El Castillo de Cullera se encuentra en lo alto de la montaña, al otro extremo de las letras de la montaña de Cullera, dominando tanto el pueblo como el mar. Esta fortaleza del siglo XIII, que mandó construir el rey Jaime I el Conquistador sobre la antigua fortaleza árabe, estuvo amurallada, aunque las murallas ya no existen en su totalidad, quedando algunos tramos. Quedan restos de las antiguas torres que formaban parte de la zona amurallada de la montaña y la población. Su acceso se puede realizar bien por el Camino del Calvario, un zigzagueante vía crucis con los oratorios correspondientes a las 14 estaciones del Calvario, el cual se accede por la Calle Calvario, detrás del Mercado Municipal y conduce al Castillo y Santuario; o bien por la carretera que conduce al Castillo, al otro extremo del pueblo.
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En el emplazamiento del castillo se encuentran restos desde la Edad de Bronce, asentamientos ibéricos, griegos, romanos hasta la llegada de los musulmanes. Desde la conquista cristiana se realizaron tres edificaciones militares.
Será durante el período de dominación islámica cuando en Qulayra, desarrolle una estructura urbana a los pies del castillo. Es en ese momento cuando se construye el Castillo, con sus torres, murallas y albacara. De ahí, extendieron el poblamiento por la vertiente Sur de la montaña rodeándolo y protegiéndolo con una muralla que discurre por debajo de la calle del Mar. Testimonio de ello es el Barri del Pou, que con sus callejuelas estrechas y empinadas, nos recuerda la configuración de las medinas islámicas. Pero lo que llevó al Rey Jaime I a conquistar Hisn Qulayra fue su posición estratégica. El control de las mercancías que se transportaban por el río Júcar hasta su desembocadura en Qulayra, fue determinante para su conquista en el año 1239.
En 1257 el castillo fue donado a la Orden militar de los Caballeros de San Juan del Hospital. En el siglo XIV, en 1317, pasaría a la Orden de Montesa, siendo compartido con la monarquía.
Consta de un primer recinto amurallado adaptado a la topografía del terreno, el albacar, y dentro de este recinto se encontraba el castillo con torreones de flanqueo y una torre principal que llegan a alcanzar unos 10 metros de altura. De la ocupación almorávide se conservan restos de muralla en la ladera, así como torreones.
Podéis complementar la visita al Castillo de Cullera realizando una ruta cerca de él, por la albacara; otra más larga, hasta la bola; o visitando el precioso barrio del Pou.
La Ruta de la Albacara del Castillo de Cullera, un recorrido para disfrutar de bellas panorámicas
De ruta por el Fuerte Carlista, las letras de la Montaña de Cullera, la Bola y la Creu de Cullera











El Castillo es el monumento más emblemático de la población, declarado Bien de Interés Cultural. La fortaleza, tal y como la conocemos, es una construcción de época califal (siglo X). En 1238, el rey Jaume I se apoderó de Valencia, pero antes intentó sin éxito tomar el castillo de Cullera, que le fue entregado en 1239, tras la caída de Valencia. Como alcázar real, fue morada de todos los monarcas aragoneses en sus visitas a Cullera. En su capilla gótica, alberga el Museo Arqueológico.

Ya en época cristiana, el castillo mantuvo el primer recinto, el albacar, desaparecido en la actualidad por la construcción del Santuario de Nuestra Señora del Castillo, realizado entre 1891 y 1897, por el arquitecto José María Belda. En el otro recinto se encuentran el resto de edificaciones.
El Santuario del Castillo, adosado a la fortaleza del siglo X, se construyó entre 1891 y 1897, a base de donativos hasta alcanzar las 110.356,77 pesetas de su coste total. La morada de la patrona de Cullera, la Virgen del Castillo, es un edificio de estilo neo-románico obra del arquitecto valenciano Joaquín María Belda Ibáñez. La totalidad de sus ornamentos e imágenes, a excepción de la Virgen medieval y su templete-camarín, despareció durante la Guerra Civil. Vale la pena visitarlo, sobre todo para ver su precioso vestíbulo.
