- Grupos de Facebook como «Barraca Legend» mantienen vivo el espíritu barraquero, del cual agradecemos aportaciones de sus usuarios para este artículo.
- Barraca celebra su 57 aniversario el 17 de diciembre de 2022.
La hoy todavía superviviente discoteca Barraca se ubica en el núcleo de población de Les Palmeres, perteneciente al municipio de Sueca (Valencia). A lo largo de la historia, Barraca ha sufrido numerosos cambios, tanto en arquitectura como en tendencias musicales, así como también amagos de cierres, robos de parte del letrero exterior principal, o, incluso trágicos sucesos como el asesinato que se cometió en 2009. Nada ha podido con la mítica sala en sus más de 50 años de historia.
La sala fue considerada como ka discoteca de mayor importancia de la mal llamada “Ruta Destroy» o «Ruta del Bakalao» -el nombre por el que, posteriormente, se conoció a la fiesta de por entonces, ya que por aquellos tiempos nunca fue llamada así, la gente salía solo de fiesta-, muy cerca de la discoteca Chocolate, que muy pronto abrirá sus puertas, de nuevo, en 2022.
EL ORIGEN DE BARRACA:
En sus inicios, la sala era una típica barraca valenciana, de ahí de su nombre. El proyecto es de Albert Piron, un belga afincado en Cullera. Debido al éxito que tuvo, las diferentes ampliaciones y reformas realizadas a lo largo de los siguientes años buscaban poder acoger al mayor número de personas posible.
En la actualidad, el propietario del edificio es el mismo que desde los años 70, Constancio Cutanda Perales, hombre que falleció y ahora son sus hijos, Constan y Chus, quienes gestionan con quien explota la discoteca.
Tal y como podemos ver en una publicación del archivo de Sueca del 7 de julio de 2019, «Todo comienza el 12 de marzo de 1968 cuando Albert Piron, de nacionalidad belga y vecino de Cullera, solicita al Ayuntamiento de Sueca información para comprar unos terrenos de dos fanegadas aproximadamente a la entrada de la avenida de les Palmeres y construir una barraca típica valenciana. La finalidad de aquel edificio, en palabras de su promotor, era “para el turismo”. Piron quería hacer un restaurante y una boite o sala de fiestas, que ocuparía el total de 450 m2, destinándose el resto del terreno a aparcamiento.
En respuesta a la solicitud de información de Piron, el arquitecto municipal, que por entonces era José Luis Serrano Ferrando, informó, el mismo día en el que se registró la instancia, estar a favor de este proyecto con un argumento breve: simplemente dijo que en la zona marítima de Sueca se necesitaban espacios de diversión como el que Piron proponía.
Poco tiempo más tarde, un mes, el 30 de abril del mismo año (1968), Piron, que ya era propietario de los terrenos, solicita oficialmente la licencia para la construcción de la Barraca Valenciana-Sala de Fiestas, encargándole al mismo José Luis Serrano, que ya no era oficialmente el arquitecto técnico municipal, el diseño del proyecto de la barraca.
En ese momento, el arquitecto municipal de entonces, Julio Bellot, informó de manera negativa y desfavorable sobre la licencia para hacer el proyecto de la barraca, todo ello tras dar una opinión contraria a la de José Luis Serrano. En su informe era contundente, ya que decía que de ninguna manera se podía permitir en la zona de la huerta ninguna edificación que no fuera agrícola; por tanto, no se tenían que conceder licencias para otras edificaciones y menos para este edificio, per la proximidad con el acceso a las Palmeres.
A pesar del informe claramente desfavorable de Bellot, la Comisión de Fomento autorizó la construcción y procedió a la licencia oportuna para la barraca de Albert Piron. En la memoria del proyecto, firmado en abril de 1968, Serrano describe el edificio con poco detalle: la planta baja está compuesta por una pérgola en la entrada, bar, almacén, vestidor de servicio, sala para discos y una pista de baile con “tablao” para la orquesta en un recinto cerrado por los laterales y al aire libre. La planta primera, destinada a salón, se abre a la planta baja por medio de unos balcones.







