Vallada
Por desgracia, puede que a muchos os suene el nombre de Vallada por ser el pueblo más endeudado de España con una población de entre 1000 y 10.000 habitantes. Pero Vallada no merece ostentar tal carga, no merece que sea recordada por la mala gestión que han hecho sus gestores en el pasado.
Tras visitar la localidad, conversar con su gente, visitar sus espacios más queridos y su patrimonio, y probar su gastronomía, os invitamos a que vosotros mismos comprobéis que Vallada merece ser visitada, recorrida y degustada.
Nuestro recorrido comenzó por las calles más cercanas a la plaza Mayor, el casco histórico, lugar donde se encuentra el ayuntamiento de la localidad y otros edificios curiosos y cercanos como el hogar del jubilado, una casa de 1768 que puede verse en su fachada.

Justo a su derecha, subiendo una pequeña cuesta se puede ver la iglesia Parroquial de S. Bartolomé Apóstol, el monumento más destacado de Vallada, aunque no el que más nos sorprendió, la verdad, ya que las ermitas en lo alto de la montaña nos encantaron por el entorno donde se sitúan. La iglesia parroquial se comenzó a construir en 1564 por el maestro picapedrero Domingo de Gamieta, quien empezaría la edificación de este templo parroquial que, tras varias fases de construcción, sería culminado definitivamente tras la edificación de la Capilla de la Comunión, en la segunda mitad del S. XVIII.


Las calles cercanas a este patrimonio forman parte del casco histórico, donde cabe destacar algunas como Santa Creu, Sant Cayetà, Santa Rosa o Santa Ana, entre otras.


Tras caminar un poco y queriéndonos dejar la subida para después de la comida, preguntamos algún lugar para comer y nos recomendaron Sáez Restaurante por ser el que más tradición lleva en la población y por, suponemos, disponer de certificado de excelencia en TripAdvisor, donde justo al lado de él pudimos ver «El Pare Presentat», una escultura en honor a Fray Andrés Garrido.

Al ser sábado, pudimos encontrarnos con un menú de degustación muy típico de la zona mezclado con cocina de autor y mediterránea, algo aventurado para la zona donde estaba situado, junto con un vino valenciano de la zona, de Fontanars dels Alforins. En este menú probamos un entrante de bienvenida junto con 4 degustaciones y postre por 15,99, bebida y café aparte, siendo muy completo y donde acabamos bastante llenos, dejándonos bastante sorprendidos la calidad de cada uno de sus platos.


Como los propios dueños del restaurante nos vieron tomar fotografías a cada plato como si fuésemos críticos gastronómicos, no tuvimos más remedio que explicarles que era para nuestro blog, y gustosamente nos contaron un poco las tradiciones de la población y cuanto llevaba el restaurante abierto. Su chef, Eusebi Sáez, nos cuenta que por el local han pasado personas de renombre que han visitado la población, donde nos comenta también que, además, organiza visitas de personas influyentes como la del ganador de Masterchef junior 2, o las actrices de la Alquería Blanca, enmarcado en una cena de comidas de película.
El restaurante lleva la friolera de 52 años en pie, aunque cabe decir que en el año 2000 se heredó por parte de los anteriores propietarios familiares y se reformó hasta convertirlo en un lugar distinto a cualquier bar o restaurante de la población. La idea fue un éxito, pues tanto entre semana como los fines de semana estaba lleno, hasta el comienzo de la crisis, momento en el que se tuvieron que reinventar. Como también ha ocurrido en la población, el turismo ha bajado bastante pero ellos no cesan en promocionar tanto la gastronomía que ofrecen como la población, de la que nos hablan con mucho mimo y detalle, además de hablarnos maravillas de los alrededores, dado que limita con Moixent, Montesa, Onteniente, Ayelo de Malferit, Enguera o Fontanars. El currículum del chef explica el gran gusto de sus platos y la alta cocina que habíamos degustado, además de nuestro agrado y satisfacción: el Celler de Can Roca, Quique Dacosta, Restaurante RiFF o Akelaŕe, entre otros, son algunos de los lugares que han visto crecer como chef a Eusebi Sáez.
Tras una grata estancia y conversación, al salir del restaurante, además de comentarnos que podemos descargarnos recetas de la gastronomía de la zona en la web del ayuntamiento, nos indica que no podemos irnos sin visitar algún horno tradicional del pueblo para degustar alguno de los dulces caseros típicos de Vallada, como son los “rossegons”, el “rollet de flora” y la “coca en llanda”.
Acto seguido nos dirigimos a la zona alta de la población, a las afueras, a tan solo 1 minuto en coche. Allí se encuentra un precioso paraje montañoso entre árboles, lleno de ermitas y estaciones del vía crucis. En la zona, además, pudimos ver un área recreativa para pasar el día (en la que no se puede hacer fuego), una piscina que se abre en verano y banquitos con mesas en mitad del monte para disfrutar de una buena sombra entre naturaleza. Bien es seguro que esta zona en verano tiene que estar llena de gente de los alrededores para disfrutar del entorno.


Tras una larga caminata y recorrido por la zona montañosa, descansamos en uno de los banquitos para degustar un poco de coca en llanda de la población y disfrutar de la zona. Dado que no somos espeleólogos ni fuimos lo bastante preparados para hacer senderismo, sí que cabe mencionar que desde las ermitas existe una ruta para recorrer para los más expertos y que en la población conocen como la cueva de los sumideros, a una media hora más o menos de las ermitas, donde el chef nos comentó que el río Cáñoles hace de las suyas para enriquecer la ruta ya que los sumideros de Vallada son una cueva con agua. Sí que nos recomiendan que nunca hagamos la visita a la cueva solos, ni tampoco sin el material y el conocimiento de algún experto, dado que puede ser peligrosa, por muy bella que parezca. También tenéis otros lugares de interés que visitar o, para los senderistas, caminos por recorrer.
Como habéis podido leer, y ver por las fotografías, Vallada es una pequeña población con un gran encanto, donde se funde la naturaleza con la historia de la villa, situada en una zona profundamente romanizada como es el valle del río Cáñoles, por donde discurría la Vía Augusta. Al parecer, en época romana, ya existía un asentamiento en la zona, dados los descubrimientos de 1987. Destaca la historia cristiana del lugar, sobre todo la de su castillo, en ruinas por desgracia, ligado al de Montesa y al terremoto del 23 de marzo de 1748, aquel terremoto ocurrido en la comarca de la Costera, con epicentro en Montesa, del que ya os hablamos en nuestro artículo.
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No esta claro de que lugares de Valencia son las fotos,gracias
El artículo trata de un solo lugar: Vallada.
Falta poner el BASURERO QUE ESTE EQUIPO DE GOBIERNO NOS QUIERE METER EN LA LOCALIDAD
Mejor pobres que con la MIERDA AL CUELLO
La basura ja estava instaura desde feia molt de temps, merda i ruina, i no gaste anonim.