La fotografía. Podríamos decir de ella que es ese pequeño trozo de arte plasmado en papel fotográfico por los ojos de alguien a través de una cámara (por así decirlo). Lo cierto es que muchos de nosotros, como simples mortales, no valoramos en numerosas ocasiones lo que supuso este gran avance que hoy no solo es un medio de vida para profesionales, sino que también es una afición, pasión y una forma de conocer la historia para quien, como nosotros, os escribimos a diario siempre que podemos sobre nuestra querida Cap i Casal.
En la Valencia antigua hubo grandes y numerosos fotógrafos, que aunque muchos de ellos no coincidieron en la época que trata este artículo (siglo XIX hasta 1939), bien podríamos decir que pertenecen a «la generación fotográfica de la Valencia antigua» por haber sufrido todos ellos el gran cambio que vivió Valencia, bien con la Revolución Industrial, el modernismo u otras tantos hechos ocurridos desde entonces. Aquellos que, sin ser conscientes, son el reflejo de lo que hoy podemos conocer a través de sus “pequeñas” obras. Y es que, queridos amigos, muchas veces tiramos mucho de hemeroteca y vemos artículos de periódicos que nos cuentan con todo detalle la noticia que buscamos. Pero, de repente, tras ver una fotografía sobre eso que hemos buscado, vemos que en numerosas ocasiones el autor de ésta nos ha guiado para conocer lo que intentaba plasmar como si de 1000 palabras se tratasen.
A todo esto ¿quiénes son los más recordados y de los que hoy en día podemos decir que gracias a ellos tenemos esa visión de aquella Valencia? Cabe decir, sin desmerecer, que seguramente si estos grandes sabios del noble arte de la fotografía no hubieran existido, seguramente hubiéramos tenido otra visión de otros personas, pero ¿sería la misma? Desde luego que no, dado que cada fotógrafo tiene una “visión” y una perspectiva diferente, siendo el caso de nuestro principal protagonista del artículo: Vicente Barberá Masip (Valencia, 1870 – 1935).
Cuando uno toma una foto de antaño de Valencia o alrededores, puede deducir que puede pertenecer a diversos grandes fotógrafos de la época, donde Masip destacaba entre todos ellos (para nosotros), sentando cátedra por así decirlo. No, la fotografía ya estaba inventada y no fue pionero, de hecho ya existían antes que él otros fotógrafos de renombre, pero su vida, bien podríamos decir, es para “enmarcar”.
Desde muy joven, Barberá Masip, manifestó un gran interés por la fotografía, lo que le llevo a aprender el oficio en un estudio fotográfico profesional. De su juventud se sabe que ya experimentaba a temprana edad con lo que de momento era su pasión. No fue hasta la edad de 28 años, en 1898, cuando ya regentaría su propio estudio como retratista bajo un negocio que llevó el nombre de “Fin de Siglo”, situado en la calle San Martín nº 7 de Valencia (muy cerquita de la plaza de la Reina), habiendo trabajado antes con fotógrafos como Eugenio Jouliá Potabou y Tomas Colubi.
Uno de las fotos que más nos encantan, sin duda alguna, es la que hay sobre la antigua cantina de la Estación del Norte, hoy Sala de los Mosaicos, de la que ya os hablamos en un artículo sobre quién es la mujer que se esconde allí dispuesta en el gran mosaico que preside la sala: Josefina Momblanch Llopis.

Pero Barberá Masip no solo acostumbraba a fotografiar lugares de Valencia, dado que también retrató a grandes personajes como Vicente Blasco Ibáñez, amigo íntimo suyo, además de, por ejemplo, hacer lo mismo con miembros de la familia real.
Masip sabía que lo suyo no era solo retratar, ya que empezó a compaginar su estudio con su primer trabajo como reportero y corresponsal en el semanario “Blanco y Negro” en 1899 y en ABC en 1902, del que guarda éste último periódico una gran colección de él como corresponsal, siendo quizás el mayor colaborador que tuvo ABC en Valencia por aquellos tiempos.