Seguramente, a petición de Piron, porque el estilo no es para nada habitual de Serrano, la sala de fiestas era una réplica mejorada del típico habitáculo de los labradores de la huerta valenciana: un edificio humilde, de planta rectangular, pocas ventanas y pequeñas, con una cubierta a doble vertiente puntiaguda de cañizo y paja y, además, coronada por una cruz.
El edificio, de arquitectura sencilla, le costó a Piron un total de 736.575 pesetas, de acuerdo con el presupuesto del proyecto, además de la compra del terreno que no consta en el expediente.
No se sabe exactamente cuando se finalizaron las obras de la barraca, pero la polémica acompañó también años después. En el mismo expediente hay un requerimiento a Piron, iniciado por el aparejador municipal Vicente Tornero Nácher en mayo de 1971, en el cual el técnico informa que se están realizando obras sin licencia, concretamente se estaba cubriendo con uralita una superficie de 107,50 m2.
Este requerimiento destapó otras irregularidades y motivó una inspección por parte de Tornero en la barraca, donde se descubrieron diferencias respecto a la licencia del año 1968. En el informe se dice que, de acuerdo con el proyecto de José Luis Serrano, la superficie edificada debía ser de 270m2 en planta baja repartidos longitudinalmente de la siguiente manera: 5 metros de pérgola, 20 metros de barraca y 12 metros de pista de baile al aire libre. Pero en realidad, la pista de baile se había cubierto parcialmente con 206,54 m2 de techo prefabricado y se había ampliado 156,85 m2 descubiertos. Además, para hacer esta ampliación ilegal, se había ocupado un terreno de 50 m2 de propiedad municipal, por la cual cosa la Comisión Municipal Permanente requirió a Piron dejar libre en 8 días la parcela municipal que había ocupado y legalizar las obras realizadas.
Parece ser que el éxito del local impulsó a su propietario a realizar reformas para ir ampliándolo, de hecho, durante los años, 70 se utilizó para realizar bodas».
Información extraída de las imágenes de a continuación. Fuentes que han tomado información del Archivo Histórico Municipal de Urbanismo, del año 1968, en concreto de la caja del año 1968 del expediente 138.


EL BOOM DE BARRACA:
Junto a otro local cercano del Perellonet, llamado Cala, se empezó a formar la nueva tendencia de lo que tendría que venir. Era, por aquel entonces, típico desplazarse a las localidades colindantes, como Sollana, Alzira, Algemesí o la propia Sueca, para disfrutar de la nueva moda de disfrutar de lo que empezaría a ser “la noche valenciana”.
Con las diferentes reformas se añadieron más pistas, hasta un total de cuatro, que son las que dispone la sala hoy en día. Su pista más vieja es sobre la que se sitúa la que tiene forma de barraca y que, en 2007, sufrió una reforma profunda.
A lo largo del tiempo, la barraca original fue absorbida por otras edificaciones, sobre todo durante los años 80 y 90, en los cuales la Discoteca Barraca se convirtió, por suerte o por desgracia, en un referente de la Ruta Destroy o Ruta del Bakalao. En aquellos años, la gran afluencia de jóvenes venidos de toda España desbordó la capacidad del local y obligó a realizar varias intervenciones y ampliaciones a los nuevos propietarios, actuaciones que iban cubriendo el edificio original del año 1968.
