Para muchos, el Toro de Osborne es uno de los símbolos universales de la marca España y acompañante de varias generaciones, una imagen con una gran carga cultural y simbólica. Para otros, sería una simple marca comercial del Grupo Osborne y de la España cañí, sin entrar en más adjetivos, que, con el paso de los años, se ha adaptado a los tiempos.
Sea una cosa u otra, siendo pues lo que desee cada persona, en lo que todos debemos coincidir es que además de ser antaño una valla publicitaria de, todavía, una marca registrada en varios países además de España, el Toro de Osborne ha sido, es y será patrimonio, cultura, deporte y solidaridad, tal y como afirma Osborne en su web sobre la historia del Toro. Y todo porque la Fundación Osborne trabaja en múltiples proyectos de carácter social y en la conservación del patrimonio de Osborne (los más de 90 toros); y el Toro de Osborne ha aparecido en películas como “Jamón, Jamón”, en las zapatillas con las que Rafael Nadal ganó la Copa Davis en el año 2000 y muchos artistas de la talla de Alejandro Sanz, Juan Duyos o Miguel Palacios, así como artistas urbanos, han reinventado su percepción del Toro de Osborne.
Actualmente, hay más de 90 Toros de Osborne repartidos por nuestro país, España, un emblema declarado, por su interés cultural y estético, Patrimonio Cultural y Artístico de los Pueblos de España desde el año 1994 por el Congreso de los Diputados -cabe decir que esta declaración es más bien una catalogación de monumento y no de protección porque no está adscrito, cada toro, a ningún Catálogo de Bienes Culturales o de Relevancia Cultural, por lo que esta obra de arte, que antaño fue valla publicitaria, pertenece al pueblo español por derecho como emblema de España, además de formar parte del diseño gráfico español, aunque su mantenimiento está a cargo de la mencionada Fundación Osborne-.
Osborne es una empresa española, con casi 250 años de experiencia (desde 1772), reconocida internacionalmente por la elaboración artesanal de productos y marcas de bebidas espirituosas.
Del total de los Toros de Osborne de España, 9 se concentran en la Comunidad Valenciana (4 en la provincia de Valencia y 5 en la provincia de Alicante).
- Santa Pola, cerca de la Albufera de Elche (Alicante), en la N-332, punto kilométrico 83.
- Monforte del Cid (Alicante), en la N-330, punto kilométrico 16.
- El Campello (Alicante), en la N-332, punto kilométrico 120.
- El Campello (Alicante), en la N-332 punto kilométrico 101,950.
- Benidorm, junto a la Avenida Costa Blanca nº2, detrás de las casas (coordenadas 38°32’16.68″N 0°1’21.1″W o 38.5379342, -0.1896245).
- Tavernes de la Valldigna (Valencia), en la N-332, punto kilométrico 152.
- En el Campus Universitario de la Universidad Politécnica de Valencia.
- El Rebollar (Valencia), en la N-III, Autovía de Madrid, punto kilométrico 289,500.
- Villagordo del Cabriel (Valencia), en la N-III, Autovía de Madrid, punto kilométrico 247,600.
El emblemático toro de la bodega gaditana ha sido el símbolo de tres generaciones, sufrido numerosos cambios y combatido fieramente por su supervivencia. Hoy es un símbolo de España y decora carreteras de todo el mundo.
La Razón
EL COMIENZO Y NACIMIENTO DEL TORO DE OSBORNE:
En el año 1954, el Grupo Osborne encarga a la agencia madrileña Azor Publicidad una imagen comercial para representar la marca de su nuevo brandy Veterano, un símbolo que, principalmente, estaría en las vallas publicitarias de varios puntos de las carreteras de España.
La empresa de publicidad, de la que por entonces era Director Artístico el gran artista del Puerto de Santa María don Manuel Prieto Benítez, más conocido como Manolo Prieto y ganador de, a lo largo de su carrera, más de 40 premios y distinciones internacionales, diseña una silueta de toro que, en un principio, fue rechazado por Osborne por ser, según la empresa gaditana de bebidas espirituosas, más apropiado para una ganadería.
Finalmente, tras la insistencia del artista y creador del toro, Osborne acepta y la primera valla publicitaria de un toro se coloca en mayo del año 1957 en el kilómetro 55 de la carretera Madrid-Burgos, en la localidad de Cabanilles de la Sierra. Esta primera silueta del Toro de Osborne tenía 7 metros de altura, 40 metros cuadrados de superficie y estaba fabricada en madera.
Tal y como podemos leer en la Fundación Manolo Prieto sobre la Historia del Toro de Osborne, se sabe que, «en su época dorada, la década de los setenta, la “manada” de toros llegó a superar los 500 ejemplares, que se dispersaron hasta por Ceuta, Baleares, Canarias, Guinea e incluso el Sahara.