No fue su única colaboración, ya que también tuvo tiempo para hacerlo en “Nuevo Mundo”, “Semana Gráfica”, responsable de información gráfica de Las Provincias, editor de muchas de las grandes postales con temas valencianos que muchos días hemos colgado en la página o, incluso, fotógrafo oficial del Ayuntamiento de Valencia desde que inició su colaboración en 1909 (justo el año que Valencia se revolucionó con «la Exposición Regional Valenciana«. ¿casualidad?).
Pero lo cierto es que para entender la fotografía de Barberá Masip, tenemos también que entender su legado, siendo uno de ellos el aprendizaje que trasladó a su sobrino: Enrique Desfilis Barberá (Valencia 1898-1938 París).
Enrique Desfilis Barberá, sobrino de nuestro protagonista, aprendió el oficio desde muy temprano, mostrando el interés que parecía llevar en los genes al igual de su tío Barberá Masip, dado que entró a trabajar en el estudio de Vicente a los 14 años. De ser aprendiz a regentar el negocio familiar le llevo unos cuantos años más. Barberá Masip enfermó en el año 1928, cuando todavía era reportero gráfico de Las Provincias. Enrique Desfilis, por aquel entonces ya con 30 años, le sustituyó al frente de su estudio y como reportero gráfico en Las Provincias, a la vez que colaboraba con otros diarios y revistas nacionales como ABC y Blanco y Negro (todo quedaba en familia).
Y es que Desfilis, como no podía ser de otra manera, comenzó a “imitar” a su tío al colaborar intensamente con la prensa de la época y al ocuparse de la empresa familiar, que por entonces estaba ubicada en el nº 6 de la calle Luis Vives bajo los nombres de Photo-Sport y Barberá Masip. A todo esto, y para justificar el protagonismo. Si uno echa la mirada atrás y tira de hemeroteca para repasar portadas e interiores de diarios durante un gran periodo de tiempo, puede ver continuamente fotografías con la firma Barberá Masip, de ahí la gran importancia que hemos dado al protagonista del artículo.
Cabe decir que desde que enfermó Barberá Masip (en algunas fuentes podemos ver que empezó a ocuparse de los negocios en 1931 y no desde 1928) y hasta su muerte, Desfilis tuvo que sobrellevar todo el peso que suponía llevar el negocio de su tío, que cerraría años más tarde tras la muerte de éste en 1935. Fue entonces cuando Enrique Desfilis, al cerrar el estudio, monta su laboratorio en la calle Pizarro, ya en su propia casa, donde además hacía lo que más le gustaba y de qué manera: ser reportero gráfico siendo nombrado fotógrafo del Ayuntamiento.
Algunas de sus fotografías sirvieron para los montajes de época de los carteles de apoyo a la Republica durante la Guerra Civil española, carteles montados por José Renau Berenguer (Valencia, 1907 — Berlin, 1982), un fotógrafo valenciano que fue militante del Partido Comunista de España desde 1931 y fundador de la Unión de Escritores y Artistas Proletarios en 1932, entre otras cosas.

Aquí hacemos un alto para mencionar el Foto Club Valencia, fundado el 29 de noviembre de 1928 donde desde su sede, situada en la calle de la Paz nº 26, impulsaría los valores que todavía sigue manteniendo: el conocimiento, fomento y difusión de la teoría y práctica de la fotografía y la imagen, el fomento de la afición a las mismas, así como conservar y difundir en las mejores condiciones el patrimonio fotográfico de los fondos del Foto Club Valencia formado por la contribución y aportaciones de los socios, los participantes en las actividades y las donaciones. De la misma manera su patrimonio bibliográfico. Casi ná.
¿Y por qué hablamos de esto? pues que gracias, en una pequeña parte, a asociaciones como el Foto Club, hoy en día tenemos fotografías de época, incluso las de la contienda de la Guerra Civil Española que más adelante hablaremos.
Sobre las fotografías del archivo Desfilis, que contiene colección de Vicente Barberá Masip, Enrique Desfilis y Julio Desfilis, su hijo, cabe decir que es uno de los mayores legados para el estudio de muchos historiadores y que se puede consultar digitalmente conservándose en la Biblioteca de Valencia.
Y llegados a este punto, ¿deberíamos parar? Por supuesto que no. Quedan muchas otras personas importantes que nombrar, como los pioneros o “reales”, por así decirlo, nombrando a un tal José Martínez Sanchez (Bicorp, Valencia 1808 – Madrid 1874), fotógrafo de cámara del infante D. Sebastián Gabriel, además de documentar junto a Antonio Cosmes, el que sería el primer reportaje secuencial de un acto oficial: la llegada de Isabel II al puerto de Valencia en 1858.