Barraca está ligado a lo que muchos conocen como la Ruta del Bakalao -nombre posterior, nunca conocida así en aquellos tiempos-, aunque otros, en cambio, prefieren llamarla la Ruta Destroy; pero hay quienes que, queriendo unir el legado musical de aquel entonces para no desvirtuar su nombre e incluyéndola junto a otro «tipo de movida», la llamaron La Movida Valenciana, formando parte de esa época de los 80 llena de rock y pop en Valencia, donde destacaron Armas Blancas, Betty Troupe, Comité Cisne, Kadetes, Los Inhumanos, Mamá Ya Lo Sabe, Manía, Orfeón Brutal, Polvos De Talco Baxter, Presuntos Implicados, Seguridad Social, Video, Zarpa y muchos otros más uniéndose a la Movida Madrileña y otras tantas más.
Barraca fue uno de esos lugares donde los conciertos, y la música de por aquel entonces en cabina -años más tarde-, consiguiera que el legado de musical de aquellas discotecas míticas sea grande y todavía recordado, aunque diferenciado por épocas, ya que su declive comenzó en el 1993, con lo que ya era habitual -las drogas y las muertes en carretera-, además de la Ley Corcuera y la publicidad que le dio la prensa por entonces para acabar con lo que se estaba convirtiendo en la llamada «ruta de la muerte», tal y como la bautizaron muchos periódicos de época.

Años antes, aquella ruta fue el resurgir de un país, España, y en concreto de una Comunidad, la Valenciana, que recién salida de una transición democrática tras la época franquista, trataba de adaptarse a conocer nuevos mundos y a descubrirse ella misma en todas las facetas y ámbitos.

Aquella ruta será conocida por sus fiestas, por su gente y su música, además de aquellas salas, pero también será recordada por sus desvaríos, sus excesos y en muchas ocasiones, por el desconocimiento al mundo de la droga. El ocio nocturno vivió en Valencia su particular era del “destape” tras el franquismo y con la llegada de la transición, y Barraca fue su referente (sobre todo en las sesiones de sábados noche y domingos tarde). La adaptación e importación de tendencias musicales en España era presente en muchas de las cabinas de aquellas personas que marcaron una época en la vida de miles de valencianos.

Debido al éxito que tuvo, la ampliación que tuvo a lo largo de los años fue, al principio, adhiriendo carpas para poder acoger al mayor número de personas posible y más tarde, añadiendo pistas. Su pista más vieja es sobre la que se sitúa la que tiene forma de barraca y que en 2007 sufrió una reforma profunda.
Lo cierto es que sus inicios fueron extraños, ya que tras abrir como tienda en sus orígenes, pasó a convertirse en tablao flamenco y poco después en discoteca aprovechando el boom turístico que por esos años ya empezaba a ser notable en nuestra tierra y que junto a otro local cercano del Perellonet, llamado Cala, se empezó a formar la nueva tendencia de lo que tendría que venir. Era, por aquel entonces, típico desplazarse de las localidades colindantes como Sollana, Alzira, Algemesí o la propia Sueca, para disfrutar de la nueva moda de disfrutar de lo que empezaría a ser “la noche valenciana”.
Fue en el año 1987, en Navidad, cuando el murciélago de Spook Factory alzó su primer vuelo. Por aquel entonces ya funcionaba Barraca y Chocolate, aunque para los más cercanos a la capital aquello quedaba muy lejos. Spook fue recibida de buen agrado no solo por su cercanía, sino también por ser innovadora y por su carácter musical, por ser conocida, por muchos, como una discoteca de culto. Aquel milagro que estaba proliferando se había iniciado en Sueca, gracias a Chocolate y Barraca, y traía consigo nuevos estilos ampliados a otro tipo de público y un horario más flexible.
Dado que Barraca cerraba más pronto que Chocolate, y ésta última más pronto que Spook, la discoteca del murciélago acababa siempre acogiendo al público que venía con ganas de continuar la fiesta. Barraca, al igual que Spook, también acogió numerosas personalidades del momento, así como desconocidos por entonces y que ahora son famosos (actores de cine español, cantantes, etcétera), ya que a la discoteca no solo se acercaba público normal.
