- La torre se puede visitar de manera gratuita gracias a la visita guiada que se realiza todos los sábados y domingos entre las 12:00 y las 14:00 horas. Para ello, es necesario hacer una reserva de lunes a viernes (entre las 09:00 y las 14:00 horas, horario del Ayuntamiento de Alfarb) al teléfono 670 377 191 o al correo de turisme@alfarp.es (a la atención de Ana, de Turismo Alfarb).
- La visita guiada incluye un paseo guiado por el interior del castillo mostrando los numerosos restos romanos o de cerámica y alfarería encontrados en la población o dispuestos en la torre, además del visionado de un video de 5 minutos sobre su historia y la subida a la parte más alta para disfrutar de las vistas del valle de Alcalans.
La Torre de Alfarb, situada en la plaça de Dalt, es una torre andalusí -torre defensiva de alquería que protegía a los lugareños y sus bienes- construida sobre los restos de una antigua finca rústica romana, encontrándose restos arqueológicos en los mismos cimientos de la torre.
Esta torre, que era en época musulmana más alta que la actual pareciéndose a la Torre de Espioca de Picassent -de 18 metros de altura-, se encontraba en el camino que conducía a la Albufera y el camino islámico de Xàtiva a Llíra, perteneciendo a la red de torres defensivas del siglo XII que situaba una torre encalada en cada una de las alquerías próximas, las cuales estaban conectadas visualmente con el fin de hacer señales de humo por el día y de fuego por la noche en caso de ataque -la torre árabe de Alfarb estaba conectada visualmente con el Castell de Alcalans, en Monserrat, que da nombre al valle donde se sitúa la población de Alfarb; la torre árabe de Montroy; la torre de Aledua, en Llombai; y la de Espioca, en Picassent-.
En nuestra visita a la Torre Árabe de Alfarb, a principios de 2022, pudimos conocer de primera mano su historia e importancia histórica y patrimonial. A continuación, algunas fotos de nuestra visita y en nuestras redes sociales. Recomendamos enormemente la visita a la torre y, además, aprovechando la visita a la población, muy cerquita de Valencia capital (al lado de Llombai o Catadau), para dar un pequeño paseo por sus calles o almorzar en alguno de sus bares, los cuales tienen mucha fama por servir el tradicional #esmorzaret: el Barvi, el Bar Chato, el Bar Casino, la Pizzeria Napoli o la E.S. Altamar.
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Ahir visitarem la torre àrab de #Alfarb, #Valencia, que es pot visitar de manera gratuïta els dissabtes i diumenges fent abans reserva prèvia al telèfon 670 377 191 o al correu de turismo@alfarp.es@riberaturisme @valenciaturisme @AmigoCastillos @PoblesValAbando pic.twitter.com/FN2LrwFj6b
— Valencia Bonita ® (@valenciabonita_) January 27, 2022
@valenciabonita La torre de #Alfarb ♬ Curiosity – Danilo Stankovic
La torre estaba coronada y disponía de un baluarte perimetral, además de contar con matacanes estratégicamente situados en la puerta de entrada desde donde disparar ballestas en caso de ataque. El camino de ronda o vanguardia se repartía en la barbacana o antemural perimetral que protegía la torre, similar al que todavía puede en el cercano Castell o Torre de Aledua, en Llombai.
Como curiosidad, el acceso al recinto fortificado se hacía por una puerta en altura con una escalera levadiza, que daba paso a una zona entre la barbacana y la torre con tal de dificultar el acceso y sorprender quien osará acceder al interior de la torre por esta zona, la cual era vigilada por un cuerpo de guardia que hacía turnos de vigilancia. Al igual que en la barbacana, en la zona más alta de la torre se disponía una ronda de ballesteros preparados para disparar en caso de ataque.
