El Castillo de Santa Ana de Oliva es una fortaleza del siglo XVI, catalogada como Bien de Interés Cultural, que está situada sobre el cerro de Santa Ana, una colina donde antes que el castillo hubo una antigua ermita dedicada a Santa Ana.
Llegar hasta las ruinas o restos de la fortaleza es bastante fácil, ya que nos llevará menos de 1 kilómetro. Esto es porque la subida al Castillo de Santa Ana de Oliva es una sencilla ruta que se puede iniciar desde dos puntos: bien desde la calle del Niño Jesús, donde a uno 50 metros nos desviaremos por la calle de la subida del calvario para inmediatamente iniciar la subida por la senda que conduce al castillo de Santa Anna; o bien desde el colegio CEIP Santa Anna, donde justo al lado del aparcamiento comienza el ascenso por el calvario y la mencionada senda. Si no os aclaráis, podéis seguir nuestra caminata de Wikiloc | Ruta Subida al Castillo de Santa Ana de Oliva desde el CEIP Oliva.
La recompensa bien vale la pena: desde lo más alto del cerro podremos divisar unas espectaculares vistas panorámicas del centro histórico de Oliva, sus playas o el parque natural de la Marjal Pego-Oliva, pudiendo observar también otras ubicaciones cercanas.
La única pega, tal y como pudimos comprobar, es la antena situada en lo alto del castillo, una instalación realizada en un Bien de Interés Cultural que, seguramente, no cuenta con los permisos del servicio de Patrimonio de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana.
A continuación, os adjuntamos un vídeo nuestro grabado en dron para daros a conocer la fortaleza de Oliva.
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SOBRE EL CASTILLO SEGÚN LA FICHA DE PROTECCIÓN PATRIMONIAL:
En 1528 las Cortés de Monzón acuerdan la construcción de obras para la defensa del litoral, así como la creación de una guardia. Estas fortificaciones tenían como misión avisar del ataque de turcos y berberiscos que venían por mar y desembarcaban en las costas para invadirlas, arrasar los cultivos, saquear los pueblos, llevarse cautivos, todo ello ayudados de los moriscos que descontentos huían con ellos.
A fin de evitar que estos hechos siguieran produciéndose, en 1575 el Rey Felipe II encargó al virrey de Valencia, Vespasiano Gonzaga y Colonna, un estudio de defensa del litoral. Su informe se refiere a las fortificaciones de Oliva en estos términos: «Oliva es lugar mal cercado con cubillos antiguos. Y tiene morería no cercada. Dentro ay gente de lustre y castillo en el lugar, que es más casa llana. En lo alto sobre montecillo tiene otro castillo de poca substancia que de muro grueso y nuevo es a manera de tabla cuadrada con dos cubos redondos en las dos esquinas. Tiene poca agua dentro, y aunque procuraron de tener pozo no llegaron donde era necesario, cosa es de poco fundamento; tiene algunas piezas de metal buenas del propio Señor y una media culebrina que a no estar sentida era muy gentil pieza y bien labrada; está un tercio de lengua de mar».
Del 1585, diez años después del informe de Gonzaga, se conserva un importante manuscrito que detalla algunos aspectos inéditos y de gran interés sobre el origen y situación del castillo de Santa Ana. En cuanto a la dotación de armas sabemos que disponía de siete piezas: media culebrina, dos sacres, dos medios sacres y dos morteros, así como municiones: 500 piezas de hierro y 30 piedras para morteros.
El castillo se edificó en el lugar donde antes estaba la ermita de Santa Ana, la cual era anterior a la segunda mitad del siglo XVI. El documento antes referido hace mención al carácter inacabado del castillo, mientras que al cubo noroeste le faltan las bóvedas y el parapeto, el otro al sudeste está concluido.
A lo largo del siglo XVII, Santa Ana todavía era un castillo activo y realiza sus funciones como elemento defensivo de la costa.