Cabe recordar que Barraca permaneció cerrada durante un corto periodo de tiempo en los años 80, al igual que Chocolate, ya que el ayuntamiento de Sueca condenó al cierre momentáneo las dos salas. Circunstancia que aprovechó la recién nacida Spook, que recibió la gran “inyección” que necesitaba para atraer gente.
La realidad fue que Barraca y Chocolate estuvieron, una temporada por legislación de Sueca, cerrando media hora antes y volviendo a abrir en horario matutino, una forma de evitar la legislación.

DIFERENTES ESTILOS MUSICALES HAN PASADO POR BARRACA:
En épocas más recientes los barraqueros han podido ver, oír y bailar a grandes estrellas de primera linea como Ricardo Villalobos, Richie Hawtin, Loco Dice o Marco Carola por nombrar aquellos artistas de cachés astronómicos. Pero si nos ponemos con la lista podríamos tirarnos hasta las mil completándola con nombres como Jeff Mills, Alexander Kowalsky, Laurent Garnier, Kevin Saunderson, John Acquaviva, Tale Of Us, Marcel Dettmann, Dubfire, Joris Voorn, Maceo Plex, Paul Ritch, Dan Ghenacia, Scuba, Marc Houle, Ben Sims, Tiga, Oxia, Sven Vath, Misstress Barbara, Tania Vulcano, Oscar Mulero, Ellen Alien, Magda… Sin olvidarnos de las grandes noches a cargo de sus dj’s residentes Danny Fiddo, David Verdeguer, J.M. Aboga, Pedro Bol Sergio Máñez y Javi “Nano”. Sin duda, la lista es interminable y llena de calidad!
Los djs de los 70 de Barraca fueron Enrique Cuquerella, Eugenio Vidal, Enrique Segarra -que luego fue propietario junto con los dueños de Barraca de la discoteca Molí en Sueca- o Pascual Ferrando.
Por su cabina ha pasado todo un mundo de estilos diferentes de música y tendencias, donde destaca la llegada a la cabina de Barraca -no sabemos si a finales de los 70 o principios de los 80- de Juan Santamaría, que venía de pinchar en locales de Valencia como Oggi, Metrópolis o Distrito 10. Antes de su llegada, la discoteca poseía unas tendencias musicales más provenientes del jazz, funky y otras raíces, además de haber acogido en su historia y etapas posteriores el pop-rock, new romantics, mods, punks y otros estilos, donde era posible escuchar a los Sex Pistols, Spandau Ballet o los Simple Minds. Fue, gracias a él, donde comenzaría la nueva tendencia de la llamada “era electrónica”, donde las mezclas eclécticas se combinaban con estilos que iban desde el jazz, el punk y hasta la ópera, para formar una nueva tendencia que por aquel entonces estaba marcando estilo en ciudades como Manchester.
La residencia de la mítica discoteca ha estado regentada por nombres como Carlos Simó -el dj principal hasta el 86, el más genuino-, Luis Bonías, Danny Fiddo y Víctor Fletcher, por poneros algunos ejemplos, y dj´s de talla internacional han pasado por su cabina, como Sven Väth, Valentino Kanzyani, Kevin Saunderson, Richie Hawtin, Troy Pierce o François Kervokian, además de haber acogido conciertos de Lou Reed, Killing Joke, New Model Army…
En 1980 llega a los platos de la cabina de Barraca el dj Carlos Simó. Con él la evolución se haría total. Carlos Simó decide apostar por los nuevos sonidos que en ese momento aparecen a escondidas en el panorama musical mundial. Definitivamente se apuesta por las nuevas tendencias, música synth-pop, la primera electrónica y la new wave de guitarras blancas en detrimento de la música disco, considerada por la juventud valenciana de la época como música garrula y antigua, aunque eso sí dejando caer de vez en cuando pinceladas funky o temas clásicos del soul. Toda esa mezcla hacía de las sesiones de sábado noche de Barraca una cosa única en todo el Estado español.