Cuando Jaime I pactó con los musulmanes de la Ribera la incorporación de éstos al Reino de Valencia, la torre fue donada el 7 de julio del año 1238, tres meses antes de la rendición de Valencia, al caballero Pere de Montagut, cuya familia poseyó el Señorío y transformó la torre defensiva en un castillo o fortaleza señorial. Para ello, se hizo crecer los muros de la barbacana, hasta los cuatro metros y medio, rebajando el baluarte o paso de ronda perimetral para ganar espacio en el interior y enlazarlo con la torre, construyendo unas bóvedas de cañón. El resultado fue una caja fuerte perimetral, o granero feudal cubico, de 12 metros cuadrados, con la torre en medio del baluarte, donde se disponía en la planta alta estancias para residencia de un alcaide o arrendatario de la señoría y, eventualmente, para el señor, así como salas del consejo, añadiéndose al complejo señorial una bodega donde se almacenaban jarras de aceite y de vino.
A lo largo de los siglos el castillo fue protagonista de algunos episodios históricos, como el ocurrido durante la Guerra de la Unió. El castillo perdió toda función defensiva y de protección en el siglo XVIII, utilizándose en siglos posteriores, y hasta bien entrado el siglo XX, para usos diversos y particulares, como los de vivienda y carnicería -de hecho, todavía es posible ver en el interior de la torre alguna viga de cuando fue vivienda y la decoración de la pared de alguna habitación-.
Finalmente, ya en nuestro siglo, concretamente en el año 2021, se ha recuperado la Torre de Alfarb como monumento convirtiéndose en un referente de puesta en valor del patrimonio histórico artístico, acogiendo en su interior un pequeño museo y un centro de interpretación de las torres de vigía de la comarca de la Ribera.
LA HISTORIA DEL CASTILLO DE ALFARB, EN ÉPOCA CRISTIANA, SEGÚN LA FICHA DEL INVENTARIO GENERAL DEL PATRIMONIO CULTURAL VALENCIANO:
El castillo de Alfarb se encuentra en el centro de la población de dicho nombre, en la comarca de la Ribera Alta. Se trata de una torre cuadrada y unas dependencias que la envuelven en el interior de una manzana, conformada por viviendas, entre dos de las cuales se localiza. En su base se encuentran varias lápidas de origen romano, una de ellas oculta por casa contigua y que hacía referencia a “Hercules Invictus”. Sus muros son de época árabe.
El antiguo lugar de Alfarb fue donado por Jaume I el 7 de julio del año 1238, tres meses antes de la rendición de Valencia, a Pedro de Montagut. La familia poseyó el Señorío, según privilegio otorgado por el rey don Alfonso II de Valencia a 23 de diciembre de 1330, por el cual consta, que hallándose dicho monarca en Valencia, dio con dicha fecha a Pedro de Montagut y a los suyos para siempre la mitad de las calonias, o penas pecuniarias que procediesen de la jurisdicción civil, o criminal en sus lugares de Carlet, Benimodo, Magaler, Xenguer, Alcudia, Alharb, y Recelán; y que también le dio el conocimiento y castigo de todos los crímenes que se cometiesen en dichos pueblos, a excepción de aquellos en que hubiese lugar a la pena de muerte natural o civil y de mutilación de miembro.
En el mismo día en que el Rey don Alfonso II otorgó a Pedro de Montagut la referida gracia, concedió también a los vecinos del lugar de Alfarb, y a todos sus bienes y mercaderías, franqueza de peaje, medio peaje, pedatico, portage, peso, medida, pasaje, usaje, y de cualquiera otro impuesto, y costumbre nueva o vieja, puesta y poner por todos sus dominios, por mar, tierra y agua dulce. Se conserva este privilegio en el folio 169 del Libro Grande de las Franquezas de la Ciudad y Reyno de Valencia; y en él se lee también que le Rey Don Alfonso II de Valencia lo expidió en atención al gran mérito que don Pedro de Montagut Señor del lugar de Alharb había contraído renunciando a los Fueros de Aragón. En él consta que vivía Doña Toda Euneti, madre de Don Pedro de Montagut, la cual por derecho de viudedad poseía el lugar de Alharb y cobraba sus rentas.
