Las Fallas de Valencia. Ese ritual que termina en el fuego con tristeza, pero que ha vivido, y de qué manera, la fiesta en todas sus expresiones: desde el fuego, el color, el sonido, la fiesta, la gastronomía, la indumentaria, el arte a través de los monumentos plantados y toda clase de emociones y sentimientos indescriptibles que todo valenciano siente dentro de él como parte de su vida arraigada en nuestra tierra.
A lo largo de la historia, las Fallas han dejado muchas anécdotas y fechas que cabe recordar para no dejarlas en el olvido, sobre todo para saber de nuestras raíces y a quien le debemos que nuestra fiesta sea tal y como es a día de hoy gracias a todos esos personajes y acontecimientos. Con esta publicación hemos querido recordar todos esos datos importantes de nuestra fiesta más importante y querida, además de la más internacional. Es sin duda una recopilación de su historia en 25 puntos importantes a tener en cuenta. Así que si te gustan las Fallas, te gustará saber su historia 🙂
¡Vixca les Falles!
EL ORIGEN DE LAS FALLAS:
Existe controversia sobre el verdadero origen de las Fallas de Valencia. La más conocida es sin duda la de una antigua costumbre de los carpinteros de Valencia en celebrar la víspera de su patrón, San José (19 de marzo). Según se cuenta, desde los inicios se quemaban trastos viejos a la puerta del taller y que con el paso del tiempo, al añadir más trastos y por fin vestir al muñeco, o crear una escena, apareció el primer ninot y falla propiamente dicha.
Otra hipótesis es la de alumbrar en las últimas horas de la jornada con unos candiles, en la puerta del taller, que se sostenían en un palo a modo de candelabro y que posteriormente se quemaban junto a virutas.
También se piensa que las fallas derivan del pelele satírico que se tira a una hoguera, una vieja costumbre europea que en la Valencia del siglo XIX estaba presente en las manifestaciones de colgar monigotes grotescos en ventanas y balcones durante la Cuaresma principalmente.
Uno de los posibles orígenes es también las celebraciones de las llegadas de los equinoccios y solsticios (o lo que es lo mismo, la entrada de las estaciones del año) encendiendo hogueras. Así que, suponiendo esto, relacionaríamos las hogueras del solsticio de verano con San Juan y las del equinoccio de primavera a San José. De esta se piensa que data de tiempos de la Taifa valenciana e incluso en tiempos anteriores.
Existe otra que es una suma de dos de ellas, donde se mezcla la del equinoccio y hogueras hechas por los carpinteros en sus inicios. ¿Cuál pensáis que es la verdadera?
Por último, está la que ya os contamos en nuestro artículo del origen de las Fallas, del que personalmente, tras diversos estudios, lecturas y preguntas a gente muy mayor, nos acercamos a una teoría poco conocida.
El origen de las Fallas, la historia del verdadero comienzo de la fiesta fallera
El origen de la Mascletà, un resumen del nacimiento y principios de las primeras mascletaes
LOS DOCUMENTOS MÁS ANTIGUOS SOBRE LAS FALLAS:
Escrito: El documento más antiguo relacionado con esta fiesta data de 1784, cuando la fiesta ya estaba más que consolidada (esto de que la fiesta ya era muy antigua, se sabe por el manuscrito “Ocios entretenidos”, un precioso documento que rescató Rafael Solaz el cual está redactado por José Calasanz Biñeque en 1819 en su visita a Valencia, donde al preguntar sobre su origen le dicen «que esto viene de hace mucho tiempo). Sin embargo, este documento, el de 1784, no cita en ningún momento la palabra ninots, donde no se puede llegar a saber plenamente si se refería a hogueras o fallas con ninots, ya que era muy común llamar a las hogueras también fallas. Es un oficio de la autoridad municipal que regulaba la ubicación de los monumentos para evitar los incendios. A pesar de esto, se tiene constancia también de 1751 y 1783, en años anteriores, aunque las referencias parecen no estar muy definidas.
Gráfico:

Primer documento gráfico sobre las Fallas (1860), publicado en el “Calendario pintoresco, profético, astrológico y lunático del Reino de Valencia”. Es una critica a la moda del miriñaque que existía entonces.
LA FOTO DE UNA FALLA MÁS ANTIGUA:
Son dos en concreto y las dos del mismo año (1889). Se tiene constancia, como os podéis imaginar, de fallas mucho más antiguos por documentos escritos, pero como documento gráfico más antiguo hasta ahora solo se ha podido encontrar 2 y del mismo año.


