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El chocolate. Esa agradable sensación que nuestros sentidos, en especial el del gusto, saborean mientras disfrutamos de una onza, un bombón o una taza de este mismo. Un producto que debemos, el conocerlo e introducirlo primero en nuestro país y después en el resto de Europa, gracias al descubrimiento de América y que hoy en día tenemos su máxima expresión en los chocolates artesanos.
Entre sus grandes beneficios, con moderación siempre, se sabe que es un antidepresivo natural gracias a el tryptophan, un aminoácido que incrementa los niveles de serotonina en el cuerpo, ayudando a tratar no sólo la depresión sino también la ansiedad; que ayuda a prevenir los accidentes cerebrovasculares, haciendo siempre referencia a que cuanto más puro y amargo, mejor (por lo menos un 70%); y que su contenido en feniletilamina, un neurotransmisor que estimula el sistema límbico, provoca una sensación de euforia similar a la del amor y por último, además de ser rico en antioxidantes, vitaminas y minerales, contiene teobromina, una sustancia que, además de ser relajante, dilata los vasos sanguíneos, lo que aumenta la sensación de placer.

Dicen que los mejores chocolates del mundo se encuentran en diversos países del mundo y que sin duda muchos de ellos llevan años de tradición e historia a sus espaldas. En Bélgica se pueden encontrar marcas como Nirvana, Neuhaus, Floranne, Godiva, Leonidas o Pierre Marcolini, por poneros ejemplos; En Suiza marcas como Toblerone, Swiss Army, Cailler de Nestlé, Lindt o Glando, entre otras; En Francia Valrhona, Richart o Cluizel; En países latinoamericanos, chocolates como Pacari (Ecuador), Ibarra, Ricollino o Chocolate Carlo V (México) u otros tantos de Colombia, Venezuela o Perú, donde destaca, por cercanía y ubicación en el mismo continente, el mejor chocolate negro del mundo en 2015: El Rogue Chocolatier (Estados Unidos). Y así podríamos seguir con numerosos países.
¿Pero es necesario viajar tan lejos para probar chocolates tradicionales y de gran calidad? Pues la verdad es que no, puesto porque además de poder encontrar muchas de estas marcas, tenemos la suerte de que en la Comunidad Valenciana existen marcas muy conocidas y artesanales, que gracias a la gran tradición de maestros chocolateros que durante siglos han estado presentes en nuestra tierra, a día de hoy perduran muchas de ellas.
Entre las diversas marcas tradicionales que vamos a destacar, todas ellas valencianas, vamos a deciros que actualmente la marca estrella de chocolates, de la cual dicen que es la mejor marca de chocolate de nuestro país, sin ninguna duda es la alicantina Valor, conocida en el mundo entero y de gran fama mundial, además de ser una marca muy valorada internacionalmente.
En Chocolates Valor llevan más de 130 años dedicados a la elaboración del mejor chocolate, todo ello desde 1881 gracias a Don Valeriano López Lloret, un respetado “hombre de razón” del pueblo de Villajoyosa , que adoptó el oficio de Maestro Chocolatero e inició la actividad que dará lugar la empresa actual. Hace pocos años, en 2011, Chocolates Valor recibió el “2011 European Candy Kettle Award”, uno de los premios más prestigiosos del sector, en el que cada año se aumentan las ventas en el extranjero, consiguiendo presencia en más de 45 países de todo el mundo. Si algún día pasáis por la zona, no os olvidéis de visitar su Museo del Chocolate.

Otra marca alicantina muy conocida, también de Villajoyosa, es Chocolates Clavileno, una marca con más de 130 años de historia que va ya por la 4ª generación. Su fundación se debe a Jaume “Martí” que por aquel entonces decidió dedicar su vida a la elaboración artesanal del Chocolate, que posteriormente continuarían su hijo Félix en 1914 y posteriores generaciones. Al igual que Chocolates Valor, posee además un curioso Museo del Chocolate digno de visitar.
Si nos marchamos ya a la provincia de Valencia en Sueca, uno de los más conocidos es Chocolates Comes, fundado en 1870, del que ya os hablamos en nuestro artículo del Museo del Chocolate de Sueca.

