El llamado Pabellón del Consulado o «Consolat del Mar» de la Lonja de los Mercaderes -decir que la Lonja de la Seda es uno de los edificios más bellos de la ciudad de Valencia declarado Patrimonio de la Humanidad-, albergó en su día una importante institución valenciana creada en 1283 por el rey Pedro III de Aragón.
Hablamos del Tribunal del Consolat del Mar -que tenía como base de sus leyes el “Llibre del Consolat de Mar”-, una antiquísima institución valenciana creada en fecha 1 de diciembre de 1283 por Pere el Gran que tenía como fin ocuparse y juzgar los asuntos marítimos y mercantiles, siendo el primer tribunal mercantil que se fundó en España.
¿#SabíasQue…?🧐
El primer tribunal mercantil de España se fundó en #Valencia, en la Lonja de los Mercaderes.
El Pabellón del Consulado albergó en su día al Tribunal del ‘Consolat del Mar’, institución valenciana creada en diciembre de 1283 por el rey Pedro III de Aragón. pic.twitter.com/LKYrOKXRgJ— mentavalencia (@mentavalencia) February 17, 2021
Entre una de sus sedes, la mencionada institución tuvo como lugar de sus asuntos y actividades este pabellón de la Lonja de Valencia al que dio nombre, el Pabellón del Consulado de la Lonja de los Mercaderes, el cual fue construido entre finales del siglo XIV y el siglo XV.
De este pabellón destaca la hoy llamada sala, salón principal o Cámara del Consulado del Mar -también conocida como Cámara Dorada o Salón Dorado, ya que en ella, desde 1920, se encuentra gran parte del artesonado dorado y policromado procedente de la desaparecida Casa de la Ciudad que fue demolida en 1860, casa que se encontraba situada en los actuales Jardines del Palacio de la Generalitat. De esta sala se habla muy bien en valenciaapedacitos.blogspot.com–.
SOBRE EL LIBRO DEL CONSULADO DERL MAR:
En «aproximación histórica del Llibre del Consolat del Mar» puede verse la gran historia de este compendio de leyes.
El “Llibre del Consolat de Mar”, Libro del Consulado del Mar, es un libro que recoge un compendio de leyes de derecho marítimo que rigió durante siglos el comercio en el Mediterráneo, habiendo sido utilizado hasta el siglo XX en juicios sobre conflictos relacionados con el mar y su comercio en muchos países.
De origen valenciano, fue traducido a gran cantidad de lenguas -como por ejemplo alemán, inglés, francés, holandés e italiano- por servir, durante siglos, como base para la legislación naval mercantil en numerosos países, incluso para la marítima internacional actual.
El mérito de esta compilación de leyes radica en que es la primera obra que recopila las leyes y costumbres marítimas dispersas de los derechos romano, griego, bizantino, rodio, italiano, francés y español.
Como afirma Robert Sydney Smith en su libro Historia de los Consulados de Mar, tal y como se comenta en el blog de valenciaapedacitos.blogspot.com, “excepto en unas pocas ocasiones en su etapa de formación, el Consulado fue siempre un tribunal. Originalmente tribunal marítimo. Muy a principios de su evolución, el tribunal consular adquirió jurisdicción en materia de litigio comercial distinto del intercambio marítimo”.
Se sabe que la primera compilación valenciana de las costumbres del mar se hizo en Valencia entre 1320 y 1330. Hasta la redacción de l’Ordonnance de la Marine en Francia en 1681, el Libro del Consulado del Mar fue el código de derecho marítimo vigente en todo el Mediterráneo. En España siguió en uso hasta la implantación del Código de Comercio. Antes de su compilación, se utilizaban como código marítimo las Tablas Amalfitanas, que eran, como él, un conjunto de reglas para regular el comercio marítimo redactadas en Amalfi, y que se vieron sustituidas por él.
En cuanto al Llibre del Consolat del Mar valenciano de 1407, es considerado como la obra cumbre del Derecho Marítimo medieval, y uno de los iconos de la jurisprudencia valenciana. El manuscrito original es conservado en el Archivo Municipal de Valencia. Es una obra de gran valor histórico con gran repercusión internacional a través de los siglos. Existen varias copias manuscritas medievales, si bien uno de los ejemplos más bellos desde el punto de vista artístico es el citado códice del «Consolat del Mar» con miniaturas de Domingo Crespi realizadas en 1407, conservado en el Archivo Histórico Municipal de Valencia.
Tras imponerse los Decretos de Nueva Planta de los Borbones a principios del siglo XVIII, fueron suprimidos todos los Consulados del Mar en el Mediterráneo, excepto en Mallorca y Barcelona. Las normas de este estuvieron vigentes en España hasta 1829, fecha en la que fueron sustituidas por el código de comercio español, inspirado en la legislación francesa. Cabe decir que en varios países de Europa se siguieron utilizando esas ordenanzas hasta finales del siglo XVIII. Por ejemplo, en 1874, Sir Travers Twiss lo tradujo al inglés por razones de utilidad; a principios del siglo XX un tribunal estadounidense negó una acción por no estar fundada en el Consolat de Mar; y, aún en marzo de 1937, el tribunal de apelación de Alejandría citó un capítulo del libro para dictar una sentencia.
SOBRE LA CONSTRUCCIÓN ORIGINAL DE LA RICHA TECHUMBRE QUE HOY SE VE EN LA CÁMARA DEL CONSULADO DEL MAR DE LA LONJA DE LA SEDA DE VALENCIA (FOTO DE PORTADA):
En 1418, la asamblea municipal decidió realizar y acabar una nueva sala para la Casa de la Ciudad. La nueva sala se llamó cambra daurada (sala dorada) por la rica techumbre que hoy, en parte, se conserva instalada en el salón del Consulado de la Lonja de Valencia y se destinó a reuniones de los Jurados y a funciones representativas. La madera está tallada y policromada con abigarra dos motivos fantásticos y lúdicos, bustos de profetas, ángeles e insistente heráldica de la ciudad.
La obra fue ejecutada en su mayor parte entre 1418 y 1426, si bien la pintura y el dorado no se terminaron, tras una interrupción, hasta la etapa 1442-1445 y todavía se obraron puertas y ventanas de esta sala hasta 1458. En esta obra trabajó un equipo de artistas compuesto por los entalladores y escultores Bertomeu Santalínea, Julià Sanxo, Joan y Andreu Çanou, Domingo Mínguez y los pintores Antoni Gueray y Jaume Mateu, entre otros artífices. El pavimento original de azulejos de Manises con escudoreal e inscripciones fue sustituido más tarde por losas de mármol de Portaceli. Tras un dilatado proceso de construcción y decoración la sala quedó convertida en un espacio privilegiado por la riqueza de su ornato y el aparato con que se revestían las reuniones de los Jurados y las recepciones de visitantes ilustres para mostrar la magnificencia de la ciudad.
Fuentes:
- Estudio sobre el Llibre del Consolat del Mar.
- valenciaapedacitos.blogspot.com
- Libro del Consulado del Mar
- Menta Valencia
- jdiezarnal.com
- La Casa de la Ciudad, Jaime Ramos Grimaldos. Grado hª del arte 3ºB