EL BOCETO MÁS ANTIGUO DE LAS FALLAS:
El boceto más antiguo conservado de una Falla se plantó en la Plaza de Toros de Valencia y actualmente lo conserva el Archivo de la Diputación de Valencia. Se trata de un cartel del año 1877 ilustrado con el boceto de una Falla de Valencia y que muestra los precios de la entrada a la Plaza de Toros los días 18 y 19 de Marzo con una curiosa frase: «Si el tiempo lo permite». Curiosamente, la falla que fue plantada en la Plaza de toros de Valencia, recuerda como ejemplo una tradición que se ha perdido pero que en el siglo XIX formaba parte de la celebración fallera.

LAS CORRIDAS DE SAN JOSÉ O LOS TOROS EN FALLAS. LA PRIMERA CORRIDA DE LAS FALLAS:
Nos guste o no, el mundo del toro ha estado ligado a la fiesta desde la primera corrida de Fallas que se celebró el día 19 de marzo de 1921. En ese año, se celebró por primera vez un festejo de toros de “Fallas” en Valencia, una sola corrida, para el día de San José, con toros de la ganadería del marqués de Guadalest, para los espada Julián Saiz “Saleri II”, Manuel Jiménez “Chicuelo” y Manuel Granero.

Y como nos encanta documentar la historia, qué mejor documento que un recorte de periódico que hemos rescatado del diario valenciano “El Pueblo” (el periódico fundado por Vicente Blasco Ibánez), en fecha 20 de marzo (al día siguiente).
LOS CARTELES FALLEROS. EL CARTEL FALLERO MÁS ANTIGUO:
Fue organizado por el Ayuntamiento en 1929, 3 años antes de la creación de la Semana Fallera (1932) y 2 años después de la llegada del primer tren fallero (18 de marzo de 1927). A pesar de esto, fue al año siguiente, en 1930, cuando se convoca por primera vez como tal el concurso de carteles.



EL PRIMER TREN FALLERO:
Lo de la llegada del primer tren fue antológico. Como ya os explicamos en el artículo de la Mascletà, hasta 1931 las Fallas duraban dos días y el primer tren fallero llegó a Valencia el 18 de marzo de 1927, el primer y penúltimo día de Fallas. La expectación fue inmensa, donde además la prensa de la época se hizo eco de tal éxito pidiendo públicamente que se repitiese todos los años. Y así sería.



LA CREACIÓN DE LA SEMANA FALLERA:
La Semana Fallera se creó en 1932, por así decirlo, donde, además, se lanzo un concurso de ideas para que la gente propusiera actos para ampliar la fiesta. Hasta entonces las Fallas duraban dos días los actos eran más bien pocos y que podían resumirse en «Plantà», visita y «Cremà». La ampliación se debía, en gran parte, a la llegada del Tren Fallero y de turistas, entre otros motivos.


Ese año, el 32, tuvo la casualidad de tener como presente la elección de dos Falleras Mayores, que aún no eran llamadas así hasta 1934: Consuelo Cariñena y Cruz Robles, por empate en las votaciones. Era también el año de la aportación de primeras cosas: la institucionalización del programa de actas con la creación de la Semana Fallera de fiestas con dos cabalgatas, la de la Crida y la primera Cabalgata del Fuego con desfile, donde la semana fallera arrancaba el 13 de marzo.
EL PRIMER BARCO FALLERO:
El primer barco fallero con paisanos residentes en Hispanoamérica, según cuentan muchos, fue gracias a unos promotores desde Chile que tomaron contacto con la falla «El Turia» de Buenos Aires, así como con paisanos emigrados a Brasil y Uruguay. Por aquel entonces se llegó al acuerdo de viajar todos por sus medios hasta la capital argentina, de cuyo puerto partiría el primer barco fallero hacia El Grao en marzo de 1961. Llegaron casi 1.000 pasajeros (según el único impulsor que queda con vida en el artículo a Fallasvalencia.es), donde la travesía duraba 17 días y los primeros puertos españoles que se tocaban eran Tenerife y Algeciras.