Fue de 1858 a 1867 cuando estuvo asociado con Jean Laurent, con el que compartió la patente del papel leptográfico, primer paso hacia el papel baritado, dejando uno de los legados que mejor documentan la España de la época.
Y ya que lo hemos nombrado, no podemos olvidarnos de él, aunque no sea valenciano: Jean Baptiste Laurent y Minier (1816, Garcichy, Borgoña-Madrid, 1886), más conocido como Jean Laurent. De Laurent queda como legado, y para recordar, una de las más bellas colecciones de la época, donde a día de hoy podemos ver su magnífica serie de Valencia de 1870, de entre otras muchas ciudades españolas.
Juan Laurent fue fotógrafo de la Casa Real, además de empresario, abriendo uno de los primeros y más acreditados talleres fotográficos establecidos en España en el año 1856. Pero no fue Laurent el encargado de fotografiar Valencia, fue un enviado de éste, Julio Arnaud, quien se ocupó de fotografiar los lugares y entornos más importantes de Valencia en el año 1870.
A raíz de aquellas instantáneas, que fueron objeto de difusión internacional a través de tarjetas postales por la casa Laurent o pasando a formar parte de la colección para coleccionistas de época siendo uno de ellos el más importante José Huguet Chanzá (Benifaió, 1931), tenemos hoy en día el maravilloso legado plasmado en la Biblioteca Valenciana o a través de uno de los libros que recopilan las fotografías de aquel año: “Las fotografías valencianas de J. Laurent”, obra del mismo José Huguet Chanzá, José (ISBN: 84-8484-069-7).


Al igual que Laurent, un valenciano emuló dejarnos como legado muchos lugares de España, en este caso castillos y catedrales de los cuales muchos han desaparecido con su gran colección de negativos en dos volúmenes con prólogo de Azorín. Hablamos de Carlos Sarthou Carreres (Vila-real, 1876 – Xàtiva 1971). Este hombre, además de ser juez, historiador, miembro de la Real Academia de Historia o, entre otras cosas, fundar la sección local de la Cruz Roja en Vila-real, fue también un gran apasionado de la fotografía a través de la colección que os hemos nombrado o ser el artífice de una publicación conocida como “Geografía general del Reino de Valencia (1913)”.
Hablando de colecciones, destacó Hauser y Menet, una de las principales imprentas españolas con sede en Madrid, ya que también fue testigo directo con su “serie general” de tarjetas postales de aquella Valencia antigua, al igual que la firma Léon et Lévy, de la que hay decenas de fotografías bellas de nuestra ciudad, como la del desaparecido Palacio de Ripalda.


También habían familias dedicadas a la fotografía, dejando ver que aquello iba en la sangre. Ejemplos como la saga Belda de Novelda, iniciada con Jaime Belda Alted, un ejemplo de la fotografía columbrista de época que, por desgracia, gran parte de su archivo fotográfico fue destruido tras la Guerra Civil española para evitar que el bando nacional identificara a los asistentes a los actos republicanos. Una pena.
Otra saga de la que hay que resaltar es la Vidal, desde los comienzos con Martín Vidal Romero (Valencia 1872 – 1944), o con sus hijos, Martín Vidal Corella (Valencia 1895 -1876), Luis Vidal Corella (Valencia 1900 – 1959) y Vicente Vidal Corella (Valencia 1905 – 1992).
Del padre se destaca que fue uno de los primeros reporteros gráficos, dando continuidad la familia con la misma profesión durante las primeras décadas del siglo XX. Familia de artistas, todos ellos destacaron en múltiples facetas, como la de Martín Vidal hijo como pintor o la de su hermano Luis Vidal, considerado como uno de los reporteros gráficos más importantes que ilustraron la Guerra Civil Española y considerado uno de los fotoperiodistas valencianos más importantes del que, indirectamente, hablamos de él en nuestro artículo de «el año en que la Lotería de Navidad se celebró en Valencia: 1936».