El rey Don Alfonso II aunque había dado a Pedro de Montagut las penas pecunarias y el conocimiento de ciertos crímenes en el lugar de Alfarb, se había reservado el mero imperio y la jurisdicción suprema; todo lo cual enajenó el Rey Don Pedro II de Valencia, según consta en el Privilegio que existe en el folio 178 del libro 4º del Real Patrimonio. Consta en él que el Rey Don Pedro II de Valencia, hallándose en Alcira a 14 de enero de 1358, en presencia de los nobles Bernardo de Cabrera, Pedro de Luna, Giliberto de Centelles, Matheo Mercer y Francisco de Perellós, Caballeros, vendió a Pedro de Centelles y a sus herederos y sucesores el mero y mixto imperio y toda la jurisdicción alta y baja y el ejercicio de ella, y cualquiera otro derecho que le pertenecía, o podía pertenecerle en el lugar de Alfarb y en su términos, situados en los términos y juzgado de la villa de Alzira y en los habitantes del referido lugar y términos, por el precio de cinco mil sueldos Barceloneses, pero con Carta de gracia. Autorizó esta escritura de venta Ferrer Gilabert en la villa de Alzira.
El Rey don Juan I de Valencia lejos de procurar que se quitase la Carta de Gracia con que el Rey Don Pedro II había vendido a Pedro de Centelles el mero imperio y la Jurisdicción suprema del Lugar de Alfarb, se convino con Eymerique de Centelles, y por haber añadido éste tres mil sueldos Barceloneses al precio que había pagado Pedro Centelles, se la traspasó, otorgando para este efecto la correspondiente escritura en Zaragoza a 8 de abril de 1391.
Posteriormente don Juan I de Valencia no se arrepintió con el tiempo de la nueva venta a Carta de Gracia del mero imperio y jurisdicción suprema de Alfarb, otorgada a favor de Eymerique de Centelles, antes bien, pasados dos años, le añadió la consistencia y seguridad que le faltaban. Así lo atestigua el Privilegio que otorgó con este motivo, el cual está al folio 204 página 1 del Libro 34 de Jurisdiccions de certs barons guardado en el Archivo de la Baylia General de Valencia. Consta en él que hallándose el Rey Don Juan I en Valencia el día 14 de marzo de 1393 atendiendo a los servicios de Eymerique de Centelles, hizo perpetuas las Cartas de Gracia, con que, así, Pedro Centelles (sucesor de Eymerique) había comprado el mero imperio y la jurisdicción suprema de su lugar de Alfarb.
En el año 1438 consta que era Señor de Alfarb el mismo que lo era de Aledua y Llombay. Aunque don Eymerique Centelles llegó a ser Señor de Llombay, Aledua, Alfarp y Catadau, antes de la mitad del siglo XV, no se conoce ningún documento que exprese esta reunión hasta el año 1451. Según escritura judicial de venta otorgada ante el Tribunal de la Gobernación el día 21 de mayo de 1451 y a instancia de Berenguer de Cardona procurador del noble Mossen Guillem Ramón Centelles, se vendieron a éste por precio de treinta mil y seiscientos florines la villa de Llombay y los lugares de Aledua, Alfarp y Catadau, llamados la Foya de Torralbes, como bienes del noble Mossen Eymerique de Centelles.
Francisco de Borja, el santo, fue primer marqués de Llombay, por concesión del emperador Carlos V en Augusta, ciudad alemana el 7 de julio de 1530, y tuvo por hijo primogénito a Carlos de Borja segundo marqués de Llombay, primer Barón de Aledua, quinto Duque de Gandía, por su matrimonio con Doña Magdalena de Centelles única hija de Don Francisco, y heredera de su hermano, único varón, y último Conde de Oliva, Don Pedro Centelles, por esta señora e recayeron los lugares de Catadau, Alfarb y Aledua (texto de C.Pérez-Olagüe).
Parte de este artículo es una obra derivada de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un Bien de Interés Cultural según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano (según R-I-51-0003882 publicado en el BOE de 09/08/72), texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.