De esos pasajeros, a pesar de esto, los anales recogen que a bordo del trasatlántico «Cabo San Roque» vinieron 355 valencianos de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, con lo cual los cálculos descuadran de algún lado. Desde esa fecha y a lo largo de los años, hasta 1972, aquel barco trajo desde aquellas tierras a emigrantes valencianos para asistir a las fiestas josefinas. (Es, por ejemplo, Levante EMV quien afirma que dicho barco fue el primero – PINCHA AQUÍ PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO). Pero la realidad es bien distinta. ¿Por qué? Una imagen vale más que mil palabras.

EL PRIMER AVIÓN FALLERO:

El Avión Fallero recogió una herencia que dejaron tanto el Tren Fallero como el Barco Fallero y lleva celebrándose desde 1993, donde durante las Fallas 2017 será su edición nº25.
LA PRIMERA FALLERA MAYOR:
La elección de la primera representante de Valencia fue Ángeles Algarra en 1931. Cabe recordar que a pesar de que en 1931 se eligiera por primera vez una representante de las Fallas, a través de un certamen en los jardines del Real de Valencia en julio, no fue hasta 1934 cuando apareció la primera Fallera Mayor de Valencia (tal y como se conoce hoy dicho honor), y que fue Doña Amparito Albors.


Así mismo, cabe hacer mención importante a la que por muchos es considerada el inicio de las «Falleras Mayores de Valencia o representantes de la fiesta»: Doña Pepita Samper Bono.

Esta mujer valenciana, nombrada el 25 de enero de 1929 Miss España, fue homenajeada como una reina en Valencia, donde destaca el homenaje que Lo Rat Penat le organizó el 2 de marzo del mismo año un sentido homenaje en el salón de las reinas tomando posesión por aquel entonces de la “cadira payral”. Justo al año siguiente, la Miss España fue otra valenciana, Elenita Pla, y también se encargó de tareas de relaciones públicas en las Fallas de aquel entonces, las de 1930.
Oficialmente, como ya hemos mencionado, la elección de la primera representante de Valencia fue Ángeles Algarra en 1931. Cabe recordar que a pesar de que en 1931 se eligiera por primera vez una representante de las Fallas, a través de un certamen en los jardines del Real de Valencia en julio, no fue hasta 1934 cuando apareció la primera Fallera Mayor de Valencia (tal y como se conoce hoy dicho honor), y que fue Doña Amparito Albors. Años antes, Pepita Samper, en 1929, sienta el precedente más inmediato de la figura de Reina Fallera que se creará al año siguiente, una de las primeras decisiones que toma el nuevo Comité Fallero tras su reorganización. Tras la llegada de la República el 14 de abril del 31, se cambió el título de Reina Fallera por el de Belleza Fallera, pero es en 1934, cuando se emplea por primera vez el título de Fallera Mayor. Hasta 1979 todas fueron por nombramiento directo, hasta 1980, siendo pues la primera Fallera Mayor de Valencia elegida democráticamente Carmen Dolz Adell de la Falla Ribera-Convento Santa Clara.
LA PRIMERA FALLERA MAYOR INFANTIL:
La primera Fallera Mayor Infantil (en 1941), fue Teresa del Sacramento Agramunt Lillo, que al igual que la Fallera Mayor, fue elegida por nombramiento directo hasta 1979 siendo pues Laura Carsí Vaello, de la Falla Sueca-Literato Azorín en 1980, la primera Fallera Mayor Infantil elegida democráticamente. Como curiosidad, en 1960 la nieta de Franco fue elegida Fallera Mayor Infantil de Valencia.