Como de pioneros va la cosa, destacamos uno de los primeros y con el título de Don (lo merece): Don Pascual Pérez Rodríguez (Valencia, 1804 – 1868). Nada tuvo que ver lo que estudió para lo que finalmente llegó a ser, dado que sus estudios fueron encaminados a otra rama: Latín y Filosofía. Fue todo un portento intelectual, ya que con 19 años fue director de alumnos internos y profesor de Humanidades en el Colegio de Zaragoza y en las Escuelas Pías de Valencia a partir de 1827. Fundó el semanario femenino La Psiquis (1840), además de colaborar con diversos periódicos y revistas valencianas, como El Mole, El Sueco y El Tabalet, en las que firmaba como Patasca Grosso. Fue uno de los fundadores del periódico Diario Mercantil de Valencia, junto a Juan Arolas y Pedro Sabater, además de ocuparse de su dirección hasta el año 1844. También comenzó a trabajar en 1851 como corresponsal de La Lumière junto a su fundador, también valenciano, Benito Monfort, un hombre más que interesado en la fotografía que se pasó la mayor parte de su vida en Francia.
En su labor como fotógrafo, Pascual Pérez fue uno de los primeros en usar el daguerrotipo y el calotipo en prensa; también fue el primer fotógrafo profesional valenciano que abrió un estudio en la ciudad. En 1848 comenzó a trabajar con el calotipo, ya que permitía la realización de copias múltiples, de la que actualmente se conserva la “segunda fotografía más antigua de España”, de la que hablamos en nuestro artículo «la fotografía más antigua de España no es la valenciana»; años más tarde, en 1851, publicó una colección de vistas con el título “El álbum del Cabañal”. Este álbum fotográfico, vendido por entregas en la Librería de Oliveres y en la fonda El Cid, fue el primero que se comercializó en España. Además, para más inri, tomó una de las primeras fotografías que aparecieron en la prensa escrita española, un daguerrotipo publicado en 1852 en El Diario Mercantil de Valencia, siendo ese mismo año partícipe de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia (1852).
No nos podemos olvidar tampoco de Antonio García Peris (Valencia 1841 – 1918), de quien fue suegro de Joaquín Sorolla al contraer matrimonio con su hija, Clotilde García. García Peris, que fue alumno de Bellas Artes en la Escuela de San Carlos de Valencia, nombrada ya antes con Martín Vidal y que estudió junto a prestigiosos alumnos como Antonio Benlliure, fue uno de los grandes de la época, de los cuales a día de hoy tenemos fotografías de la gran nevada de 1885 o de las primeras Exposiciones Regionales de Valencia anteriores a la de 1909 (Exposición Regional de Agricultura, Industria y Artes de 1883), además de ser también colaborador de, por ejemplo, Blanco y Negro o las típicas postales de época.


De la misma Escuela de San Carlos salió otro gran fotógrafo valenciano, aunque al principio fuese pintor, relegando la afición fotográfica a profesión tras la muerte de su esposa en 1916. Hablamos de Vicente Martínez Sanz (Valencia 1894 – 1945), del que se destaca de él que fue el primero en utilizar en España el color en la fotografía mediante la descomposición de los tres colores fundamentales impregnados en granos de almidón.
Por último, a sabiendas que nos dejamos muchos otros valencianos en el camino como «Finezas» o Centelles, dos de los mejores fotoperiodistas que retrataron la Valencia republicana y la Guerra Civil, o tantos otros que han sabido retratar nuestra fiesta fallera, hablamos de un tal Andrés Fabert, que no nació aquí pero que estuvo establecido en Valencia. Fue un fotógrafo y editor con producción propia que publicó una serie de tarjetas postales de localidades de la provincia de Murcia, entre otras, donde le conocen muy bien por toda su fotografía (entre las que destacan más de 100 fotografías a Cartagena), además de las que a nosotros nos concierne y que tiene mucho que ver con la Exposición Regional Valenciana de 1909 principalmente ¿os suena la siguiente foto?

