- Un antropólogo valenciano estudia el uso histórico de las campanas en las Catedrales españolas ante epidemias.
- Inscripciones como «Ahuyento la peste» en una campana de Oviedo, de 1539, o «Pongo en fuga a Satán» en otra de Valencia de 1681, lo evidencian, según Francesc Llop.
Las campanas en las Catedrales han sido tradicionalmente utilizadas no sólo para sonar en las horas o avisar del inicio de las misas o de otras celebraciones principales, sino también para advertir de la llegada de epidemias, para pedir la protección divina y para dar gracias a Dios, según ha destacado el antropólogo y presidente de la asociación de Campaners de la Catedral de Valencia, Francesc Llop, que ha estudiado los campanarios de las 95 catedrales en España y examinado las inscripciones en los bronces.
Según Llop, desde la Edad Media, las campanas fueron utilizadas para invocar la protección ante el mal, en general, y ante las epidemias, en particular, aunque el concepto del uso de las campanas «ha ido cambiando con los siglos, conforme las creencias y las necesidades sociales», ha precisado. Así, por ejemplo, una inscripción en la campana llamada «Santa Cruz» de la Catedral de Oviedo, del año 1539, expresa: «Pestem fugo», es decir, «hago huir la peste».
Inscripciones similares «se encuentran en la mayoría de las catedrales históricas de España, en algunos casos, como en las de Extremadura, con referencias a los terremotos, por los daños que provocó el gran seísmo del año 1755 en Lisboa, que tanto afectó también toda la península ibérica».
Igualmente, en la campana «Bàrbera» de la Catedral de Valencia, de 1681, aparece una frase similar pero más genérica: «Satán fugo», es decir «hago huir a Satán», en referencia a que «alejo el mal de vosotros», según Llop. Bajo esta inscripción, aparece una imagen de la Virgen con el Niño en esta campana, que hasta finales del siglo XVIII «también se hacía oscilar para ahuyentar las tormentas», explica Llop.
Ante el cólera y el coronavirus
Precisamente, desde que empezó la pandemia del coronavirus, esta campana de la Catedral de Valencia toca de forma excepcional «todos los días de nueve a nueve y media para la llamada a la misa de los canónigos de la Catedral de Valencia, la misa conventual, y también de forma extraordinaria para el ángelus diario». Hasta la pandemia, sin embargo, la «Bàrbera» solamente tocaba el sábado y el domingo.
Igualmente, Llop ha recordado cómo durante la gran epidemia de cólera que afectó a Valencia en 1885, al igual que en las pestes anteriores, «se limitaron los toques de campanas, especialmente los de difuntos, para no alarmar a la población».
En la actualidad, durante la pandemia, la Conferencia Episcopal ha propuesto la recuperación del toque del ángelus cada día a las doce, lo que es posible con la utilización de motores. En el caso de la Catedral de Valencia, «el toque del ángelus se repite tres veces al día, a las siete y media de la mañana, a las doce y por la tarde a las siete y media en invierno y a las ocho y media en verano».
El último toque del día de la Catedral de Valencia es el de ánimas, por todos los difuntos, precedido cada día por el toque de cierre de murallas durante media hora. De esta manera, cada noche se recuerdan los difuntos del día.
Las campanas han marcado la vida de las ciudades y de las comunidades rurales a lo largo de la historia. Sin embargo, una real orden del 24 de agosto de 1834 prohibió el toque de campanas durante periodos de epidemias.
ABC.ES
Sobre los toques manuales de campanas:
Son Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC) los toques manuales de campana en la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Valencia y en la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Albaida, así como los toques manuales en el Campanar de la Vila de Castellón de la Plana y en la Santa Iglesia Catedral Basílica de Santa María de la Asunción de Segorbe.
La protección de toques manuales de campanas como bien de interés cultural de carácter inmaterial “supone no solo la protección genérica de esta actividad, conocimientos, técnicas, sino también de las instalaciones, las campanas y los toques en su estado actual, sin interferir en su uso habitual para toques diarios, festivos o de difuntos o, incluso, para conciertos extraordinarios”, según la declaración del Consell.
Los toques manuales de campana “constituyen un patrimonio inmaterial e intangible; se utilizan campanas históricas y documentos antiguos en su ejecución y se realizan en un lugar, que ya de por sí, resulta ser patrimonio monumental”, según la declaración del Consell. Asimismo, “la realización de la actividad está consolidada como manifestación artística y muestra de tradiciones, conocimientos y técnicas propiamente valencianas”.
El toque de campanas “se consideraba parte del paisaje cultural y sonoro de los valencianos desde la época de Jaume I, así como la voz de la comunidad”, indica la declaración, y además “dotaba de una identidad propia a la localidad e informaba del funcionamiento colectivo”.
Sin embargo, tras haberse perdido en las últimas décadas del siglo XX “debido a la electrificación y motorización del mecanismo”, los toques manuales están siendo promovidos, en la actualidad, por distintas asociaciones de campaneros en la Comunitat Valenciana.
Las campanas, “medio de expresión de la fe”
La recuperación del toque manual de las campanas está devolviendo a estos instrumentos “el papel que han tenido durante siglos de ser el medio de expresión de la fe, de los sentimientos, de las alegrías y las penas colectivas del grupo donde se encuentran”, donde existe una “vinculación inseparable” del toque de campanas con la dimensión espiritual de la persona “hasta el punto de que son varias las vocaciones religiosas que se han suscitado en los últimos años entre campaneros aquí mismo en Valencia”.
En la actualidad, más de 200 personas están asociadas en los diferentes grupos de campaneros de la diócesis ubicados en localidades como Albaida, Ontinyent, Cheste, Alaquàs, Massanassa, Quesa, Moixent o L´Alqueria de la Comtessa, entre otras, además de la propia capital valenciana. Los campaneros valencianos han recuperado en los últimos años más de 300 toques manuales de campanas, algunos de ellos del siglo XV.
- Adjuntamos fotografía de la campana Bàrbera, de la Catedral de Valencia, de 1681 y fundida por Lluís Castañer. En la inscripción puede leerse: POPVLVM VOCO – SATAN FVGO (llamo a la gente, hago huir a Satán) y debajo de ella, una imagen de la Virgen con el Niño. Es la campana del toque de coro diario, y también del toque de ángelus extraordinario (antes solo de los domingos). Firma foto: Campaners de Valencia.
Me encantó, que sueñen las campañas!