Y es que gracias al Museo del Chocolate Artesano Comes, una fábrica valenciana con historia y tradición en la elaboración del tan goloso chocolate, podréis degustar el maravilloso chocolate artesanal que allí se hace (incluidos los típicos Bollets) y que tanta fama tiene a lo largo y ancho de nuestra Comunidad Valenciana. Por cierto, si os encantan los mercados medievales, puede que en alguna ocasión os hayáis tropezado con uno de sus puestos ¿Os suena la siguiente foto?

Desde Sueca viajamos a otra ciudad tradicional de Valencia: Torrent. Allí se encuentra, en Calle Santa Teresa 14, Chocolates Rafael Andreu, una empresa artesana con tradición familiar a lo largo de tres generaciones fundada por Rafael Andreu Almerich en el año 1920.


Precisamente esa localidad, Torrent, fue una de las que mayor industria del chocolate tuvo en España desde 1892 hasta este siglo pasado. En la actualidad, solo se conservan cuatro empresas chocolateras en Torrent, siendo Chocolates Rafael Andreu la única que aún conserva la elaboración artesanal y tradicional del chocolate de bollo elaborado a mano.

Sin marcharnos todavía de Torrent, tenemos que hablar de Productos Andreu, una empresa artesana con tradición familiar fundada por Pascual Andreu Almerich en 1914, la cual se dedica inicialmente a la fabricación de los típicos chocolates valencianos.
Posteriormente en 1960 su hijo José Andreu Silla amplía la gama de productos y comienza con la fabricación, también artesana, de turrones valencianos, gama que se va ampliando hasta llegar a la fabricación de los clásicos turrones navideños. Ya en 1989 con el traslado de la fábrica al polígono industrial y su consecuente ampliación, se comienza con la fabricación de productos para pastelería y heladería con base de cacao y almendras, pero como siempre, sin perder la tradición de fabricación artesanal que hace que Productos Andreu sea referente en el sector del chocolate tradicional.
Otra empresa con elaboración tradicional que se sitúa en Beniganim es Chocolates Benavent, una empresa familiar dedicada, desde 1925, a la fabricación de chocolates a la taza. Se trata de una compañía que, pese a ser pequeña en tamaño, ha demostrado ser grande en calidad.
Antonio Benavent fundó Chocolates Benavent, una pequeña empresa familiar en Beniganim, en la provincia de Valencia, para dar a conocer su exquisito arte. Luego Eliseo Benavent Vidal dio a conocer los finísimos a la taza, elaborados con materias primas de primera calidad traídas de las mejores cosechas del mundo y con un método artesanal único que se ha convertido en una noble tradición a seguir, generación tras generación. A día de hoy, CHOCOLATES BENAVENT es una empresa de referencia en el sector SIN GLUTEN y en finísimos chocolates a la taza.
También tenemos que mencionar a Meivel, aunque nacida inicialmente como «Chocolates San Antón» antes de la Segunda República Española en la población valenciana de Benetúser. No hace mucho, un poco más de 5 años, Meivel absorvió «Chocolates Marfil» de Torrent que pertenecía al señor Tormo, un maestro chocolatero torrentí de renombre. Meivel dejó la antigua fábrica de Benetúser allá por el 2007 y situó su actual sede en el polígono industrial Cotes de Algemesí. Seguro que muchos recordaréis de esta marca los cromos de Simbad el Marino que regalaba Meivel.
En la memoria queda la antigua Chocolates Santa Catalina, por desgracia ya desaparecida. Con más de 200 años de historia ubicados en la misma plaza de Santa Catalina, rendían culto al chocolate con los mismos muebles que tenía desde 1880. La tienda ya desapareció.