LA PRIMERA EXPOSICIÓN DEL NINOT:
Este evento lleva celebrándose desde el año 1934 y se debe principalmente a Don Regino Mas, artista fallero y miembro de la Asociación de Artistas Falleros, que fue el impulsor principal de la propuesta del indulto del fuego para inspirar la celebración de la primera Exposición del Ninot y la salvación de la Cremà de la figura con mayor número de votos en un escrutinio de tradición popular. Su propuesta fue realizada en 1933 y aceptada un año más tarde. Se hace constar, que ya en 1924 se planteó de manera formal un acercamiento a una Exposición, aunque no obtuvo una acogida favorable, el indulto de un ninot, hasta que en 1933 se celebró una cabalgata descriptiva de la historia de las fallas, de la que salió premiado por votación popular un ninot.


Dicha exposición, la primera realizada en 1934, se hizo entre los días 13 y 14 de marzo y estuvo ubicada en los sótanos del Mercado Central. El primer Ninot Indultat de la historia fue “Iaia i Neta”, obra de Vicente Benedito para la comisión Plaza del Mercado con una victoria aplastante: De 30.000 votos, 23.000 fueron a parar a “Iaia i Neta” (Abuela y nieta).
LOS «AÑOS» SIN FALLAS:
Valencia vivió varios años sin fallas. Los primeros fueron dos seguidos, en 1885 y 1886. Años anteriores se viviría la antesala de lo que sería Valencia sin su máxima fiesta fallera, donde cabe destacar la prohibición por primera vez en 1851 (sin conseguirlo debido a que los falleros hicieron caso omiso) o la del gravamen de 30 pesetas en 1883, donde solo se plantaron 4 fallas por entonces y todas presentadas, las solicitudes, a última hora. La práctica del gravamen continuó en 1884, por parte del ayuntamiento que continuaba en sus trece de cobrar 30 pesetas a modo de impuestos. De nuevo, se plantaron otras cuatro Fallas en todo el Cap i Casal.
La culminación llegó en los años citados anteriormente (1885 y 1886). En ambos, no se plantó ni una (bueno, técnicamente, porque la única falla que se plantó en Valencia en 1885 fue fuera de la ciudad, “extramuros”, en la calle Cervantes, de ahí que se diga 2 años sin Fallas).
En 1885 las fallas estuvieron a punto de desaparecer porque un concejal del Ayuntamiento consideró que eran «impropias de una capital seria y de primer orden», y propuso elevar la tarifa para instalarlas a… ¡60 pesetas de la época! Dos años más tarde, en 1887, la licencia se rebajó a 10 pesetas gracias a la presión, entre otros, de Félix Pizcueta (primer presidente de Lo Rat Penat) y al alcalde José María Sales Reig, consiguiendo así que se animaran nada menos y nada menos que 27 comisiones a plantar fallas, lo que suponía un número considerable. Fue también durante ese mismo año, por primera vez, gracias a la revista «La Traca», dirigida por Manuel Lluch Soler, cuando se hace entrega de tres premios en la fiesta de las Fallas tras una consulta con los Pepes y Pepitas en una curiosa encuesta entre los lectores de la revista.

Cronica local y general: Las fallas
Un verdadero furor fallero se ha despertado entre la gente bulliciosa, y es que, según el dicho «la privación es causa del apetito». Hacía dos o tres años que tan inocente pasatiempo sucumbiera bajo el peso exagerado arbitrio municipal; fue invocada la cultura por algunos pulcros ediles para privar al vecindario de una diversión y al comercio é industria de algunos miles de duros que hoy circularán indudablemente, con motivo de la visita á las fallas. Y eso que aún resultan muy caras. A no mediar censura previa hubiéralas habido de muy ingeniosas, pero así y todo aun encontrará el público algo de aplaudir y en que solazarse.
El Mercantil Valenciano, 18 de marzo de 1887.
También cabe destacar otro año en el que no hubieron Fallas en la ciudad de Valencia, en concreto en el año 1896. La Guerra de Cuba, que por entonces copaba todas las portadas de periódicos, era un auténtico hervidero por aquel entonces, trayendo consigo altercados a la ciudad, declarándose el estado de guerra el 8 de marzo de 1896 y prohibiendo plantar falla alguna en todo el Cap i Casal el 15 de marzo de 1896 mediante un bando del Capitán General.