El horario del Santuario del Castillo de Cullera, el cual dispone de entrada gratuita para su visita y culto, es de lunes a domingo de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas, siendo las misas los domingos y festivos a las 10:00 horas.
Alrededor del patio de armas, conocido también como de las Cisternas, se organizan las diferentes dependencias; bajo él existen dos grandes cisternas. Los salones del castillo están cubiertos con bóveda de crucería, a ellos se accede a través de un arco ojival de sillería, que da paso también a otras salas y corredores hasta la planta baja de la torre celoquia.
El recinto amurallado se compone de cinco torres, la de mayor tamaño es la torre Celoquia o Mayor, la Torre Roja o de Sueca, la Torre redonda de Cap d´Altar, la Torre Respatler, y por último un baluarte poligonal junto a la torre celoquia.
PARA VISITAR EL CASTILLO:
Para la visita al Castillo de Cullera, toda la información en CASTILLO DE CULLERA – VisitCullera (visit-cullera.es) (De lunes a domingo de 11:00 h a 20:00 h. Los lunes, debido al espectáculo de Peter Pan, el castillo cerrará sus puertas a las 17:00 h. Asociaciones, colegios y agencias: 2 €. Carnet joven: 1.5 €. Censados en Cullera, jubilados y menores de 10 años: 1 € . Pago con tarjeta. Contacto Tel. 96 173 26 43 – 672 788 009. guia_museu@cullera.es – Para el Santuario de la Virgen. Tel. 96 172 03 24).
SOBRE LOS ORÍGENES DE CULLERA:
Cullera, a cuyos pies desemboca el río Xúquer, es citada por los geógrafos árabes del siglo XI y XII al-Udri y al-Idrisi, respectivamente, como Qulyayra. Según Sanchis Guarner deriva del árabequl·la ‘cima de montaña’, con el sufijo ayra de origen mozárabe (Qulayra), que según Coromines podría ser diminutivo o ponderativo. En cualquier caso se trata de un orónimo, ya que si por algo destaca el relieve de Cullera es precisamente por ser la única montaña litoral entre la Sierra de Orpesa y el Cabo de Sant Antoni (Xàbia), a lo largo de una franja costera baja y arenosa de 180 km que conforma el golfo de Valencia stricto sensu. Esta montaña, estratégico bastión defensivo natural que alcanza los 233 msnm, no sólo controlaba la desembocadura del Xúquer –vía de comunicación natural antes de que los azudes imposibilitaran la navegación– sino también gran parte del golfo de Valencia, llamado por los romanos Sinus Sucronensis.
La montaña de Cullera ha estado habitada al menos desde los tiempos ibéricos, ya que durante los siglos IV-III aC en el actual paraje del Alt del Fort, emplazado a 219 m y controlando todos los posibles accesos terrestres, fluviales y marítimos, estuvo probablemente el poblado de Sucro. En época iberorromana descendió hasta el actual Castell de Cullera, a unos 100 m de altitud, y se extendió a la zona llana. Durante las guerras sertorianas debió ser arrasado por Pompeyo, momento de gran decadencia para Sucro. A partir de la crisis del siglo III, hubo una recuperación y la población se instaló cerca del actual casco urbano, por un lado, y en el Portum Sucrone, por otro, en la zona de la Punta de l’Illa, único puerto natural del sinus sucronensis estricto. Su período de esplendor coincide con los siglos IV, V y VI, y luego es rápidamente abandonada. Algunas centurias después los árabes designan la población no por su antiguo nombre ibero –quizá ya olvidado–, sino a partir de su rasgo geográfico más destacado, y la llaman Qulyayra ‘montaña’. En el siglo XIII los cristianos se limitan a adaptar dicho topónimo, llamándole Cullera.
Foto de portada:
- Castillo de Cullera y camino del Calvario. Foto de Cullera, bajo licencia CC BY 3.0
Fuentes:
- Ficha del BIC. R-I-51-0004867, con fecha publicación BOE: 03/06/83, que se puede encontrar en http://www.ceice.gva.es/. la web de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte.
- TOPONIMIA SUCRONENSE EN VALENCIA, obra de Joan Carles Membrado Tena. Departament de Geografia de la Universitat de València – joan.membrado@uv.es y joan.membrado@gmail.com
- http://www.culleraturismo.com/