Se considera que la fortificación de Santa Ana, así como las obras de remodelación de las murallas de la ciudad y el palacio de los Condes son obra de Francisco Gilabert de Centelles, Conde de Oliva y que la fecha de 1546 que nos ofrece la inscripción que aún perdura y que provenía del Palacio, es justamente el momento en que estás se acaban.
El castillo de Santa Ana se encuentra en la cima del promontorio calcáreo de la montañita de Santa Ana. Cierra por el sur el trazado de la ciudad medieval y moderna, asegura la vigía de las comunicaciones y permite una perfecta visualización del mar. Además, proporciona un estimable control de buena parte del Raval o morería, que quedaba constreñido entre las murallas de la ciudad con el Palacio de los Condes de Oliva y el mismo Castillo.
La fortificación de Santa Ana obedece a un conjunto de intereses como la voluntad del señor renacentista de fortificar la ciudad y sus estados, la necesidad de la defensa de los territorios costeros de las continuas incursiones berberiscas y las revueltas del colectivo morisco.
Se trata de una construcción de planta rectangular de 43,50 x 34,70 metros de lado, reforzada por dos gruesas torres de planta circular. Las torres están orientadas hacia dos puntos opuestos, una hacia el noroeste, donde se encuentra la ciudad y la otra hacia el sudeste, flanqueando el camino de acceso y la entrada a la fortificación.
El aparejo de los muros es muy homogéneo. Se trata de gruesos paramentos con un revestimiento externo realizado con piedras medianas, con la fachada externa bien careada y formas de tipo poligonal. Su disposición no es regular, con hiladas no definidas, a pesar de que el aspecto general de los muros presenta los rasgos de un aparejo pseudopoligonal. Las piedras son de roca calcárea local, sin duda extraída de una pedrera situada a los alrededores. Los marcos de los elementos defensivos se construyen con sillares de piedra arenisca local «tosca», proveniente de las pedreras de las playas de Dénia o Xàbia.
La fortificación presenta al oriente un acceso en rampa contenido por un muro en «V». El ingreso a la fortificación es en codo y rampa y forma ángulo de 90º. Los muros perimetrales de la fortificación tan solo presentan dos elementos defensivos, que se sitúan cerca de la puerta de acceso: se trata de aspilleras oblicuas a los muros que vigilan y defienden los puntos muy concretos.
El resto de elementos de defensa característicos del Renacimiento se concentran en las dos gruesas torres: se trata de troneras, y otros huecos más pequeños para piezas de artillería más reducidas.
Dentro de la fortificación, en el medio del patio todavía queda a la vista un aljibe de planta rectangular, con bóveda de cañón y fábrica de ladrillos. A pesar de que ese aljibe se puede datar en el momento de la construcción del edificio, su cubierta pertenece a un momento posterior, cuando una reparación exigió su sustitución, por la mitad del siglo XVIII. Al lado del aljibe, restan huellas de diversos muros que evidencian la existencia de construcciones habituales para funciones de alojamiento de la guardia o almacenes de pólvora, entre otros.
En el interior de la fortificación restan unos muros procedentes de la ermita de Santa Ana. Ésta es una nueva ermita con la misma advocación que la que existió antes del levantamiento del castillo. El edificio de planta rectangular, tenía tres naves, la central con cúpula. Delante de la puerta de acceso tenía un porche orientado hacia el oeste. Su construcción, según algunos autores, debió ser el año 1747 (C.Pérez-Olagüe).
Este artículo es una obra derivada de la ficha patrimonial y de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un Bien Interés Cultural según la Disposición Adicional Quinta de la Ley 5/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de modificación de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.
NOTA: el vídeo de dron ha sido grabado con un dron de menos de 250 gramos (registrado y con seguro) siguiendo la actual normativa europea de UAS/drones publicada en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y consultando la web ENAIRE Drones para ver que la zona del Castillo de Oliva no tiene ninguna restricción para el vuelo recreativo.