Al año siguiente, en 1897, Valencia volvió a plantar Fallas, con un total de 11 monumentos falleros en aquel año.
Respecto a los años de la guerra civil española, dado que la guerra no comenzó hasta el 17 de julio de 1936, sí que se celebraron Fallas en 1936, pero no ya en el 37, 38 y 39. A pesar de esto, se plantaron en 1937 fallas de contenido propagandístico por parte de ambos bandos sin llegar a quemarse (si es que se pueden llamar fallas). El bando nacional levantó una falla en 1937, curiosamente, en Toledo, con la intención de exaltar la ideología de la sublevación, dado que por aquel entonces Valencia era la capital de la República y con ello se pretendía hacer suyas la fiesta de la ciudad que debía ser conquistada, siendo una idea de Juan López Ayllón, delegado de Prensa y Propaganda del Sindicato Español Universitario de Toledo. El monumento era una reproducción del Miguelete, que tenía en un lado a un monstruo con símbolos comunistas (la hoz y el martillo) en actitud de ataque, y al otro diversos símbolos del bando nacional: la bandera roja y gualda y el yugo y las flechas.
Por parte de La Aliança d´Inte.lectuals per a la Defensa de la Cultura y del Sindicat d´Art Popular (CNT), se plantaron cuatro fallas críticas, que no llegaron a quemarse, contra la sublevación del bando nacional y que llevaban por nombres “Coses d´Ara”, “La Catedral”, “El Belem d´engany” y “La Balança del Mon”, con el objetivo de utilizar como soporte propagandístico el monumento fallero (recordamos que cuando un monumento fallero no se pega fuego, deja de ser falla). Sin embargo, un documento recogido en el NO-DO, sitúa una Falla (aunque no propiamente dicha, ya que era un elemento propagandístico) en la Plaza Emilio Castelar (La actual Plaza del Ayuntamiento) en 1937.


EL PRIMER LLIBRET FALLER:
En 1855 comenzaron, por primera vez, a editarse los “llibrets”, que eran unas pequeñas ediciones de textos en verso escritos en valenciano con el particular humor cómico, crítico, satírico e incluso erótico, emulando al más puro estilo a su predecesor en forma de magazine “La Traca”, una curiosa revista crítica valenciana que más tarde, en 1887, otorgaría curiosamente premios falleros.


El llibret más antiguo data pues de 1855, escrito por Josep Bernat i Baldoví, donde explicaba la falla plantada en la Plaza del Almudín de Valencia. A lo largo de la historia, el llibret ha cambiado en cuanto a estructura y contenido, hasta llegar a la década de los 40, momento en el cual se establece la forma actual de los llibrets falleros con la entrada de la Seccion Especial, la Mascletà tal y como la conocemos hoy en día (no en origen) y otras tantas cosas al programa oficial y a la Semana Fallera. El primer premio que se entregó oficialmente a un llibret faller fue con el inicio de la creación de los premios al llibret faller por la sociedad Lo Rat Penat y que a día de hoy sigue entregando desde 1903.
LOS PRIMEROS PREMIOS FALLEROS:
Lo que realmente llegó a incentivar la fiesta fue sin duda alguna que alguien tuviese la maravillosa idea de incentivar, y premiar, la fiesta fallera. La primera aparición de estos fue en 1884, donde la Peña El Fum otorgó por primera vez un pergamino decorado con motivos de monumentos a la mejor falla premiada ese año y que os diríamos cual es, pero desgraciadamente solo tenemos información desde la aparición de la creación de los premios falleros en 1901 por parte del Ayuntamiento de Valencia.
La Traca, nuestra revista más satírica que tanto sufrió hasta su desaparición por culpa de las represiones, otorgó en 1887 premios a las fallas más satíricas haciendo honor de su propia publicación, donde la falla de la calle Embajador Vich fue la que consiguió el primer premio gracias a su parodia al Rey Jaime I. Los premios, muy curiosos por cierto, consistían en otro tipo de incentivos: desde costear una banda de música, para el primer premio, pasando por una larga traca para el segundo o también costear otra banda de música para el tercero. Por cierto, la encuesta se realizaba a los Pepes y Pepitas.

