La Tomata de Penjar d’Alcalà de Xivert es una variedad tradicional y autóctona de tomate castellonense, de alto valor ecológico y sin variedades transgénicas, que se cultiva desde hace más de 150 años en la zona de Alcalà-Alcossebre (en la zona son tres las variedades producidas: ‘Estrella’, ‘Punteta’ y ‘Moradeta’.
El tomate y sus distintas variedades llegaron a España de América en el siglo XVI, extendiéndose rápidamente el cultivo por la franja mediterránea. Hará 150 años, cuando no existían los frigoríficos, los agricultores de la zona de Alcalà de Xivert y Alcossebre cogían los tomates de la cosecha de verano, los ataban, los metían en la despensa colgados en los techos y del que aguantaba más, sacaban semilla. Así se fue haciendo la selección natural hasta que se quedaron dos o tres variedades que son las que se trabajan en este pueblo», explica José Herrera, propietario de Tomata Herrera, el productor más grande de la localidad. Junto a él, hay otros 15 o 20 agricultores que siguen cultivando este tomate. Cada vez son menos. «Los padres se jubilan y los hijos no quieren continuar».
En Alcalà de Xivert la tomata de penjar cobra gran protagonismo tras la Guerra Civil española (1936-1939), donde el hambre de la posguerra llevó a los medios rurales a la producción propia de alimentos, intensificándose el cultivo de hortalizas, verduras, legumbres y frutas en la huerta, especialmente este tomate, que cobró un protagonismo que hasta entonces nunca había tenido. Esta variedad también proliferó durante la década de los años 40 en Cataluña y Baleares, principalmente.
El tradicional mercado de los sábados de Alcalà de Xivert en los años 40 concentraba entonces la oferta de productos de la huerta que hasta allí se traían desde las localidades vecinas de Vinaròs, Benicarló o Torreblanca. En Alcalà se vendían las modestas cosechas de tomate de colgar cultivadas entre los núcleos de población de Capicorb y Alcossebre durante aquellos años.
Se trata de un tomate ideal para untar o restregar en pan con un poco de aceite de oliva y sal, conformando el famoso “pan con tomate” que tanto adoran en Cataluña. De hecho, si bien es consumido en toda España, es la comunidad que más demanda este tomate castellonense, toda una delicia gastronómica que aporta más jugo y un sabor más potente que cualquier otro tomate.
De larga conservación, también es ideal para sofritos y salsas (se trata de un tomate que actúa como potenciador del sabor), asados, consumir en crudo (en ensaladas) o como acompañamiento de carnes, pescados o verduras.
En la zona existe un plato tradicional en el que participa este tomate: tomata de penjar, con sardina de bota y ajos, pudiendo añadir un huevo frito.

Nosotros pudimos probar la tomata de penjar en nuestra visita a Alcalà de Xivert y podemos dar fe de su gran sabor y calidad.


La zona de Alcalà-Alcossebre es ideal para plantar este tipo de tomate, al igual que muchas verduras, frutas y hortalizas, terreno que durante siglos fue de especial relevancia al establecerse durante centurias diferentes vías de comunicación para transportar lo que aquí se producía (cabe mencionar, sin embargo, que mucha parte de lo que hoy es huerta fue en su momento ciénagas donde era imposible incluso vivir, por lo que el cultivo era más alejado del mar).
Que por allí pasase la Vía Herculana, un “desvío” o ramal de la Vía Augusta; se construyese el primer castillo templario del Reino de Valencia; o que se estableciese muy cerca el paso de una línea ferroviaria (la de Almansa-Valencia-Tarragona), no fue pura casualidad. La provincia de Castellón, la segunda más montañosa de España, tiene un suelo calcáreo poco o nada cultivable en gran parte de su territorio, por lo que era común buscar zonas donde la tierra fuese de mejores condiciones de cultivo y donde drenase el agua. En el caso de Alcalà-Alcossebre, en esta parte de la Serra d´Irta, la combinación de una tierra fértil que sí drena mucho el agua, el regadío con parte de agua salina (agua de pozo o sènia a nivel del mar, con cierta salinidad, aportando cualidades organolépticas) y el aire que viene del mar y que rebota en la montaña devolviéndolo en círculo con un grado de humedad justo, favorecen enormemente este tipo de tomate convirtiéndolo en una joya gastronómica.
La tomata de penjar se comercializa y se consume actualmente como producto fresco a lo largo de todo el año gracias a su larga vida, ya que puede ser almacenada con facilidad y consumida hasta casi la siguiente cosecha. De color rojo intenso (el cual adquiere una vez cosechada, al poco de permanecer colgada), dispone de una piel fina y pulpa abundante, como su caldo, compuesto principalmente por agua, el cual aporta un sabor intenso y dulce con una acidez muy escasa.
Si bien hay cerca de 20 agricultores que siguen cultivando en Alcalà-Alcossebre (muchos de ellos asociados a través de https://tomatadepenjar.com/es/empresas-asociadas/), su principal productor y comercializador es Tomata Herrera, que produce durante todo el año (en los meses fríos de invierno, lo hace en invernadero). Tomata Herrera elabora cerca de 700.000 kilos al año de tomata de penjar (la gran mayoría de producción propia, si bien también compra a agricultores de la zona), de los cuales, más del el 90% se van para Cataluña (el resto, se vende online a cualquier parte de España).

Los tomates se unían en ristras que se colgaban para que duraran más. Antiguamente, en muchas casas de las zonas se veían los porches tapizados de color rojo. Hoy, se sigue haciendo de forma artesanal. Casi siempre son mujeres que con aguja e hilo van uniendo los tomates en las ristras o poms. «Antes se hacían poms de 5 o 6 kilos. Ahora los hacemos de un kilo para que sea más fácil para el cliente consumirlos», comenta Herrera de Tomata de Penjar Herrera para Valencia Plaza. También se venden en cajas o a granel, lo de las ristras se mantiene, sobre todo como forma de identificación. Puede que sea solo un capricho para amantes de lo hecho a mano, pero esa forma los distingue y les dota de una singularidad única.
Mencionar que desde 2007 existe una Asociación de Productores y Comercializadores de Tomata de Penjar de Alcalà de Xivert para revalorizar y preservar este cultivo tradicional, asociación que consiguió en 2008 la Marca de Calidad CV para la Tomata de Penjar de Alcalà de Xivert.
Por último, hay que añadir que la tomata de penjar tiene su propia feria gastronómica, que se celebra cada mes de octubre y que en 2023 ha realizado su novena edición. Esta feria cuenta con visitas guiadas, actuaciones musicales, actividades, puestos de venta de productos tradicionales, la comercialización de tomata de penjar o jornadas gastronómicas dedicadas a la tomata.
Hace unos años me invitaron ahí. Y de verdad UNA PASADA.
Gracias por recordarmelo.
Gracias a ti Javi por comentar!