La Fundación Manolo Prieto es una organización sin ánimo de lucro, creada formalmente el 14 de diciembre de 2002 en El Puerto de Santa María, Cádiz (localidad natal de Manolo Prieto), por familiares de Manolo Prieto y el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, con el propósito de promover la conservación, estudio y difusión de los fondos artísticos del legado creativo del artista Manolo Prieto y la investigación en el campo de la creación artística dentro de las disciplinas del cartel publicitario, la ilustración, la pintura, el diseño gráfico y la escultura de medallas, tanto en España como a nivel internacional. En el año 2014 traslada su Sede a Madrid y se incorporan al Patronato de la Fundación destacadas personalidades del mundo del diseño gráfico y el arte.
Si bien aquellos primeros Toros eran ligeramente diferentes de los que hoy en día conocemos -puesto que tenían el cuerpo negro, los cuernos blancos y en su cuerpo grandes letras rojas perfiladas en blanco resaltando la leyenda “Veterano Osborne”, con una copa de Brandy dibujada sobre la “N” de la palabra Veterano-, no es hasta 1961 cuando se fabrica el primer Toro ya en chapa metálica, momento en el que desaparecen los cuernos blancos para convertirse en negros como el resto de la silueta, donde la leyenda Veterano sigue apareciendo en grandes letras rojas.
Esta mencionada estructura del año 1961 está formada por sesenta chapas metálicas, de 190×90 cm, desarrollando una superficie 150 metros cuadrados y alcanzando un peso de 4.000 kilos. Conforman el Toro más de mil tornillos sujetos por dobles tuercas y cuatro torretas metálicas apoyadas en sendas zapatas de seis metros cúbicos de hormigón con un peso total aproximado de 50 toneladas.
Con el paso de los años, debido al gran peso y utilización de material, existen diferentes retoques de la silueta original del Toro por comodidad del herrero, aunque estos no fueron del agrado del artista portuense, puesto que llegó a manifestar en alguna ocasión: “Me están dejando el Toro hecho una cabra”, motivo por el cual, en algunas ocasiones, Manolo Prieto mandaba al herrero la silueta del Toro cuadriculado para facilitarle la labor».
UNA NUEVA VIDA PARA LOS TOROS DE OSBORNE:
Según podemos seguir leyendo en la Fundación Manolo Prieto sobre la Historia del Toro de Osborne, «en julio de 1988, y para salvar la Ley General de Carreteras que obligaba a retirar la publicidad de cualquier lugar visible desde cualquier carretera estatal, el Grupo Osborne retira cualquier tipo de publicidad sobre la silueta del Toro, como anteriormente el mismo Manolo Prieto le había sugerido a la empresa bodeguera, quedándose ésta como la conocemos actualmente, un toro negro y enorme sin rotulación publicitaria.
Fue en el año 1994 cuando el Ministerio de Transportes y Obras Públicas, con el entonces ministro Josep Borrell, resuelve que los 97 toros debían desaparecer del paisaje español junto con el resto de vallas publicitarias situadas en los márgenes de las carreteras españolas para hacer cumplir la Ley de Carreteras de 1988 que ordenaba que se retirase la publicidad visible de las carreteras. Es en este preciso momento cuando la silueta vive uno de sus momentos estelares y donde pudo comprobarse su enorme popularidad. Se redactan manifiestos de apoyo y se recogen firmas por parte de miles de ciudadanos anónimos pidiendo su indulto. Escritores y columnistas, como Antonio Burgos, Francisco Umbral, Andrés Aberasturi, Consuelo Álvarez de Toledo, Antonio Gala, Jaime Campmany, Fernando García Tola, etc., escriben artículos sobre el asunto en los principales diarios de tirada nacional pidiendo el indulto para la silueta, incluso la polémica traspasa las fronteras nacionales y se escribe sobre el asunto en periódicos internacionales. Artistas gráficos, como Martín Morales, Mingote (emotiva viñeta la que realiza homenajeando a Manolo Prieto), Ricardo y Nacho, Forges, dibujan viñetas en sus respectivos periódicos homenajeando al toro y a la figura de Manolo Prieto.
Ese mismo año, y tras la presión popular, el Parlamento indulta a la valla publicitaria, diseñada por Manolo Prieto, en aplicación de la legislación del patrimonio cultural artístico. “La significación artística y cultural del toro de las carreteras y su integración en el paisaje español deben ser protegidas”, reza la proposición aprobada por los diputados, quedando así excluida de las restricciones impuestas por la Ley de Carreteras de 1988.
En 1998, el Tribunal Supremo indulta definitivamente la silueta del toro en las carreteras ya que entiende que “ha dejado de ser el emblema de una marca, para convertirse en algo decorativo, integrado en el paisaje”.
Las vallas se encuentran repartidas a lo largo de la geografía española, de forma general junto a carreteras y sobre cerros para cortar el horizonte y favorecer de ese modo su visión. Aunque la función inicial era publicitaria, con el paso del tiempo y el arraigo cultural se ha convertido, traspasando los límites de la marca comercial de esta empresa, en un símbolo cultural de España. Al ser un logotipo comercial, ninguna empresa ajena al Grupo Osborne puede reproducir la imagen del toro sin una autorización.