Pero realmente los premios que hoy en día se conocen tienen su nacimiento en el año 1901 gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de Valencia, creando por primera vez en ese mismo año para las Fallas el Premio al Monumento Fallero y que curiosamente al dotarse las Fallas de los primeros premios ya municipales, esto impulso la profesión de lo que hoy en día conocemos como artista fallero.
LA CREACIÓN DE LA SECCÍON ESPECIAL:
El primer año de la creación de la Sección Especial fue el de 1942. Justo ese año, la falla ganadora fue la de calle Barcas-Don Juan de Austria – Comisión Carrer Barques i Pascual y Genís (obra de Regino Más). El primer premio fue de 3.000 pesetas de la época y la falla costó…22.000 pesetas!!!


Cabe decir que en los años 42 y 43, los primeros de la aparición de la «Sección Especial», esta se comenzó llamando «Extraordinària», siendo la prensa la encargada, curiosamente, de fijar el nombre definitivo de Sección Especial a través de las informaciones que se daban en las rotativas sobre los concursos falleros (nota documentada de jotajotacoll.blogspot.com.es). Un año después, en el 43, la ganadora de la sección serían…¡¡¡tres fallas!!! con un premio de 3000 pesetas para todas ellas (ver foto).

LAS PRIMERAS FALLAS INFANTILES:
La de 1952 fue muy especial. Además de ser el primer año en que se reglamentaron las fallas infantiles, se dejaba atrás el origen de las fallas que fabricaban los niños y las marchas en grupo por las casas pidiendo esteras y trastos viejos para quemar mientras entonaban el llamado “cant de l´estoreta” que decía: “¿hi ha una estoreta velleta ‘pa’ la falla de Sant Josep, el tio Pep?”.

En aquel año, 1952, el alcalde de Valencia y natural de Onda, Baltasar Rull Villar, daba a conocer que Doña María Rosario Violante Ferrandis-Luna y Alvarez de Toledo, hija de los marqueses de Valverde, era la Fallera Mayor de Valencia. A pesar de esto, no fue hasta 1976 cuando se crea la Sección Especial Infantil, donde la primera falla ganadora fue la Falla Sant Vicente – Falangista Esteve obra del artista fallero Vicente Lorenzo Díaz.

LA HISTORIA DE LA CRIDA: DESDE EL PREGÓN HASTA LLEGAR A LA CRIDA ACTUAL
A pesar de que son numerosas las publicaciones donde se invitan a vivir la fiesta de las Fallas a lo largo de la historia en prensa de época, de la primera que se tiene constancia, buscando similitud a una Crida, es la del 15 de marzo del año 1931 a las 19:00 horas, y que sería un acto recorriendo a viva voz las calles que con los años tomaría otra forma y otra ubicación para desencadenar a la que hoy en día conocemos. Por aquel entonces se llamó pregón. El primer pregón, propiamente dicho desde un lugar concreto y no a viva voz recorriendo las calles sería el de 1942, justo el año de la creación de la Sección Especial», donde justo un año después, en 1943, sería el primero retransmitido por radio.
La del 44, tuvo gracia, ya con Juan Antonio Gómez Trénor de Alcalde. A lomos de un pollino (asno o burro más pequeño y joven), un pregonero recorría las calles (alrededores de la actual Plaza del Ayuntamiento) “cantando” un pregón muy recordado por los cronistas de época, sustituyendo al del año anterior en el balcón de la Plaza del Caudillo».