Era, por tanto, posible escuchar en las noches barraqueras música de formaciones como Human League, Sex Pistols, The The, Tom Waits, Camouflage, Kraftwerk, Dream Sequence, Spandau Ballet, Simple Minds, Talk Talk, Joy Division/New Order, The Smiths, Happy Mondays, A Splint Second, B Movie, Pink Floyd, Ramones, Depeche Mode, Supertramp, New Model Army, Radio Futura, Gary Numan, etc. Barraca pasó a convertirse en punto de encuentro para todas las tribus urbanas que poblaban Valencia. Tanto new romantics, mods, punks, rockers, etc., se reunían en un ambiente de total sintonía. Si en Valencia capital el encuentro de miembros de dichas bandas acababa casi siempre en pelea (el odio entre unos y otros era total), Barraca fue un lugar de tregua, en el que lo importante era vivir la música y sentirse libres de la sociedad por unas horas.
Hay que tener en cuenta que este hecho fue posible en Valencia por varios motivos, entre ellos la situación prácticamente underground de la ciudad respecto a las grandes urbes nacionales como Madrid o Barcelona tras el final de la dictadura y el paso a la democracia del país. En Madrid todo giraba alrededor de la Movida, formada por los grupos españoles que se formaron tras la dictadura con ganas de experimentar y componer una música libre de censuras y controles por parte del gobierno. Mientras, Barcelona se encontraba todavía muy en primera plana, muy a la vista, como para poder generar una revolución musical como la vivida en Valencia.
Extrapolándolo al Reino Unido, podríamos decir que Madrid y Barcelona representaban a las grandes ciudades británicas de la cultura, como eran Londres y Liverpool. En cambio, Valencia sería comparada rápidamente con el Manchester de finales de los setenta, el Manchester de los Sex Pistols, Joy Division (que poco después y tras el suicidio de su líder Ian Curtis, se convertirían en New Order), The Smiths, Happy Mondays, etc., y por tanto Barraca sería el club equivalente al famoso Hacienda. Tanto los jóvenes de Manchester como de Valencia buscaban su lugar en un mundo en el que todo giraba alrededor de las grandes capitales y lo socialmente aceptado como moderno. Era por tanto un público nihilista y abierto plenamente a las nuevas tendencias tanto musicales como culturales. Barraca comenzó a ser frecuentada por gente muy diversa, estrambótica en muchos casos, de distinta clase social (desde el llauraor de pueblo hasta el más pijo de la capital), de diferentes edades y también se convirtió en uno de los primeros locales en los que no importaban las tendencias sexuales de los asistentes, viéndose por sus pistas a los primeros drag-queens de Valencia. Barraca pasaría a albergar también importantísimos conciertos de grupos como New Model Army, Lou Reed, Killing Joke…
EL 50 ANIVERSARIO QUE NO FUE 50 ANIVERSARIO:
- El 6 de diciembre del año 2015 se celebró, de manera errónea, el 50 aniversario de Barraca. Sin embargo, hubiera sido más correcto celebrarlo durante la primavera o verano de 2018. Ahora, en 2022, se sigue anunciando, de manera errónea, el 57 aniversario. Lo correcto sería el 54 aniversario.
El pasado 6 de diciembre de 2015, la mítica discoteca Barraca cumplió 50 años, o así confirmaba, al menos, la discoteca. Para tal celebración, se contó con la asistencia de Richie Hawtin, uno de los dj´s más prestigiosos a nivel mundial y que dio “rienda suelta” a todos los asistentes a la fiesta.

Lo cierto es que, como ya hemos mencionado antes, el 50 aniversario debió celebrarse en 2018 y no en 2015, tras aportar el escrito e imágenes de antes.
La discoteca sigue siendo un referente, y todas sus fiestas y novedades se pueden consultar en Barraca Music | Facebook.