Además de chocolates, podéis encontrar todo tipo de productos valencianos, entre otros, como turrones de Casinos, vinos de la tierra o degustar el tradicional “Bollet” (El «Bollet» es el chocolate cilíndrico elaborado «a la piedra» con la fórmula tradicional valenciana «a la piedra», hecho a mano uno a uno, que normalmente suele ser cacao, azúcar de caña, harina de arroz y canela).
Otra historia para recordar y tener en cuenta es la de «Chocolates Martínez», que comienza en el año 1931, momento en el que el matrimonio formado por Hilario Martínez y Antonia deciden establecerse en una pequeña Chocolatería de la Calle Ruzafa de Valencia.
En sus inicios, elaboraban Chocolate en Tabletas, Barritas, y Chocolate en polvo, hasta que en 1948 dan un fuerte impulso al negocio, convirtiéndolo en una chocolatería más refinada, reformando la tienda con los mismos materiales nobles que se pueden observar en la actualidad: mármol, bronce, madera, como el «Retablo» un encargo para decorar la tienda, totalmente tallado a mano.
Poco a poco, fueron creando sus propios bombones, así como los archiconocidos «Cubanitos Martínez», y aquellas «Trufas Clásicas» y posteriormente «Trufas Cubiertas» que, ni ellos mismos sospechaban en un principio, se iban a convertir en el emblema de la casa, formando así las bases de la empresa TRUFAS MARTÍNEZ que ha recibido varias menciones entre las que destacan «Premio Artesanía Comunitat Valenciana» , «Categoría Artesanía Alimentaria»
En 1996, Mª Teresa Ricart Martínez, tercera generación de la saga, se hace cargo del negocio continuando con la misma devoción, manteniendo las «recetas originales» y la elaboración artesanal, a la vez que, innovando constantemente hasta que en el año 2003 inaugura una segunda tienda y obrador para poder atender la demanda, contando en la actualidad con dos puntos de venta y sus respectivos obradores en la ciudad de Valencia, así como tienda «online» para facilitar la distribución de los productos. Podéis encontrar sus tiendas en calle Ruzafa, 12 (Valencia) y c/ San Ignacio de Loyola, 20 (Valencia).
Y como no, no podemos dejarnos en el olvido a Utopic Chocolates, una tienda muy particular ubicada en el barrio de Ruzafa y regentada por Paco Llopis y Juana Rojas. En esta tienda podréis probar sorprendentes chocolates elaborados principalmente por ellos. Pero no todo acaba ahí. Utopic Chocolates nace de la mano del maestro chocolatero Paco Llopis y la artista y diseñadora Juana Rojas, que comercializan, y personalizan, originales recetas en forma de tableta, chocolates de origen, exquisitas delicias y tabletas con mensaje, una forma muy curiosa, particular y original para darte un capricho o regalárselo a alguien.
Paco Llopis ha estado formándose con maestros tan importantes como Paco Torreblanca, Joan Baixas o Tino Helguera y ha trabajado a las órdenes de Pierre Gagnaire (Sketch Restaurant), de Gerard Coleman (Artisan du chocolat) y de Gerhard Jenne (Konditor&Cook). Sin duda una tarjeta de presentación muy buena para poder probar los dulces con cacaos de diferentes países elaborados tradicionalmente y con originalidad en su tienda de la Calle Doctor Serrano nº1 de Valencia.
Como última reseña, deciros que, curiosamente, una de las mayores plantas de fabricación de chocolate de España se encuentra en Jijona, Alicante, y que pertenece a Antiu Xixona que sirve principalmente sus chocolates a Mercadona (Marca Hacendado). Así que si alguna vez probáis el chocolate de hacendado recordad que está elaborado en la terreta. En el camino nos dejamos a muchos chocolateros minoristas y tradicionales hornos de toda la vida que a día de hoy siguen elaborando «bollets» y chocolate artesanal. Si conoces a algún maestro valenciano, háznoslo saber para hacer más grande, aún si cabe, esta preciosa guía golosa.
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