Y ya llegamos a la que curiosamente sería la primera vez que aparece el nombre de Cridà (con acento por aquel entonces y hasta la normativa actual de la llengua valenciana), donde el nombre de pregón desaparecería en 1951, donde de nuevo dejarían de darse los discursos desde el balcón de la Plaza del Ayuntamiento». Sin embargo, cabe decir que a pesar de algunas apariciones y documentos de época en la costumbre de decir «Cridà», con acento, lo correcto, tanto en valenciano normalizado (AVL) como en RACV, es decir Crida, tal y como nos explican desde http://observatoridelallenguavalenciana.org/.
El primer año ya, por fin, en las Torres de Serranos, sería en 1954, en la Plaza de los Fueros y no sería hasta el año de 1989, último desde la Plaza del Furs, donde se plantearía por seguridad cambiar la ubicación por el incidente pirotécnico. Por seguridad, al año siguiente, en 1990 se empezó a realizar la Crida en la parte de las Torres de Serranos que da al Cauce del río, donde ya por fin se conoce la fiesta con la actual fisionomía y ubicación (PINCHA AQUÍ PARA LEER LA HISTORIA COMPLETA DE LA CRIDA).


LA PRIMERA NIT DE L´ALBA:
En las Fallas de 2016 se recuperó una tradición que estuvo presente 2 años (1966 y 1967) en la Nit de La Plantà. Su nombre, Nit de l´Alba, consiste en lanzar un “chupinazo” por parte de todas las comisiones falleras de Valencia para festejar todas juntas, al unísono, el comienzo de la fiesta de las Fallas.

La idea, tal y como se expuso en Las Provincias, fue realizada como propuesta por Na Jordana y aceptada por Junta Central Fallera (JCF), que ha decidido recuperar lo que en su día se hacía eco el periódico de LAS PROVINCIAS un 15 de marzo de 1967.
EL NACIMIENTO DE LA PLANTÀ:
Desde la creación de la Semana Fallera, en 1932, se ha ido estableciendo un día concreto dentro del programa oficial de actos, dado que anteriormente al año 1932 la fisionomía y estructura de las Fallas era muy sencilla: constaba de 2 días, 18 y 19 de marzo (en algunos casos era 19 y 20 por las coincidencias de fechas eclesiásticas) y se basaba en Plantà, visita (ver las fallas) y Cremà.

No fue hasta el año de la creación del balcón del Ayuntamiento de Valencia, 1967, donde se adelantaría por primera vez, estableciendo el comienzo hasta la actualidad, la Plantà tal y como la conocemos hoy en día (la noche del 15 al 16).
LA PRIMERA MASCLETÀ DE LA HISTORIA:
La primera Mascletà de la historia, tal y como la conocemos hoy en día o un acercamiento próximo, fue un 11 de marzo de 1945 a las 13:00 horas en la Plaza del Caudillo a cargo de Antonio Caballer, de Moncada. Un año antes, en 1944, todavía se seguían tirando las tracas o corre-tracas, mal nombre por el que son conocidas cuando en realidad es la verdadera Mascletà en origen (una Mascletà en origen tiene, en su interior, una traca corrida).
Esta Mascletà, prácticamente desaparecida, podría recorrer hasta una treintena de calles al mediodía (12:00 horas) durante la Semana Fallera, del 13 al 19 de Marzo. A pesar de esto, no sería hasta los 50 cuando la fama fue “in crescendo” para las mascletaes de la plaza del Caudillo, gracias a las técnicas importadas de los pirotécnicos de Godella y Moncada, entre otros (PINCHA AQUÍ PARA LEER EL VERDADERO ORIGEN DE LA MASCLETÀ).


No fue hasta los años 1986 y 1987 donde empieza a realizarse la Mascletà de forma diaria desde el primer lunes de marzo, y que será en 1987, y ya a partir de 1988, cuando desde ese año se celebren desde el día 1. Hasta entonces, solo se hacían en la Semana Fallera.
LA CREACIÓN DE LA NIT DEL FOC Y LOS CASTILLOS DE FUEGOS ARTIFICIALES:
La primera Nit del Foc fue en 1932, aunque no en la fecha actual (un 18 de marzo como la conocemos hoy en día), pero si dentro de la Semana Fallera. En 1942 se incorporan los castillos de fuegos artificiales al programa de actos de las Fallas (día 18 a las 24 horas: Gran Castillo de fuegos artificiales, obsequio de Cifesa a Valencia, de Antonio Caballer de Moncada. «Valencia Marzo y Fuego, página 102»), donde cabe especial mención algunas anécdotas como la del 44.