Al fallecimiento de éste, pocos años después, las postales de época seguían circulando bajo el nombre de “La Industrial Fotográfica», donde a día de hoy podemos observar joyas como el tranvía aéreo que hubo en la Exposición Regional Valenciana.
No cabe duda que sin todos ellos, los nombrados, y muchos otros que nos dejamos en el camino, el legado fotográfico que hoy en día conocemos de nuestra Valencia sería pobre. Así que, queridos amigos, si habéis llegado hasta aquí, el final de la publicación, además de daros las gracias por leernos os tenemos que decir que puede que lo vuestro sea algo así como «más valen 1000 palabras que una fotografía», por todo lo que nos hemos extendido.
Fuentes:
- Diccionario de fotógrafos españoles (DEL SIGLO XIX AL XXI), La Fábrica – Gobierno de España, Ministerio de Educación. http://www.mecd.gob.es/
- Las propias de los enlaces de archivos propios creados en el pasado de la página de valenciabonita.es
- Sobre Barberá Masip: Miradas industriales: huellas humanas, Valencia, Generalitat Valenciana, 2006.
- Antonio García: Fotógrafo, Valencia, Generalitat Valenciana, 2007.
- Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico
- Colección ABC, Vicente Barberá Masip.
- La fotografía valenciana, Valencia y la República.
- Belda, testigo indiscreto de la Feria: cien fotografías para la historia, Albacete, Altabán, 2009.
- Sobre José Martínez Sánchez: López Beriso, M., «Jean Laurent y José Martínez Sánchez. Ojos distintos para una sola mirada», en La Andalucía del siglo xix en las fotografías de J. Laurent y Cia., Sevilla, Consejería de Cultura, Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1999
- Vicente Martínez Sanz, 1894-1945, valencia, conselleria de cultura, educació i ciència, 1985.
- Huguet Chanzá, José, Benito Monfort y Pascual Pérez Rodríguez, dos valencianos pioneros de la fotografía, Valencia, Sociedad Valenciana de Historia de la Fotografía, 1990, pp. 15-24.
- Las fotografías valencianas de J. Laurent. Autor: Huguet Chanzá, José (ISBN: 84-8484-069-7), Año Edición: 2003, 271 páginas.
- Tarjeta Postal, región de Murcia – Sobre Andrés Fabert.
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Estimados señores:
Ante todo, felicitarles por el magnifico reportaje sobre La generación fotográfica de la Valencia antigua, y agradecerles muy especialmente el cariño y la generosidad con que han tratado a todos los fotógrafos de mi familia y muy especialmente a Don Vicente Barberá Masip que era hermano de mi abuela y como ustedes saben bien, tío de mi padre Enrique Desfilis Barberá. El reportaje resulta para los interesados en este tema, muy interesante y didáctico sobre todo por lo poco frecuente. Con mi gratitud, recibam mi mejor saludo. Julio Desfilis Galcerán.
Hola Julio, muchísimas gracias por sus palabras. Nosotros somos grandes admiradores de muchas de las fotos de sus antepasados familiares, con especial cariño a la de la antigua cantina de la Estación del Norte y a la del Mercado Central en la cena para los pobres. Solemos ver mucha prensa histórica y tenemos vemos siempre también muchas portadas de Vicente Barberá y de Enrique Desfilis, sobre todo en fiestas de la ciudad de Valencia. Eran fotos magníficas que siempre quedarán en el recuerdo. Nos alegra poder compartir este artículo y que puedan leerlo familiares y allegados de aquellas personas que hoy nos hacen más fácil imaginarnos aquella Valencia. Muchas gracias por todo
Buenos días recién acabamos de ver el reportaje publicado por Valencia Bonita. En representación de parte de la familia de Vicente Martinez Sanz fotógrafo valenciano del período de entreguerras, quisiéramos agradecer su reportaje y los comentarios que hacen sobre Martinez Sanz. Les proporciono un link donde se puede acceder a un artículo del escritor valenciano Vicente Puchol que habla sobre el fotógrafo y muestra fotografías del artista.
http://vicentepuchol.com/imgexppuchol/fotografo/vicente_martinez_biografia.pdf.
Muchas gracias por vuestras palabras 🙂