras (o golas) de la Albufera de Valencia, como también la del Puchol, más próxima a El Saler. Pues las dos primeras, dan nombre a la inundación invernal (o Perellonà) que sucede todos los años en el Parque Natural de la Albufera.
El primero de noviembre, se cierran las compuertas de las golas (también llamadas “perellons…”). Como los ríos Júcar y Turia continúan aportando aguas, se embalsa todo el marjal y los “tancats” aledaños al lago -como los de Arroz Tartana-; la inundación tiene tal envergadura, que la extensión de agua del lago de la Albufera (unas 2.800 hectáreas actualmente) puede llegar a triplicarse en invierno.
Cantidad de flamencos, patos, cormoranes, etc., se pueden avistar en esta época del año, una de las más preciosas para visitar la Albufera. Aves que salen del lago y se dispersan por los arrozales anegados o que migran desde Europa hacia África, buscando un clima mejor.
Momento también de descanso de los arrozales “de tancat”, como los de Arroz Tartana. Que sirve para regenerar el terruño de malezas, semillas de malas hierba, etc., para que la tierra recupere nutrientes, y se mejore la calidad del agua del paraje natural, gracias a crustáceos microscópicos que actúan como depuradoras, recuperando el agua su aspecto cristalino. En definitiva, para que los arroces cosechados sean más puros, naturales y únicos.
El primero de enero, se vuelven a abrir las compuertas de las golas, y la Albufera empieza a desaguar, apareciendo en los “tancats” la paja y los restos del cultivo de la campaña anterior, que se mezclan con el fango y el agua, mediante el trabajo de “fangueo” realizado con tractores. Lo que reaviva el terreno, lo abona naturalmente y lo limpia de impurezas para la nueva campaña del arroz. Con esta faena, afloran también alimentos para las aves, pura simbiosis entre el cultivo del arroz y el maravilloso parque natural.
Texto de Juan Carlos GALBIS -el profe del arroz-, Juan Valero -Arquitecto y Gerente de ARROZ TARTANA– y José Zafra, apasionado de los arroces.
Foto de portada de Sunstar | Albufera, Valencia | Modes Rodríguez | Flickr