La Nit del Foc es un acto que fue variando el día de su celebración desde el día 16 en la primera mitad de la década de los cuarenta (Véase ejemplo del año 1944 en la noche del 16 de marzo a cargo de Vicente Caballer) hasta el día 18 que se celebra actualmente desde 1987.
LA PRIMERA OFRENDA DE LA HISTORIA:
Los inicios se remontan a 1941, año en el que unas Clavariesas depositan en la Basílica, ramos de flores a la Virgen, a las que se añaden unas chicas vestidas de labradoras y cubiertas con mantillas, aunque no sería hasta el año 1945 cuando se incorporaría como acto oficial al programa de la Semana Fallera. ¿Qué significa esto? ¿Qué la ofrenda en sí es un acto creado dentro de la época de España del Caudillo? Sí y no. Sí puesto que como tal se incorpora en el 45, como acto oficial, y no porque fue una necesidad de la época debido a los actos espontáneos como tal e iniciados, ojo eh, no desde 1941, sino un año antes, tal y como puede verse en publicaciones y prensa de la época (ABC, 20 de marzo de 1940), donde de manera espontánea, la Fallera Mayor y los representantes de la fiesta, acuden el día de San José para ver a la Virgen y hacer una pequeña «Ofrenda».
Como consecuencia de aquel acto espontáneo, que sin embargo se produce a lo largo de todo el año, la iglesia, el entonces alcalde y la Junta Central Fallera, entonces dirigida como un ente político más y manejada por los políticos, se vieron en la obligación de «hacer algo» para acercar ese acto espontáneo sin más a un acto religioso, viéndose así (sin más remedio) obligados a introducir la devoción de la llamada “Ofrenda” como un acto más que con el tiempo quedaría, y sigue, arraigado a nuestra fiesta fallera. Difícil de explicar que un día, con calma, paciencia y documentación, contaremos.

Sin embargo, no fue hasta 1949 cuando la ofrenda tuvo que trasladarse al exterior de la Basílica por la afluencia de falleros y comisiones que ya se agolpaban en masa para dar gracias en la «Llumenà». La disposición de la Ofrenda en dos días no se dio hasta el año 1965, cuando debido a la gran afluencia y por no acabar bien entrada la madrugada, se dispuso que los ramos fueran entregados en dos jornadas.
Cabe destacar un año sobre todos los demás: en 1987, José Azpeitia, por encargo de la Junta Central Fallera, confeccionaría el busto de la Virgen y el Niño Jesús sobre un bastidor de 15 metros de alto y sobre el que se irían depositando los ramos de flores y formándose con ellas un hermoso y colorido tapiz (lo que hoy en día conocemos como la actual ofrenda de flores).
LA CREACIÓN DELS BUNYOLS FALLERS:
Los primeros bunyols fueron los llamados d´Or y Argent, que aparecieron en 1945, para premiar a todos aquellos falleros que se esforzaron por el bien de las fiestas «josefinas» durante aquel ejercicio (nos encanta entrecomilla. Curiosamente, en 1947, con motivo de la visita de Francisco Franco, el Caudillo recibió el «Bunyol d´Or i Argent» que fue retirado el año pasado en 2015 (Abajo tenéis los recortes de prensa de la época y visita de Franco a Valencia). El Bunyol d’Or ab Fulles de Llorer se creó en 1955, donde años más tarde se creó en 1974 los Bunyols de Coure i el preciado Bunyol d’Or i Brillants ab Fulles de Llorer.


Para los más pequeños, se crearon en los 60 gracias en parte a Juan Bautista Martí Belda, creando los distintius de Coure, Argent i Or, para ya en la época de los 2000 crear los distintius d’Or ab Fulles de Llorer y Or i Brillants ab Fulles de Llorer, que se otorgan a título colectivo.
ANEXO: Como última curiosidad, en 1917 las Fallas se ven por primera vez en la gran pantalla, cuando se lleva a cabo la primera grabación conocida de nuestra fiesta más importante y querida.
Foto de portada de: 1970, EFE.
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Post estupendo, una pena que no cargue ninguna imagen.